Viajes estudiantiles, las playas del Caribe mexicano y el contagio masivo de decenas de adolescentes argentinos. Este es el último escándalo que ha sacudido a México y Argentina en plena pandemia de covid-19. Las autoridades argentinas investigan el caso de 44 alumnos que abordaron sin complicaciones su vuelo de regreso desde Cancún, pero dieron positivo al virus apenas aterrizaron en el aeropuerto de Ezeiza en los últimos días. Medios locales informan de que al menos otros 30 estudiantes se contagiaron en el mismo destino.
“Llama la atención que salieron de Argentina con un PCR pagado por nosotros en un lugar privado que dio negativo, estuvieron allá siete días y al cuarto día les hicieron otro PCR en un laboratorio por el que pagamos 100 dólares a la agencia. Todos dieron negativos, pero al llegar aquí, de los 40 que viajaban, 12 dieron positivo”, cuenta Eduardo Raimondi, padre de uno de los alumnos contagiados. Al menos otros 165 estudiantes permanecen aislados.
Raimondi asegura que se enteró por comentarios de algunos padres de que adolescentes de otros colegios habían dado positivo al regresar de Cancún y avisó para que todos fueran a buscar a sus hijos con las máximas precauciones posibles. “Como todos sabemos que en los viajes de egresados duermen poco y tienen un ritmo importante, cuando llegó re contra cansado pensábamos que era solo eso, pero no, estaba enfermo”, relata. Este médico, de 65 años, denuncia que se incumplieron los protocolos dispuestos y asegura que la cifra de infectados habría sido aun mayor si 15 de los estudiantes no hubiesen contraído con anterioridad el virus.
“¿No es muy loco o demasiada casualidad que no dé ningún chico positivo allá y todos acá? En el medio subieron a un avión, comieron en el avión, es decir, que se sacaron el barbijo porque el vuelo dura siete horas. Fueron al baño. En fin. Seguro que es porque yo soy mal pensada”, ha tuiteado la periodista Nancy Pazos, madre de otro de los alumnos contagiados. “Si dan positivo allá [los de la agencia de viajes] tienen que dejar al chico aislado, seguir pagando su estadía, cambiar el ticket aéreo y el seguro contempla pagar el pasaje de un padre para que vaya a acompañarlo”, ha agregado Pazos.
Argentina tiene cerradas sus fronteras al turismo. Sin embargo, desde octubre permite que argentinos y residentes viajen al exterior siempre que presenten una declaración jurada en la que se hacen responsables de los imprevistos que puedan surgir con relación a su salud. A su vuelta, deben presentar una prueba negativa al virus realizada 72 horas previas al embarque, otra declaración jurada y permanecer siete días aislados en su domicilio argentino.
En 2020, la pandemia de la covid-19 obligó a suspender por primera vez los característicos viajes de egresados con los que muchos estudiantes celebran el final de sus estudios secundarios. La mayoría de padres cancelaron los viajes de sus hijos, pero otros optaron por reprogramarlos para 2021. “Si en 2019 teníamos un movimiento semanal de entre 8.000 y 10.000 pasajeros estudiantes, hoy está entre 1.000 y 1.200”, asegura Adrián Manzotti, de la comisión de turismo estudiantil de la Federación argentina de asociaciones de empresas de viajes y turismo.
La Secretaría de Turismo de Quintana Roo —el Estado mexicano donde se encuentran destinos como Cancún, Tulum y la Riviera maya— argumentó que las diferencias en los resultados de los tests aplicados en ambos países puede deberse a los tiempos de incubación del virus. “Es viable que se dé una prueba negativa o denominada “falso negativo” y que unos días después, esta misma persona refleje el resultado positivo”, se lee en un comunicado.
Desde Argentina, en cambio, los contagios han despertado sospechas sobre una presunta falsificación de las pruebas médicas. “Se están falsificando los PCR, lo cual es gravísimo y pone en riesgo no solo a la persona sino al conjunto de gente que viajó en el avión porque ya no es una persona sino 30 o 40 personas y los aerosoles son mucho mayores”, ha dicho este martes el titular de la cartera sanitaria bonaerense, Daniel Gollán.
