Tel Aviv. Funcionarios israelíes se preparan para un fallo provisional del máximo tribunal de la ONU sobre la acusación de Sudáfrica de que la guerra en Gaza equivale a un genocidio contra los palestinos. La Corte Internacional de Justicia se dispone a emitir su veredicto hoy.
La corte, con sede en La Haya, Países Bajos, podría ordenar al gobierno de Benjamin Netanyahu detener su ofensiva militar en el enclave, lanzada en respuesta al ataque de Hamas el 7 de octubre pasado, en el que mil 200 personas fueron asesinadas y otras 240 tomadas en rehenes.
Sudáfrica presentó su demanda en diciembre, sosteniendo que el embate israelí –el cual funcionarios de Salud en Gaza, controlada por Hamas, afirman que ha matado a 25 mil 700 personas y herido a decenas de miles– viola la convención de Naciones Unidas sobre el genocidio, la cual fue firmada en 1948 en respuesta mundial al Holocausto.
La sentencia completa sobre las acusaciones podría tardar meses o incluso años. El veredicto de hoy sólo atiende a la petición de Sudáfrica de tomar medidas de emergencia para proteger a los palestinos de potenciales violaciones a la convención de 1948. Sin embargo, una decisión provisional contra Israel podría abrir la puerta a posibles sanciones internacionales.
Los acuerdos de la CIJ –que atiende disputas entre estados– son vinculantes e inapelables, aunque el tribunal carece de un mecanismo para obligar a cumplirlos.
En una desafiante declaración ayer, Israel, el Estado que nació a raíz del Holocausto, expresó su confianza en que la CIJ desechará las imputaciones, las cuales, ha reiterado, que carecen de base. Esperamos que la CIJ deseche estos cargos espurios y engañosos, expresó el vocero gubernamental, Eylon Levy.
Intención de desaparecer
La Convención de 1948 no define el genocidio únicamente como dar muerte a miembros de un grupo étnico o nacional en particular. La condición crucial es que los asesinatos sean cometidos con la intención de destruir a ese grupo.
Durante dos días de audiencias sobre el caso, a principios de este mes, Pretoria sostuvo que Tel Aviv ha ido más allá de su intención de erradicar a Hamas después del ataque del 7 de octubre y se propone causar la destrucción de la población del territorio sitiado.
La intención de destruir a Gaza ha sido alimentada al más alto nivel del Estado, declaró a la corte Tembeka Ngcukaitobi, abogado de la Suprema Corte sudafricana. La evidencia de la intención genocida no sólo es estremecedora, sino también abrumadora e incontrolable, añadió.
Esta matanza se queda corta de la destrucción de la vida palestina, señaló Adila Hassim, abogada sudafricana.
En la era posterior al apartheid, Sudáfrica ha abanderado durante largo tiempo la causa palestina, relación que se forjó cuando la lucha del Congreso Nacional Africano contra el gobierno de minoría blanca fue apoyada por la Organización para la Liberación de Palestina, de Yasser Arafat.
Al presentar su defensa, Tal Becker, consejero legal del Ministerio israelí del Exterior, catalogó la demanda de Sudáfrica de una gran descripción contraria a los hechos, que distorsiona burdamente la situación en el terreno. Estamos en una guerra de defensa contra Hamas, no contra el pueblo palestino, para asegurar que el grupo armado no tenga éxito, afirmó Becker.
‘El componente esencial del genocidio, la intención de destruir un pueblo en todo o en parte, está ausente por completo. Si ha habido actos de genocidio, han sido perpetrados contra Israel. Hamas busca el genocidio contra Israel.
Un vocero del primer ministro británico, Rishi Sunak, aludió a principios de mes que éste considera la demanda sudafricana por completo injustificada y equivocada. El secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken, sostuvo que la denuncia carece de méritos.
Tel Aviv boicotea a menudo los tribunales internacionales y las investigaciones de la ONU, los cuales desde hace mucho tiempo califica de injustos y sesgados. Sin embargo, envió un robusto equipo legal para defender su postura en el tribunal. Lior Haiat, vocero del Ministerio del Exterior, declaró a la radio pública israelí que el país decidió comparecer ante la CIJ porque no somos culpables.
El primer ministro Benjamin Netanyahu sostuvo ayer una reunión en Tel Aviv para preparar potenciales escenarios después del fallo de la CIJ, a la que asistieron el fiscal general, el ministro de Justicia, el ministro de Asuntos Estratégicos, el director del Consejo Nacional de Seguridad y otros funcionarios. El New York Times reportó también haber tenido a la vista más de 30 documentos desclasificados por Israel para refutar las acusaciones de genocidio.
Parte de la demanda sudafricana se basa en declaraciones públicas de líderes israelíes, que en su concepto prueban la intención de cometer genocidio. En respuesta, los documentos desclasificados son parte de la defensa de Tel Aviv para mostrar que cualquier declaración que hayan hecho los políticos ha sido descartada por decisiones ejecutivas y órdenes oficiales del gabinete de guerra y su alto mando militar.