Seiko Hashimoto fue designada este jueves como la presidenta del comité organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio.

Ella sustituye a Yoshiro Mori, de 83 años, un exprimer ministro de Japón que se vio obligado a renunciar la semana pasada tras hacer comentarios sexistas sobre las mujeres. Básicamente, dijo que hablan demasiado.

Hashimoto participó en siete Juegos Olímpicos, cuatro de invierno y tres de verano. Según el historiador Bill Mallon, sus siete comparecencias son la cifra más alta de un deportista olímpico de “temporadas múltiples”.

Con su nombramiento, la exdeportista volvió a hacer historia en Japón, donde aún es raro ver mujeres en las juntas directivas y en puestos de poder político.

Hashimoto, de 56 años, ha sido ministra de Juegos Olímpicos en el Gobierno del primer ministro, Yoshihide Suga. También se encargaba de igualdad de género y empoderamiento de la mujer.

Compitió como ciclista en tres Juegos Olímpicos de verano (en 1988, 1992 y 1996) y en cuatro de invierno (1984, 1988, 1992 y 1994) en patinaje de velocidad sobre hielo. Ganó su única medalla en 1992, un bronce en patinaje de velocidad.

Hashimoto está vinculada a las Olimpiadas de muchas formas. Nació en Hokkaido, en el norte de Japón, apenas cinco días antes de la ceremonia de apertura de los Juegos de Tokio de 1964. Su nombre, “Seiko”, deriva de “seika”, que se traduce como “llama olímpica”.

Según reportes muy difundidos en Japón, Hashimoto era reacia a aceptar el puesto y fue una de los tres candidatos finales considerados por un comité de selección liderado por Fujio Mitarai, de 85 años, presidente de la compañía de cámaras Canon.

El comité de selección se reunió tres días consecutivos para hacer el apresurado nombramiento, apenas cinco meses antes de la apertura del evento, en medio de una pandemia y con un sinfín de problemas.

Los sondeos muestran que en torno al 80 por ciento de los japoneses quieren que el evento se cancele o aplace de nuevo. Hay reparos ante la perspectiva de llevar a miles de deportistas y otras personas a Japón, que ha controlado el coronavirus mejor que la mayoría de países.