El 15 por ciento de los restaurantes en México, es decir, 90 mil unidades han cerrado debido a las suspensiones de actividades económicas para frenar los contagios de COVID-19, informó el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), Francisco Fernández.
El líder de los restauranteros detalló que antes de la pandemia había poco más de 600 mil restaurantes en todo el país, que empleaban a dos millones de mexicanos de forma directa y 3.5 millones de manera indirecta.
“De cierres definitivos hablamos de un 15 por ciento (de esos 600 mil restaurantes) porque esas unidades económicas no volverán a abrir”, agregó en entrevista con Leonardo Kourchenko, Víctor Piz y Enrique Quintana.
Mientras que 3 y 4 por ciento estará cerrado temporalmente y muchos establecimientos cambiarán de propietario.
El presidente de la Canirac explicó que esto se debe a los cierres de actividades económicas que se han establecido con el fin de frenar los contagios de coronavirus.
“A partir de que inicia la pandemia se viene un cierre casi total (de los restaurantes) y de la noche a la mañana las ventas se van casi al suelo, los gastos continúan, en el tema de la nómina se da un momento de confusión y en poco tiempo el gremio entra en terapia intensiva”, indicó.
Respecto a la campaña ‘Abrimos o morimos’, que inició el sector restaurantero en la CDMX, agregó que el sector restaurantero alcanzó un acuerdo con el Gobierno de la Ciudad de México para reabrir, pese al semáforo rojo de alerta sanitaria por el coronavirus.
Sin embargo, solo se podrá dar servicio en espacios abiertos como banquetas o terrazas.
“En la Ciudad de México cerramos el 21 de marzo antes de que se decretara la fase contingencia y abrimos en la tercera semana de junio, tantos días cerrados lo que provocó fue un cierre masivo de establecimientos y por lo tanto, perdida de empleos”, detalló.
“Abrimos (en junio), pero en condiciones muy adversas por el miedo al contagio, la gente no acudía a los establecimientos, y me refiero a mico, pequeños, medianos y grandes (establecimientos), y nos seguimos en esta crisis no solo por haber estado cerrados sino porque no hay una respuesta, y además se manda un mensaje donde había un horario acotado dependiendo la fecha, horarios reducidos”, añadió.
Detalló que con un código de salud elaborado la Canirac y avalado por la Secretaría de Salud, los restaurantes pudieron continuar laborando, pero en diciembre llegó un nuevo cierre que los pone en situación crítica.
“En la segunda semana de diciembre viene un nuevo cierre y esto nos pone en una situación crítica y hace que se establezca este eslogan de ‘abrimos o morimos’, que más que un eslogan es un grito de auxilio, de ‘ya no aguanto mas y tenemos que cambiar lo que estamos haciendo porque nos van a quebrar a todo un gremio'”, añadió.
Luego de que el pasado lunes trabajadores y trabajadoras de la industria restaurantera se manifestaron con un “cacerolazo” en la Ciudad de México para ser considerados como industria esencial y poder reabrir sus locales que han permanecido tiempo cerrados ante la pandemia de COVID-19, el gremio y el gobierno capitalino llegaron a un acuerdo para abrir este lunes 18 de enero.
Los restauranteros se comprometieron a cumplir con medidas de seguridad para poder ofrecer sus servicios.