CIUDAD DE MÉXICO.- El deporte mexicano anda sobre la cuerda floja de que su contingente no cuente en los Juegos Olímpicos de Tokio con alguno de los medallistas de la edición de Río de Janeiro 2016. De los cinco que conquistaron el podio en tierras brasileñas, únicamente el clavadista Germán Sánchez no ha quedado descartado a unas semanas del inicio de las justas.

Las bifurcaciones en el camino pronto fueron descartándolos. Primero fue el boxeador Misael Rodríguez, quien abandonó el sueño de repetir la aventura olímpica al incursionar al profesionalismo.

El pentatleta Ismael Hernández dio un giro de 180 grados al aprovechar las oportunidades de seguir su formación académica en Estados Unidos, donde también se abrió paso en el ámbito laboral en Nueva York.

Sobre la marchista Guadalupe González pesa una suspensión por dopaje, mientras que María Espinoza hace unas semanas vio esfumarse el sueño de asistir a sus cuartas justas y buscar un cuarto podio al perder ante Briseida Acosta en el duelo por el pase olímpico. Germán Sánchez, doble medallista de plata en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, está en el sinuoso camino de la incertidumbre después que la Federación Mexicana de Natación (FMN) no ha informado sobre los controles para designar las plazas en clavados, mientras él ha batallado con un sinfín de lesiones después de brillar en Río con el segundo sitio en la prueba individual de plataforma.

Los cinco medallistas tomamos diferentes caminos y cada uno está buscando la forma de afrontar esos nuevos retos y lograr nuevos objetivos”, cuenta Ismael Hernández desde Nueva York, luego de concluir un posgrado (MBA) en administración de negocios y actualmente seguir estudiando Harvard. “Cada uno tomó la decisión de esa siguiente montaña que conquistar en diferentes áreas. Y eso habla de lo rico y lo diverso que es el ser humano. De lo rico y diverso que es el deporte”.

La potencial orfandad de medallistas de la anterior justa en la delegación nacional contrasta con lo sucedido al integrar al contingente que compitió en Río de Janeiro, en el cual seis poseedores de preseas en Londres 2012 repitieron la experiencia.

Esta lectura va en múltiples aristas. La primera, es un afortunado relevo generacional que se da en diversas disciplinas y lo acabamos de vivir en el caso de María Espinoza y Briseida Acosta”, analiza el medallista olímpico Daniel Aceves, segundo lugar en lucha grecorromana en Los Ángeles 1984. “Atrás de estos medallistas vienen otros deportistas que hacen que la competición en México sea de un altísimo nivel. También está el tema en otros casos del retiro”.

El deporte mexicano conquistó sus primeros podios como país en la edición de Los Ángeles 1932, con las platas del boxeador Francisco Cabañas y del tirador Gustavo Huet, quien repitió en la delegación de las justas de Berlín 1936. En 13 ediciones han reaparecido medallistas en la delegación, mientras que en siete no hubo ese privilegio.

No me queda la menor duda de que en esta delegación de Tokio 2021, aun sin los medallistas olímpicos, y con Germán en la tabla, van a traer grandes resultados”, analiza Ismael Hernández, quien en 2019 se retiró del deporte ante un prometedor horizonte para desarrollarse en Estados Unidos, donde también trabaja para una de las empresas financieras más relevantes del orbe. “Tenemos atletas… La misma Briseida va a ir a pelear por una medalla a Tokio. El hambre de la delegación mexicana está ahí”.

Si Germán Sánchez no se integra a la delegación, será la primera ocasión desde Beijing 2008 que México no tenga a uno de sus flamantes medallistas de una edición anterior.

UN DESAFÍO DEJAR EL DEPORTE
Daniel Aceves tenía el ferviente deseo de volver a competir en unos Juegos Olímpicos después de haber disfrutado la gloria de ser medallista en Los Ángeles 1984, pero las lesiones acabaron con esas ilusiones de volver a formar parte de la delegación deportiva.

El retiro de la esfera olímpica es un tema que puede acarrear problemas emocionales para muchos deportistas, quienes deben afrontar una nueva realidad alejada del deporte. En el caso de Aceves, medallista de plata en la modalidad de lucha grecorromana, encontró un área de desarrollo como dirigente deportivo.

Un compañero decía que al retirarse del deporte se sentía como un perro en el periférico… Sin saber a dónde ir”, cuenta Aceves, quien fue intervenido en cuatro ocasiones en las rodillas después de ganar la plata y eso impidió que volviera para las justas de Seúl 1998.

No poder continuar genera la necesidad de buscar una alternativa, no sólo en el tema de la sustentabilidad económica de los medallistas y su familia, sino de la tarea ocupacional para muchas personas que han estado en el deporte de alto rendimiento, pero que no por ello pueden ser buenos entrenadores o dirigentes deportivos”.

Aceves conquistó la presea 37 de las 68 con las que cuenta el deporte olímpico mexicano y supo encauzar su vida en el aspecto profesional en una esfera en la que también está al pendiente de los deportistas.

GUADALUPE GONZÁLEZ
Medallista de plata en marcha

Purga una suspensión de cuatro años por dopaje desde el 10 de mayo de 2019. Cuenta con 32 años y no ha manifestado si en 2022 volverá al deporte de alto rendimiento.

MARÍA ESPINOZA
Medallista de plata en taekwondo

La mejor deportista en la historia de México se quedó en la orilla de asistir a sus cuartos Olímpicos. Cuenta con un oro, una plata y un bronce. No ha confirmado si se va a retirar.

ISMAEL HERNÁNDEZ
Medallista de bronce en pentatlón

En 2019 tomó la decisión de retirarse para continuar su formación académica. Cuenta con MBA en Duke y actualmente estudia en Harvard y trabaja para Mastercard en Nueva York.