Bruselas ya había alertado de que las elecciones legislativas en Venezuela carecían de transparencia y garantías democráticas. Y ante la constatación del previsible resultado el mensaje de la Unión Europea no se ha hecho esperar. No han sido unos comicios “libres, justos ni democráticos” y el escrutinio “no representa la voluntad del pueblo venezolano”, ha asegurado este lunes Josep Borrell, Alto Representante para la Política Exterior de la UE, sobre la votación para renovar la Asamblea Nacional celebrada este domingo, en la que ha ganado con comodidad el Gran Polo Patriótico, la plataforma de partidos aliados que respalda al régimen de Nicolás Maduro, con dos tercios de los votos. La oposición, en cambio, decidió no presentarse a los comicios y la participación ha sido la gran perdedora: la abstención rondó el 70%.
“Ya lo dijimos desde el principio, no cumplen con todos los requisitos democráticos”, ha aseverado el jefe de la diplomacia europea esta mañana cuando se disponía a reunirse con los 27 ministros de Asuntos Exteriores de la UE. Durante la cita en Bruselas, la última de un año negro y la primera presencial desde hace semanas, los líderes europeos han decidido por unanimidad no reconocer el resultado electoral venezolano y han adoptado un comunicado conjunto en el que se enfatiza que Venezuela necesita “una solución política” y pide a Caracas que se permita el envío de ayuda humanitaria al país.
La “falta de respeto por el pluralismo político y la descalificación y enjuiciamiento de los líderes de la oposición no permiten a la UE reconocer este proceso electoral como creíble, inclusivo o transparente”, afirma el comunicado. La UE, ha recalcado Borrell en una rueda de prensa, “llama a los líderes [de Venezuela] a priorizar el interés del pueblo venezolano y a que comience pronto un proceso de transición”. Y ha concluido fijando una clara posición: Bruselas “está preparada para apoyar ese proceso”.
La ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, ha destacado a la salida del encuentro con sus homólogos la posición en bloque de los Veintisiete y ha lamentado la ocasión perdida por parte del régimen de Maduro: “Las elecciones podrían haber sido una buena oportunidad para que todos los venezolanos pudieran expresar su visión para el futuro del país”, ha dicho. Pero “no se han respetado estándares internacionales mínimos para un proceso creíble” por lo que “la UE no puede reconocer el resultado” y “tampoco España”.
El Gobierno de Madrid, ha añadido la ministra González Laya, también “mantiene su disposición a apoyar un proceso de transición para buscar una solución pacífica […] a través de elecciones presidenciales y legislativas que sean libres, creíbles y justas” y ha subrayado la posición del Alto Representante como cabeza visible con un mandato expreso para buscar una “solución política” a la crisis venezolana.
La ministra también ha hecho oídos sordos a la propuesta del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, quien el domingo reclamaba a la UE desde Venezuela (donde se encontraba como observador) una “reflexión serena y sosegada” sobre su postura frente al régimen de Maduro. “El presidente Rodríguez Zapatero es un ciudadano libre de expresar su opinión, la ha expresado y yo la respeto profundamente”, ha replicado González Laya, quien acto seguido ha zanjado: “Lo que hoy hemos decidido todos los Estados miembro de la UE por unanimidad es no reconocer el resultado de la elección parlamentaria”.
La diplomacia europea había reclamado a Maduro en septiembre retrasar la cita electoral como condición para garantizar la observación electoral de los comicios. Pero este movimiento no se produjo desde Caracas por lo que la Unión Europea renunció a enviar finalmente unos observadores sobre el terreno, que hubieran podido dotar de validez los resultados. Ahora se abre un terreno incierto en el que la UE aguardará la respuesta y los pasos de la oposición venezolana, y en el que Bruselas abrirá un proceso de discusión para fijar su postura frente a la Asamblea Nacional opositora (que será sustituida el 5 de enero por la cámara salida de estas elecciones) y también sobre el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, cuyo mandato emana de este órgano.
A la postura sincronizada como un reloj de las 27 capitales europeas se ha añadido también el Reino Unido, que tampoco reconoce el resultado de unas elecciones que califica de “ilegítimas”. El ministro británico de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, ha explicado a través de un comunicado que Londres sigue reconociendo “a la Asamblea Nacional elegida democráticamente en 2015” y a Guaidó como “el presidente interino constitucional” de Venezuela, según ha recogido la agencia EFE. “Es vital que a los venezolanos se les otorgue la oportunidad de votar pronto en unas elecciones presidenciales y legislativas que sean libres, justas y vigiladas de manera efectiva”, ha señalado Raab.