Una mujer y una niña pasan junto al cadáver de una persona, este lunes en el barrio residencial de Obolon, en Kiev. Foto: THOMAS PETER (REUTERS) | Vídeo: EPV

Rusia y Ucrania han retomado este lunes la cuarta ronda de negociaciones, en esta ocasión por videoconferencia, para intentar buscar una salida negociada a una guerra que ya se prolonga 19 días. Según ha señalado el negociador ucranio Mijailo Podoliak en Twitter, las autoridades de Kiev han acudido a la cita, que continuará el martes, para reclamar un alto el fuego, la retirada inmediata de las tropas rusas de su territorio y garantías de seguridad. “Se ha hecho una pausa técnica en las negociaciones hasta mañana” para que los grupos de trabajo puedan “aclarar definiciones”, ha añadido Podoliak. Este nuevo contacto entre las dos partes en conflicto tiene lugar después de que un bombardeo a primera hora de este lunes en el barrio de Obolon en Kiev dejara al menos una persona muerta.

“Las partes están expresando activamente sus posiciones, que ya han sido aclaradas, la comunicación es difícil, pero continúa”, ha explicado Podoliak, para quien “la razón de las discordancias” obedece a los sistemas políticos “muy diferentes” que tienen ambos países. “Ucrania es un país que mantiene el diálogo libre en la sociedad y un consenso obligatorio. Rusia practica, en definitiva, la supresión de su propia sociedad”, ha agregado. Pese a ello, negociadores de ambas partes han detectado algún pequeño avance. “Los rusos no están haciendo más ultimátums y escuchan nuestras propuestas”, ha dicho Podoliak. Por su parte, Leonid Slutsky, presidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma, ha destacado desde la parte rusa un “progreso substancial” en la marcha de las negociaciones.

El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, señaló la noche del domingo que sus representantes estaban negociando un posible encuentro con el mandatario ruso, Vladímir Putin. “Nuestra misión es clara: hacer todo lo que sea posible para asegurar una reunión entre los dos presidentes”, dijo en un vídeo. Y destacó que una de las exigencias de Ucrania es la apertura de corredores humanitarios para las ciudades sitiadas. Según afirmó, más de 130.000 personas han sido evacuadas en los últimos seis días, pero lamentó que todavía quede mucha gente atrapada en enclaves como Mariupol, en el sureste del país.

La alcaldía de esta ciudad ha señalado que unos 160 coches con civiles han podido salir este lunes de la localidad. La información ha sido confirmada por la viceprimera ministra de Ucrania, Irina Vereshchuk, quien también ha criticado que Rusia continúa bloqueando la entrada de ayuda humanitaria. Uno de los residentes de Mariupol que ha logrado escapar del asedio y comunicarse con sus allegados en otro municipio del país ha explicado que el corredor humanitario ha estado abierto hasta las 17.00, hora local (16.00 horas en la España peninsular), pero que la mayor parte de la población de Mariupol no ha sido informada de la posibilidad de abandonar la localidad. De acuerdo con esta fuente, las fuerzas del Kremlin han vetado que la población saliera de la ciudad en autobuses y solo han permitido el uso de coches particulares, informa Margaryta Yakovenko.

El esfuerzo diplomático tiene un segundo escenario este lunes en Roma, donde se han reunido enviados de Estados Unidos y China horas después de conocerse que Rusia solicitó ayuda económica y de material militar al gigante asiático poco después de iniciar la invasión de Ucrania. Desde China, el Ministerio de Exteriores ha calificado este lunes el asunto de “desinformación”, mientras que el Kremlin también ha negado la petición de ayuda.

Mientras tanto, Kiev ha amanecido este lunes con el ruido de sirenas y explosiones. A primera hora de la mañana, las tropas rusas han bombardeado un edificio residencial de nueve plantas en el barrio de Obolon de la capital de Ucrania. El alcalde de la ciudad ha asegurado en su cuenta de Telegram que en el ataque ha fallecido al menos una persona —France Presse eleva el número de víctimas mortales a dos— y otras 10 han resultado heridas. Unas 70 personas han tenido que abandonar sus casas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, ha confirmado este lunes un total de 31 ataques contra centros sanitarios desde el inicio de la invasión en Ucrania, en los que 12 personas han muerto y otras 34 han resultado heridas. Una de las víctimas es la mujer embarazada que sobrevivió al ataque ruso contra el hospital materno infantil de Mariupol y cuya imagen dio la vuelta al mundo, tumbada en una camilla y sujetando su tripa. Tanto ella como su bebé han muerto finalmente. Los bombardeos contra civiles, y muy especialmente contra hospitales, apuntan a la comisión de crímenes de guerra por parte de Moscú. Según la Fiscalía de Ucrania, al menos 90 niños han fallecido desde el inicio de la agresión.

La intensificación del ataque a Kiev se produce tras un fin de semana en el que la ofensiva rusa ha experimentado una nueva escalada de violencia. La madrugada del domingo, el ejército ruso lanzó 30 misiles contra una base militar ucrania en Yavoriv, al oeste del país y a tan solo 25 kilómetros de la frontera con Polonia, un país miembro de la UE y de la OTAN. Según las autoridades regionales, el ataque causó 35 muertos y 134 heridos.

El Ministerio de Defensa de Rusia ha afirmado este lunes que 20 civiles han muerto y 28 han resultado heridos en la ciudad de Donetsk (este de Ucrania), controlada por los separatistas prorrusos, apoyados por el Kremlin. Rusia acusa a Ucrania del lanzamiento del misil, pero no ha proporcionado pruebas, y Ucrania ha rechazado la autoría del ataque, que supuestamente se ha producido cuando las fuerzas rusas estaban bombardeando Kiev y otras ciudades ucranias. Ucrania ha negado de forma constante las afirmaciones de que intentaría recuperar por la fuerza las ciudades orientales de Donetsk y Lugansk, en el Donbás, bajo el control de las fuerzas respaldadas por Rusia desde 2014.