El presidente Andrés Manuel López Obrador hace el pase de revista militar durante el desfile por el aniversario de la Independencia, el 16 de septiembre, en Ciudad de México. HECTOR GUERRERO

Senadores de Morena y de la oposición chocaron este lunes en la comisión que debatió la extensión de la presencia del Ejército en las calles ejerciendo labores policiales. Ha sido solo el aperitivo de lo que se antoja una batalla mucho mayor el próximo miércoles, durante la votación en el pleno de la Cámara alta. El grupo de Morena y sus socios no cuenta con la mayoría suficiente, tres cuartos de los votos, para sacar a delante una iniciativa que aspira a blindar las tareas de los militares hasta 2029 tocando de nuevo la Constitución. En el punto de mira están los 13 senadores del PRI, cuyo grupo en el Congreso promovió la medida. Pero el histórico partido mexicano está roto por dentro y varios pesos pesados de la formación, como Claudia Ruiz Massieu, mostraron este lunes su rechazo a la reforma que hace menos de un mes presentó su propio partido.

El resultado final de la votación trascenderá la ya de por sí polémica prorroga de la militarización de las laboras policiales, iniciada en 2019 por iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador por motivos excepcionales, y que tenía como plazo el final de su mandato. Si finalmente sale adelante la reforma de mantener cuatro años más a los soldados en las calles, la consecuencia política más inmediata será la ruptura de la coalición opositora entre el PRI, el PAN y el PRD. Así lo han avisado los presidentes del resto de socios, que entienden que el PRI está traicionando el sentido de su pacto -todos contra Morena- al presentar una reforma que coincide con las líneas maestras de la política de seguridad del Gobierno.

La polémica iniciativa ya pasó la semana pasada la primera frontera. Morena y el PRI votaron juntos en el Congreso, ante el rechazo del resto de la oposición, que volvió a lanzar otro mensaje: “Hacemos un último llamado, humilde, respetuoso, no sé si ingenuo, pero respetuoso llamado a los todavía aliados del PRI para que recapacitemos al respecto”. Este lunes, entre las voces críticas dentro del PRI, la senadora priista Ruiz Massieu, defendió que que “hay una enorme terquedad para justificar una estratega fallida de seguridad pública que no ha dado resultados en tres años. Se trata de seguir una consigna”.

Cada vez más voces opositoras sostienen que la lógica detrás de este movimiento es un acuerdo del presidente del PRI, Alejandro Moreno, con el que busca tanto blindarse ante las investigaciones judiciales que enfrenta, como frente a las propias presiones dentro de su partido por derrocarlo. Esta facción rebelde del PRI, en la que se encuentran numerosos expresidentes y cuadros veteranos del partido, tiene mucha representación en el Senado, anticipando una difícil negociación.

Conscientes del reto, desde Morena llevan días intensificando los contactos. Al frente de la operación está el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, por orden directa del presidente. La semana pasada estuvo reunido con el coordinador de la bancada morenista, Ricardo Monreal, preparando la estrategia conjunta.

El propio Monreal, que fue pieza clave en el consenso con la oposición para el primer blindaje del Ejército en 2020, ha reconocido que de momento no cuentan con los apoyos necesarios. Mientras que el presidente ya dejó claro públicamente la importancia de la votación del miércoles tras la aprobación de la semana pasada en el Congreso. “Estoy contento con la votación de ayer en la Cámara de Diputados porque tiene que ver con la racionalidad. Es actuar pensando en la gente como tenemos que actuar los servidores públicos, despojarnos de nuestros intereses personales y pensar en el interés general”.