Kamala Harris llega al aeropuerto internacional Benito Juárez en la Ciudad de México.EDGARD GARRIDO / REUTERS

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, llegó en la noche del lunes a México en la segunda y última parada de su primer viaje oficial al extranjero. Harris ha sido blanco de duras críticas de los sectores republicanos por no haber visitado la frontera con México, el epicentro de una de las mayores crisis que ha enfrentado la Administración de Joe Biden desde su llegada a la Casa Blanca en enero pasado. La visita a Guatemala y a México es una travesía al origen del problema de la inmigración irregular en un momento donde los norteamericanos han redescubierto a sus aliados regionales después de la política vociferante de la era de Donald Trump.

Según Roberto Velasco, el responsable de la oficina para América del Norte de la Cancillería mexicana, la reunión se centrará “en definir un modelo de cooperación para el desarrollo del sur de México y Centroamérica para tratar de contener la crisis migratoria y atender las causas de raíz de la migración” que quedará plasmado en un acuerdo marco de cuya firma serán testigos en la mañana del martes Harris y el presidente Andrés Manuel López Obrador en el Palacio Nacional. Además del encuentro con López Obrador que, según la agenda de la Casa Blanca, se celebrará después de la firma del acuerdo, Harris prevé reunirse en un hotel de la capital con mujeres emprendedoras y líderes sindicales.

En cuanto a las maneras para frenar la migración desde el origen ambos Gobiernos coinciden en el discurso, pero en la práctica han mostrado diferencias en los enfoques. Estados Unidos aboga por supeditar la ayuda al Triángulo Norte a la lucha contra la corrupción, mientras que México apuesta por desembolsos directos. Washington ha comprometido más de 300 millones de dólares de inversión en ayuda humanitaria para Guatemala, unos 4.000 millones de dólares para toda la región y vacunas contra la covid-19.

Según explicó en la noche del lunes Ricardo Zúñiga, el enviado especial para el Triángulo Norte de Centroamérica de la Administración Biden, en el memorando que se firmará este martes se especifican las formas de cooperación entre las agencias de desarrollo de los dos países y las centroamericanas. El documento estará enfocado en la juventud y la reforestación, afirmó en declaraciones a los medios que viajaban de Ciudad de Guatemala a Ciudad de México. “Los dos somos países de destino de la migración de Centroamérica y a los dos nos preocupa asegurar que hay caminos legales para la ciudadanía”.

Los analistas creen que la migración es el primer punto de la agenda porque es el que más terreno en común encuentra entre ambos actores. En los cuatro años de Trump, México encontró una eficiente forma de cooperación elevando la vigilancia en la frontera sur para reducir el número de inmigrantes hacia el norte. La visita de Harris, la mujer más importante en Washington, es un punto de partida a una nueva relación. “Este es el primer mensaje que anuncia toda la atención que México va a recibir. Estados Unidos estaba ocupado con la pandemia, pero ahora el equipo de Biden está en posición. Inteligencia, migración, seguridad, comercio y combate al crimen organizado son los temas de interés”, considera Tony Payán, director del centro de Estados Unidos y México de la Universidad de Rice, en Houston (Texas).

Después de años de esfuerzos focalizados en contener a la migración centroamericana, López Obrador también deberá aportar respuestas al hecho de que los mexicanos están migrando a Estados Unidos en los niveles más altos en los últimos tres años. “El tema de seguridad es medular y México está teniendo un deterioro muy grave que trae a una nueva expulsión de mexicanos. Lo que vimos en abril es un aviso de que muchos van a comenzar a migrar otra vez por el deterioro de las condiciones en México”, añade Payán.

Guadalupe González, una especialista en la relación bilateral entre México y Estados Unidos del Colegio de México (Colmex), cree que ambos países están “en las antípodas” en muchos temas. “En el tema ambiental y el tema energético es donde hay una mayor distancia entre la agenda de Biden y la mexicana, pero también hay un marco legal jurídico para dirimir estas diferencias que es el TMEC (Tratado de Libre Comercio)”, apunta la académica, quien también detectó una omisión en la agenda, que no se hable de los migrantes que ya están en México. “No se está hablando de una mayor apertura del sistema de refugio o cómo cooperar para fortalecer las capacidades de atención a esta población… esas personas ya están aquí y requieren protección”, afirma la internacionalista.

Harris dio a López Obrador un mensaje de buena voluntad días antes de su visita. El presidente escuchó de la funcionaria que recibirá un millón de dosis de la vacuna Johnson & Johnson para el coronavirus. Era un gesto entre aliados, pero también un recordatorio de que los mexicanos necesitan a sus vecinos, que han acaparado el medicamento y recién ahora se disponen a compartirlo cuando han visto que la demanda de las inmunizaciones comienza a disminuir. Relaciones Exteriores también espera hablar del combate a la pandemia. Una asesora de la vicepresidenta para México también ha confirmado esta semana de que hay conversaciones en marcha para relajar las restricciones en la frontera común, un importante punto geográfico que está cerrado desde marzo de 2020.

Roberto Velasco, de la Cancillería, ha defendido en una entrevista con EL PAÍS que la relación bilateral pasa por un “buen tramo”. Muestra de ello es la donación de vacunas y la reapertura de la frontera a actividades no esenciales, algo México espera que suceda en julio. Eso, sin embargo, no implicaría el fin del Título 42, otra medida implementada por Washington al inicio de la pandemia, por la que las autoridades estadounidenses han devuelto en caliente a territorio mexicano a cientos de miles de migrantes y solicitantes de asilo.

González, del Colmex, cree que tendrán que reconstruirse “por completo” áreas de cooperación como es el de seguridad que, a su juicio, “se cayó” después del caso de la detención del general Salvador Cienfuegos, quien tras ser extraditado por Estados Unidos para enfrentar una investigación en México fue exonerado en pocos días. “Lo que sí veo es la intención por parte de los dos Gobiernos de no escalar el conflicto. Vamos a ver cómo se da este reacomodo. Imagino que va a ser pragmático, distinto a como fue con Trump”, apunta. Estados Unidos sí espera que México dé resultados en el combate a organizaciones de delincuencia organizada que están introduciendo a inmigrantes ilegales y fentanilo a suelo estadounidense.

Los analistas González y Payán creen que la visita de Harris es muy significativa. No existe un cargo más alto en el Gobierno de Estados Unidos a quien se la haya podido encargar la relación con México. La académica, sin embargo, considera que fue un error que la visita sea solo dos días después de las elecciones intermedias en México, que renuevan los 500 lugares de la Cámara de Diputados y que se haya visitado antes a Guatemala poniendo a los mexicanos en segundo plano. Payán cree, en cambio, que la visita es una muestra de respeto a la decisión democrática del pueblo mexicano desde un Gobierno que percibe con preocupación algunas muestras del mandatario mexicano. “Hay una preocupación creciente de la situación democrática en la que México va. Hay una tensión clara. A EE UU le preocupa el ambiente político que hay en México”, admite el especialista.