Rescatistas en la montañosa provincia de Yunnan, en el suroeste de China, recuperaron nueve cuerpos después de que un alud de tierra sepultara a 47 personas en un poblado remoto. Foto Afp

Pekín. Rescatistas en la montañosa provincia de Yunnan, en el suroeste de China, recuperaron nueve cuerpos después de que un alud de tierra sepultara a 47 personas en un poblado remoto el lunes, según medios estatales. Dos personas fueron rescatadas.

Para el atardecer, unas 500 personas habían evacuado la zona bajo las nevadas y temperaturas gélidas.

Los rescatistas seguían buscando víctimas que estaban en unas 18 viviendas cuando se produjo el desastre poco antes de las 6 de la mañana en el poblado de Liangshui, en el nordeste de Yunnan, según dijo el departamento de información del condado de Zhenxiong.

Medios estatales dijeron que ocho de los cuerpos eran del grupo sepultado en un principio por el alud, pero no aclararon dónde se encontró el noveno.

En un primer momento se desconocía la causa del desastre, mientras los sobrevivientes y rescatistas lidiaban con la nieve, las carreteras heladas y el frío. Se esperaba que las bajas temperaturas persistiera al menos tres días más.

Luo Dongmei, de 35 años, estaba durmiendo cuando se produjo el deslave, pero sobrevivió y fue trasladada a una escuela por las autoridades locales.

“Estaba dormida, pero mi hermano llamó a la puerta y me despertó. Dijeron que había un alud de tierra y la cama temblaba, de modo que corrieron escaleras arriba y nos despertaron”, dijo Luo.

Al igual que muchos otros residentes, Luo, su esposo y sus tres hijos recibieron comida en la escuela pero aún estaban esperando a mantas y otra protección del frío, dijo.

La mujer dijo que no había podido contactar con su hermana y su tía, que vivían cerca del lugar del deslave. “Lo único que puedo hacer es esperar”, dijo.

La televisora estatal CCTV informó de nueve muertos confirmados a las 6 de la tarde, unas 12 horas después del deslave. El condado de Zhengxiong se encuentra unos 2.250 kilómetros (1.400 millas) al suroeste de Beijing, con altitudes de hasta 2.400 metros (7.900 pies).

El deslave ocurrió poco más de un mes después de que el terremoto más poderoso en China en años sacudiera una remota región noroccidental entre las provincias de Gansu y Quinghai. Al menos 149 personas perdieron la vida en el sismo de magnitud 6,2 ocurrido el 18 de diciembre, reduciendo las viviendas a escombros y desatando intensos aludes de lodo que inundaron dos poblados en la provincia de Qinghai.

Casi mil personas resultaron heridas y más de 14 mil viviendas fueron destruidas.