Lo peor que le puede ocurrir al análisis político es atender los escenarios políticos con sumas matemáticas, cuando en realidad los juegos estratégicos de poder responden a otras necesidades, prioridades y evaluaciones.

En este sentido, la alianza PRIANREDE no reventará la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados por la simple suma matemática de tendencias anteriores de votos, porque en 2018 demostró que la alianza PAN-PRD careció de la lealtad de sus propios militantes. La apabullante derrota del candidato aliancista Ricardo Anaya Cortés debiera ser revisada por los actuales neoaliancistas.

La verdadera disputa por el poder se está dando al interior de Morena; y si bien el liderazgo presidencial va a reencauzar las disputas, de todos modos la próxima mayoría legislativa estará entre Morena y sus aliados nuevos y viejos.

Los actuales aliados presidenciales están redocumentando sus lealtades, pero con el enfoque frío de la política presidencial de que todos ellos nada tienen fuera de Morena y del espacio lopezobradorista: la desguanzada Corriente Democrática del PRI de Porfirio Muñoz Ledo, los experredistas como neolopezobradoristas, los panistas de pipa y chamba, los pronto posmorenistas, los jefes tribales del viejo PRD y los chambistas de siempre saben que su viabilidad depende de quedarse dentro del consenso de Morena.

La alianza de élites PRIANREDE va por algunos pequeños espacios de poder. Su expectativa de quitarle la mayoría a Morena no dependerá de ellos, sino de los nuevos acuerdos dentro del partido en el poder. La alianza sin razonamientos del PAN con el PRI, la participación de la ultraderecha como la Unión de Padres de Familia en Sí por México afecta a militancia del PRI y del PRD, los empresarios como hijos del régimen priísta y del Estado paternalista quieren revalidar subsidios y áreas de poder, FRENAAA se está autodisolviendo por la ausencia de una estrategia política y por las irracionalidades de su líder.

La tribalización de Morena sí puede disminuir la fuerza unitaria del partido en la Cámara de Diputados. Los tres nuevos partidos tendrán que quitarle votos a Morena, aunque serán aliados incondicionales en el Congreso. No existe entre los grupos en disputa ninguna fuerza suficiente para quitarle a López Obrador la dirección del movimiento de movimientos.

En este contexto, la mayoría de Morena en el Congreso la va a armar el presidente de la república. Y es más posible que militantes del PRI, del PAN y del PRD se realineen a Morena y al lopezobradorismo que encuentren por su lado alguna fuerza-líder en la alianza y en las potenciales jefaturas de las bancadas. Por lo pronto, las actuales dirigencias de los tres partidos de la alianza opositora carecen de autoridad moral y política y fueron designadas por decisiones oligárquicas de los grupos que controlan esos membretes.

Los calderonistas amenazan con deshacer al PAN, los poscardenistas históricos siguen minando los espacios del PRI salinista-peñista neoliberal y Los Chuchos son los principales adversarios del PRD que dirigen porque carecen de una propuesta política real. Y en la estrategia lopezobradorista de Morena existen certezas de que el realineamiento de militantes de esos tres partidos hacia Morena va a entrar en una segunda ola.

Los aliados de oportunidad del priísta Porfirio Muñoz Ledo no tardarán en ajustar sus lealtades al partido que les ofrece seguridades de poder, los neomorenistas del PAN, del PRI y del PRD tampoco dejarán pasar mucho tiempo para ajustarse a las reglas del juego oficialista.

De ahí que la alianza tripartidista y las formaciones empresariales-sociales conservadoras se van a ir diluyendo ante la formalización del reparto de candidaturas. Y la disputa por el poder se instalará dentro de Morena.

HERMANDAD PUMA. Como organización social de egresados de la UNAM y de simpatizantes, la Hermandad Puma se ha consolidado como un sólido grupo de amistad identificado con la Chamarra Puma. Impulsado por Alejandro González, el grupo ha interrelacionado a periodistas, empresarios, ministros de la Corte, políticos, funcionarios. Ahora la Chamarra Puma se entregó al secretario de Marina, almirante José Rafael Ojeda Durán, y al presidente de la Concamin, Francisco Cervantes Díaz,

Política para dummies: La política es el juego del poder, no de los deseos.

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