En 2019, sin crisis económica y en el primer año de la actual administración, la economía informal ganó terreno y registró su mayor avance en siete años, mientras que la actividad formal reportó su primer retroceso desde 2009, y los especialistas esperan que esta situación se acentúe en el presente año.
La informalidad en México representó el 23 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2019, su mayor participación desde el 2014, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Durante el año pasado, la contracción en la actividad económica fue de 0.1 por ciento, la contribución del sector informal fue de 1.8 por ciento, mientras que el sector formal fue una caída de 0.5 por ciento.
De acuerdo con el estudio, la informalidad generó 5.3 billones de pesos durante el 2019, cifra que venía a la baja en los últimos años y revirtió su tendencia en 2019, para ubicarse en su mayor nivel desde 2014.
En la economía informal, la mitad corresponde al Sector Informal, compuesto por aquellos negocios no registrados de los hogares dedicados a la producción de bienes o servicios y la mitad restante corresponde a Otras Modalidades de la Informalidad, es decir, todo trabajo que aún y cuando labora para unidades económicas distintas a las de los micronegocios no registrados, no cuenta con el amparo del marco legal e institucional (seguridad social y prestaciones sociales).
Por cada 100 pesos generados de PIB del país, 77 pesos lo generan el 43.5 por ciento de ocupados formales, mientras que 23 pesos los generan el 56.5 por ciento de ocupados en informalidad.
El instituto señaló que solo el sector informal aportó el 11.5 por ciento del PIB y representa el 27.7 por ciento de los trabajos informales. Por su parte, otras modalidades de informalidad concentran el 11.5 por ciento restante, además le dio empleo al 28.8 por ciento.
De manera desagregada, la economía informal por sector de actividad económica, muestra que el comercio al por menor tiene la mayor participación, siendo del 25 por ciento, en segundo lugar está la construcción con el 15.6 por ciento, seguido de industrias manufactureras con 12.9 por ciento.
En el cuarto lugar lo ocupan las actividades agropecuarias con el 11.2 por ciento, mientras que en quinto lugar está el comercio al por mayor con 8.1 por ciento; el transporte, correo y almacenamiento se ubican en sexto sitio con un 5.3 por ciento y los otros servicios excepto actividades gubernamentales que contribuyeron con el 5.8 por ciento.
Los expertos prevén que la economía informal ganará más peso en este 2020, ante un mayor dinamismo de estas actividades y una débil recuperación del sector formal.
“Tenemos unas expectativas de crecimiento muy complicadas para el cierre del 2020 y 2021, lo que será una implicación directa sobre las cifras de empleo y de informalidad en el mercado laboral”, señaló a El Financiero Bloomberg, Jesuswaldo Martínez, investigador del Instituto Belisario Domínguez del Senado.
Afirmó que la crisis sanitaria tendrá un efecto significativo en el aumento de las actividades informales, “con la débil reactivación económica en el sector formal, habrá una exploración de actividades informales para todos aquellos trabajadores que fueron expulsados y esto implique un crecimiento en la tasa de informalidad y repunte de la economía informal”.
Consideró que hasta el momento las políticas fiscales, monetarias, laborales y comerciales han sido insuficientes y eso pinta un panorama poco alentador.
Impacta política económica
Ernesto O’Farril, presidente de Grupo Bursamétrica, indicó que las afectaciones por la crisis sanitaria en el presente año incrementarán la economía informal, además, ante la falta de políticas fiscales que ayuden a los sectores productivos generará una contracción del empleo muy importante y en consecuencia la recuperación será en los negocios no registrados.
Agregó que la política económica no es amigable con los empresarios y la creación de trabajos. “Todo esto se traduce en un incremento en la economía informal”, señaló.
“Desde el 2018, se observa una menor inversión y esto se traduce en una caída en la actividad económica pero también en un descenso en la generación de fuentes de empleo, llevando a las personas a emplearse en el sector informal”, indicó Carlos González Tabares, director de análisis y estrategia de Monex.
Agregó que “mientras que continúe esta recesión seguramente veremos el incremento en el segmento informal. El crecimiento económico para el 2021 será bastante limitado y esto provocará que muy pocas personas entren al empleo formal”.
Isaac Katz, catedrático del ITAM, indicó en su cuenta de Twitter, que aquí está reflejado uno de los graves problemas estructurales de la economía: la alta participación del empleo informal y su notoriamente baja productividad. El diseño del entramado institucional contiene un enorme sesgo en contra de la formalidad empresarial y laboral.
Para Jacobo Rodríguez, director de Análisis Financiero de Black Wallstreet Capital, a lo largo del 2020 “muchos trabajadores perdieron su empleo y parece poco probable que se recuperen todos los trabajos, y como consecuencia muchas de las personas buscarán una fuente de ingreso lo que incrementa la informalidad”.
Baja productividad
Si bien la economía informal participa con casi una quinta parte de la producción, en estas actividades se genera poco más de la mitad del empleo, 56.5 por ciento del total, lo que revela su baja productividad, mientras que los trabajadores formales representan el 43.5 por ciento restante.
Con base en datos del Inegi, resulta que la producción promedio por trabajador informal fue de 169 mil pesos en 2019, mientras que en los formales fue de 726 mil pesos, 4.3 por veces más.
“El problema no solo es la enorme informalidad que es improductiva, que no permite acceso a crédito, capacitación, prestaciones, sino que además se está fomentando al encarecer la formalidad y con medidas como la de la prohibición del outsourcing”, afirmó Jorge Suárez, analista económico y financiero en su cuenta de Twitter.