A partir de estos casos, el Ministerio de Salud de Argentina ha vuelto a desalentar los viajes no esenciales al extranjero y ha emitido un decreto con nuevas restricciones para bajar las frecuencias de los vuelos internacionales. Además, prevé endurecer los controles a la llegada. En el Cono Sur esperan que estos contagios sirvan como ejemplo.
En México se busca exactamente lo contrario. Con la temporada de Semana Santa en puerta, las autoridades locales han gestionado la noticia como un hecho circunstancial y han achacado los brotes a la falta de cuidado de los visitantes. “No todas las personas que nos visitan permanecen dentro de las instalaciones certificadas y no necesariamente en todo momento se respetan la distancia, el uso de cubrebocas, el lavado frecuente de manos y el uso de alcohol en gel dentro de otros espacios que visitan”, señaló la Secretaría de Turismo de Quintana Roo.
“Esta Semana Santa esperamos recibir más de 665.000 visitantes en los 12 destinos que tiene el Estado”, dijo Marisol Vanegas, titular de Turismo de Quintana Roo, en una entrevista con este diario la semana pasada. A mediados de febrero, a unos días del inicio de las vacaciones de primavera, las autoridades estatales relajaron las restricciones sanitarias contra la pandemia. Vanegas defendió que las medidas son esencialmente las mismas y que ha habido un despliegue en coordinación con las empresas para garantizar que las estancias sean seguras. La funcionaria sostuvo que están preparados para la llegada de viajeros, incluso menor que los 980.000 visitantes que se registraron en las dos últimas de diciembre.
Aunque las playas mexicanas se han disparado en las tendencias de los principales buscadores de vuelos alrededor del mundo, las autoridades esperan que en los próximos días siete de cada 10 turistas en Quintana Roo sean mexicanos. “Para Quintana Roo esperamos que haya un pico de casos de covid-19 después de Semana Santa, aunque desfasado por el tiempo de incubación”, advierte Jorge Baruch Díaz Ramírez, encargado de la Clínica del Viajero de la Universidad Nacional Autónoma de México. El especialista apunta al relajamiento de las medidas y al aumento de la interacción social como detonantes del repunte. “El comportamiento de cada persona incide en la mitad del riesgo, sobre todo en espacios públicos y zonas comunes de contagio”, agrega.
El hijo de Riquelme no se aísla
En Argentina, el hecho de que los estudiantes fuesen de colegios privados exclusivos ha intensificado las críticas y ha reabierto el debate sobre la prohibición de este tipo de viajes no esenciales que incrementan el riesgo de propagar la covid. También ha causado un gran malestar que el hijo del ídolo de Boca Juniors Juan Román Riquelme, Agustín, violase el aislamiento impuesto a quienes regresan a Argentina. Agustín Riquelme también participó en uno de los viajes de egresados a Cancún la semana pasada, pero salió de su casa para asistir al clásico entre su club y River Plate en la Bombonera el pasado domingo. El club se expone a una sanción económica.
El enfoque de México es el opuesto. Pese a la pandemia, México fue el tercer país más visitado del mundo el año pasado, con unos 25 millones de viajeros, según la Organización Mundial de Turismo. Mientras un gran número de países ha optado por el cierre de fronteras y las restricciones de viaje, el país norteamericano ha preferido una política más relajada, pese a registrar cerca de 2,2 millones de contagios y más de 195.000 defunciones, según cifras oficiales. Díaz Ramírez señala que las políticas no son comparables por las diferentes características socioeconómicas de cada país, aunque urge a que el Gobierno mexicano, que tiene en el turismo su tercera fuente de ingresos, tenga una estrategia de comunicación más clara, sobre todo dirigida a viajeros nacionales. “Necesitamos viajeros responsables con su salud y la salud colectiva”, sentencia el especialista.