Por segundo año consecutivo, México quedó fuera de la lista de los 25 países con mayor atractivo para la Inversión Extranjera Directa (IED), según el Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa de A. T. Kearney.
Esto se debe a factores de transparencia regulatoria y gobernanza con las señales enviadas con las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica y a la subcontratación en el mercado laboral.
“México necesita redirigir sus esfuerzos para seguir acrecentando lo positivo y tratar de aminorar lo negativo que se ha venido acumulando”, dijo Ricardo Haneine, director y socio de la firma en nuestro país.
Añadió que, para regresar a la lista de las economías más atractivas, la nación necesita seguir fortaleciendo, ser muy estratégico en los sectores que dan más dinámica como la manufactura y seguir abriendo a otros rubros.
Es la tercera ocasión que México sale del índice desde su lanzamiento en 1998, lo hizo por primera vez en 2011 y al igual que en este último año, el tema regulatorio en el sector energético lo expulsó de la lista de los 25 países con mayor atractivo para direccionar la inversión extranjera directa.
“Sigue siendo el mismo factor el que nos llevó a salir del índice en 2011, cuando no se hicieron las reformas en el sector energético que se habían anunciado y esto nos demuestra que todos los recursos tienen que jugar para agregar valor a la inversión”, explicó el directivo en la videoconferencia para presentar su índice.
La prospectiva de la reforma energética con las rondas de exploración y producción, los cambios en la energía limpia, es lo que iba a detonar el siguiente nivel a la inversión.
Se necesitan decisiones de política pública congruentes con las necesidades de desarrollo que el país requiere, así como para potencializar el capital humano con una mejora en el sistema educativo y la capacitación continua y también fortalecer el tema de investigación y desarrollo es fundamental.
Los factores que ya habían encendido los ‘focos’ de alerta el año pasado cuando salió del índice, se continuaron pronunciando con los cambios en las reglas del juego en el sector energético y cambios en la flexibilidad del mercado laboral al pretender eliminar la subcontratación.
México debe redireccionar “sus esfuerzos para recuperar la confianza de los inversionistas, a pesar de que el país ha impulsado y se ha visto beneficiado por algunas iniciativas como la ratificación del T-MEC, y el efecto del near-shoring, no fue suficiente para que los inversionistas catalogaran al país como uno de los principales objetivos de inversión”, detalló el especialista.
En la medida que las políticas públicas se ajusten para aminorar los factores negativos, se verá un cambio, pero mientras tanto, su pronunciación aminora lo que pueden hacer los factores positivos como son el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
A nivel macroeconómico, el bajo crecimiento histórico y carecer de un plan de desarrollo económico y social, tuvo un efecto en la decisión de inversión, pero con mayor énfasis lo tuvo el en el ámbito regulatorio y de gobernanza, los cambios en las reglas del juego y la transparencia regulatoria con acciones como el freno en la dinámica de la Reforma Energética, tanto en petróleo con la suspensión de las rondas como con la nueva Ley de Energía Eléctrica, siendo un sector fundamental para el desarrollo de infraestructura en el país.
Asimismo, la iniciativa de reforma en materia de subcontratación que limita la flexibilidad del mercado laboral y la extinción de fideicomisos públicos, restaron puntos también.
La ratificación del T-MEC tuvo su efecto positivo reflejado en la mayor participación de inversionistas de Estados Unidos y Canadá en la IED, representaron el 39 y 15 por ciento del total, respectivamente contra 38 y 9 por ciento en 2019.