El criminalista británico Karim Khan, de 50 años, será el nuevo fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI) , el tercero desde la apertura de la institución, en 2002. Elegido este viernes en Nueva York, ha hecho falta una votación secreta porque no hubo consenso previo sobre el candidato idóneo, que debía salir de una lista de cuatro aspirantes. El español Carlos Castresana figuraba entre ellos y quedó en tercer lugar. Khan sustituirá a la gambiana Fatou Bensouda, hoy al frente del cargo. El TPI es la única instancia permanente para juzgar casos de genocidio y los crímenes de guerra y contra la humanidad, y el fiscal entrante afronta el reto de atraer a los países que la rechazan, como Estados Unidos, China, Rusia o Israel. También deberá investigar en Afganistán y Palestina, entre presiones políticas, y obtener mayor apoyo para el arresto de los imputados.
El primer titular de la Fiscalía del TPI fue el jurista argentino Luis Moreno Ocampo, y después la propia Bensouda. Con un extenso currículo, Karim Khan es hoy subsecretario general de la ONU y encabeza la misión que reúne pruebas sobre los crímenes yihadistas del Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). Afrontará retos en el seno de su propia oficina, donde ha habido supuestos episodios de acoso, y deberá recabar ayuda para llevar a cabo sus indagaciones así como reforzar la protección de los testigos. Será crucial la mejora de la recogida de pruebas.
Consolidada como institución, el TPI ha sido criticado por fijarse sobre todo en los crímenes cometidos en África y por la lentitud de su labor, traducida en 9 condenas en 19 años. El mandato de fiscal es por nueve años no renovables, y el TPI mismo precisa del compromiso de los países miembros, puesto que carece de policía propia. En noviembre de 2020, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó una resolución que reconoce el papel del tribunal y pidió la cooperación de los Estados.