Emilio Lozoya, durante una evento como director de Pemex en 2015. SIMON DAWSON (BLOOMBERG)

Emilio Lozoya ha doblado la apuesta durante las últimas semanas en busca de un acuerdo para salir de la cárcel, donde el exdirector de Pemex permanece encerrado de manera preventiva desde hace ya más de cinco meses. Sus abogados pusieron sobre la mesa una cantidad de entre siete y 10 millones de dólares en concepto de indemnización para las dos causas que tiene abiertas, la compra de una planta de fertilizantes a sobreprecio por parte de la petrolera estatal y los sobornos millonarios de Odebrecht. La oferta de las defensas intensificó las negociaciones con Pemex y durante los últimos días se sucedieron las filtraciones de un posible acuerdo que colocaba a Lozoya a un paso de la libertad.

La sombra de la impunidad, que ha planeado sobre el caso desde su detención hace ya más de dos años, volvía a extenderse sobre las dos audiencias fijadas para esta semana, amenazando la judicialización de un caso emblemático en la lucha contra la corrupción en México. Finalmente, el acuerdo con la petrolera no ha llegado a cerrarse y el juez ha pospuesto sin fecha la siguiente vista. Lozoya permanecerá en la cárcel.

Al exdirector de Pemex se le empieza a acabar el tiempo. Durante más de un año y medio el caso estuvo empantanado entre prórrogas y dilaciones, mientras Lozoya atendía el proceso en libertad gracias a un polémico acuerdo con la Fiscalía que lo convirtió en una especie de testigo colaborador protegido. El pacto, sin embargo, saltó por los aires en noviembre tras unas polémicas fotos cenando tranquilamente con unos amigos en un restaurante de lujo.

La Fiscalía pasó al ataque y el exdirector de Pemex lleva en prisión desde entonces. Ante las inconsistencias del plan de Lozoya para amarrar su salvavidas como testigo protegido, el juez dio por terminada la fase de investigación para pasar a la etapa intermedia destinada a fijar las prueba. La apertura del juicio está cada vez más cerca y ese es el plazo límite que tiene Lozoya para poder llegar a un acuerdo.

El monto ofrecido esta semana por sus abogados, en torno a los 10 millones de dólares, coincide más o menos con los sobornos entregados tanto por Odebrecht como por Altos Hornos, según ha reconocido el propio Lozoya. Pemex ha rechazado la oferta argumentando que el daño al erario público provocado por ambos sobornos es aún mayor. “No hay condiciones para el acuerdo”, señaló en la audiencia del lunes el representante de la petrolera estatal.

Imputado de los delitos de lavado, asociación criminal y cohecho, la estrategia inicial del Lozoya pasaba por aportar pruebas sólidas para incriminar a lo más alto del último Gobierno priista, incluido el expresidente Enrique Peña Nieto, a quien acusó junto a su mano de derecha, el exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, de ser los cerebros de la trama corrupta. Tras la polémica cena y el giro de la Fiscalía, el plan parece cada vez más complicado.

La defensa del exdirector de Pemex avanza contrarreloj para evitar que se abra un juicio oral que tendría que decidir sobre unas acusaciones que alcanzan los 39 años de prisión. El objetivo es lograr un nuevo acuerdo y, a cambio de declararse culpable, Lozoya enfrente unas penas mucho más reducidas.