Han pasado tan solo ocho días desde que el mundo despidiese a Lisa Marie Presley en un multitudinario funeral celebrado en Graceland (Memphis, Tennessee, EE UU) tras su repentina muerte el 12 de enero, a los 54 años, a causa de un paro cardiaco. La hija de Elvis Presley fue enterrada en esa famosa finca junto a su padre, sus abuelos y su hijo Benjamin, que se suicidó en julio de 2020, a los 27 años. Priscilla Presley, madre de la cantante, fue la encargada de presidir la ceremonia en la que aprovechó para agradecer las muestras de cariño recibidas y dedicar un discurso de despedida a su hija: “Ella sabía que el final estaba cerca. La culpa del superviviente, dirían algunos. Pero murió porque tenía el corazón roto. Su alma siempre estará conmigo”, dijo en el funeral que se celebró el 22 de enero, apenas una semana después de que se la viera por última vez en público durante la celebración de los Globos de Oro.

Y en medio del luto, han salido a la luz nuevas incógnitas que podrían dinamitar la relación familiar entre Priscilla Presley y sus nietas, Riley Keough, de 33 años, y fruto de la relación de Lisa Marie con Danny Keough, y las mellizas Harley y Finley, de 14 años, nacidas de su matrimonio con Michael Lockwood. ¿Qué ocurrirá con el testamento y la herencia de la única hija de Elvis? De momento, lo único que se conoce es que Graceland, la emblemática residencia del rey del rock valorada en 500 millones de dólares (459 millones de euros), pasará a ser propiedad de las tres hijas de Lisa Marie. Pero no todo va a ser tan sencillo, puesto que, según han informado varios medios como Page Six, ET Canada o TMZ, Priscilla ha impugnado el testamento que su hija dejó en 2016, alegando presuntas irregularidades en los documentos.

Riley será, según ha trascendido, quien salga más beneficiada del testamento, ya que su madre le habría dejado a cargo de la gestión de todas sus propiedades y finanzas. Hasta el día del fallecimiento de Lisa Marie era Priscilla la encargada de todos estos asuntos, por lo que la decisión de dejar todo a su nieta no habría sentado nada bien a la viuda de Elvis. Según han informado varios medios estadounidenses, ya ha presentado los documentos necesarios para impugnar las últimas voluntades de su hija, datadas en 2016 y en las que la excluían como gestora de su patrimonio.

Priscilla habría solicitado al juez que determine la validez de la modificación de ese testamento, de la que no tenía constancia hasta este momento, y en la que nombra a Benjamin y Riley Keough como gestores de su patrimonio. Pero tras la muerte de su único hijo en 2020, es su hija mayor la que se va a hacer cargo ahora de dicha tarea. En el primer testamento de la cantante en 1993, señalaba a su madre y al empresario Barry Siegel como los encargados de controlar los gastos de la gran fortuna que le dejó su padre tras su muerte en 1977.

Este testamento sufrió dos modificaciones: la primera en 2010, cuando Lisa Marie ejecutó un fideicomiso en vida revocable. Es decir, señalar a alguien como gestor de su fortuna que podía ser sustituido en cualquier momento mientras ella viviese. La segunda sería en 2016, en la que eliminaba a Siegel del fideicomiso tras acusarle de haberla arruinado y de haberla dejado con apenas dinero en sus cuentas. Y, además, también suprimía la potestad de su madre.

Sin embargo, Priscilla sospecha de la validez de este cambio. Según los documentos legales a los que han tenido acceso algunos medios, ha expresado que “hay muchos problemas en torno a la autenticidad de la firma y validez de la enmienda de 2016”. Según la madre de la cantante, la firma parece “inconsistente con su firma habitual”, además de señalar la falta de ortografía a la hora de escribir su nombre. Además de estas cuestiones, Priscilla reclama que este cambio nunca le fue notificado ni le fue entregado un escrito, tal y como exigen los términos del fideicomiso. La idea de la viuda de Elvis es continuar siendo la gestora del patrimonio junto a su nieta, Riley Keough.