El obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda, durante su última misa como obispo de Ecatepec. JUAN PABLO ZAMORA (CUARTOSCURO)

Onésimo Cepeda, obispo emérito de Ecatepec, ha fallecido este lunes por la noche tras ser hospitalizado con covid-19, según ha informado la Conferencia del Episcopado mexicano. El clérigo había sido ingresado de emergencia a principios de mes. Tras más de 16 años en la Diócesis de Ecatepec, Cepeda se jubiló en 2012, envuelto acusaciones por la supuesta simulación de un préstamo millonario para hacerse con una de las colecciones de arte más valiosas del país. Otra polémica llegó el año pasado, cuando planteó postularse a diputado local en las últimas elecciones, pero renunció a su candidatura después de que la Iglesia se lo impidiera. Ser sacerdote, dijo entonces, “es mucho más importante que ser diputado”.

El prelado ha fallecido a los 85 años pasadas las once de la noche. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha enviado este martes su pésame “a los familiares y amigos, católicos” por el fallecimiento del obispo emérito. Y su sucesor, Oscar Domínguez, ha informado que se dispondrá de un novenario en toda la Diócesis, pero aún no ha ofrecido más detalles. “Pidamos a Dios nos conforte por este lamentable acontecimiento, siempre en la firme confianza de la vida eterna, a la cual estamos llamados a participar después de nuestro peregrinar en este mundo”, ha escrito el obispo en un comunicado.

En 1995 el papa Juan Pablo II designó a Cepeda como el primer obispo de Ecatepec, en el Estado de México, la entidad más poblada del país y una de los más violentas. Antiguo agente de bolsa e impulsor de Inbursa junto al magnate Carlos Slim, además de amigo del expresidente Enrique Peña Nieto y de su predecesor, Vicente Fox, Cepeda fue durante su tiempo al frente de la Diócesis autor de frases como “el estado laico es una jalada” o “si ya desaparecieron, ya desaparecieron”, en referencia a los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Antes de iniciar su carrera dentro de la Iglesia trabajó como banquero y agente de bolsa. Junto a Carlos Slim, fundó la empresa de servicios financieros Inbursa, que en 2019 fue una de las 2.000 compañías más importantes del mundo, según la revista Forbes. “No estaba yo muerto de hambre si era socio de Slim”, aseguró ante los medios de comunicación a su salida del cargo. En ese momento, se defendía de la prensa que le acusaba de enriquecerse siendo obispo en la entidad más poblada del país y una de los más violentas de México. “Para los que decían que yo me había hecho rico en Ecatepec, mi sueldo en Ecatepec era de 15.000 y mi jubilación es de 15.000 pesos. Con eso no creo que pueda llegar muy lejos, ni para pagar mi gasolina”, sentenció.

Cepeda se marchó de Inbursa en 2010, envuelto en un juicio por una supuesta simulación de un préstamo de 130 millones de dólares para hacerse con una de las colecciones de arte más valiosas del país. Entonces, mostró por primera vez abiertamente su interés por dedicarse a la política. “Me tienta, siempre me ha tentado”, sentenció en su despedida.

El obispo siempre defendió que le prestó 130 millones de dólares a Olga Azcárraga Madero, fundadora de la empresa Arthinia Internacional y hermana del presidente del Consejo de Administración del Grupo Fórmula, Rogerio Azcárraga Madero. Al fallecer Azcárraga, Cepeda alegó que en el pagaré constaba un lote de obras de arte a cambio del préstamo. En la colección se incluían 42 obras de autores como Rufino Tamayo, Frida Kahlo, Diego Rivera, Marc Chagall, Pablo Picasso, Salvador Dalí o Francisco de Goya. Finalmente, un fallo impidió ejecutar la orden de detención contra el obispo emérito pese a la acusación de simular el préstamo para poder apropiarse de las obras.

El sacerdote ejerció en la Diócesis de Ecatepec hasta 2012. Cuando le entregó personalmente al papa Benedicto XVI su renuncia al cumplir los 75 años, alegó una salud delicada y estar “viejo”. Sin embargo, la sombra por el juicio de la colección de arte le acechaba desde 2010. El año pasado protagonizó la última polémica. En Fuerza por México, un nuevo partido de centroizquierda, había encontrado su hueco para entrar en la carrera electoral. Aunque Cepeda se retiró de la Diócesis de Ecatepec tras jubilarse, todavía se encontraba registrado con la Conferencia del Episcopado Mexicano, y la ley mexicana establece que ningún ministro de culto religioso puede ser diputado ni ejercer un cargo público.