Seguidores de Trump concentrados frente al centro de escrutinio en Maricopa, en Phoenix. En vídeo, las protestas de los seguidores de Trump.MATT YORK / AP

Tras más de 24 horas de escrutinio de los votos en las elecciones de Estados Unidos, la tensión por la falta de resultados comenzaba este miércoles por la noche a manifestarse en las calles del país. En algunos lugares ese nerviosismo tomaba la forma de nuevas protestas contra Donald Trump, que se declaró vencedor de las elecciones. En otros, como Phoenix, eran partidarios acérrimos del dirigente republicano los que se manifestaban frente a la autoridad electoral del condado para exigir un recuento “hasta el último voto”. La ansiedad de un país que aún no sabe el resultado de las elecciones con mayor participación del último siglo se hacía visible.

La protesta de Phoenix había sido convocada a través de cuentas de las redes sociales vinculadas al mundo conspiracionista. Alrededor de las ocho de la tarde (hora local), unas 200 personas se concentraron en el centro de la ciudad con todo tipo de parafernalia trumpista para pedir que se contaran sus votos. Dentro del edificio, los trabajadores hacían exactamente eso, contar votos. El escrutinio de Arizona es uno de los cinco que mantienen al país en vilo (Georgia, Carolina del Norte, Nevada y Pensilvania son los otros), pues en cualquier momento se puede certificar allí una victoria de Joe Biden que acabe con la incertidumbre.

“Vamos a estar aquí no solo hasta que acabe la elección, sino también después”, proclamaba uno de los líderes de la concentración con un megáfono. “Vamos a hacer oír vuestra voz”. La idea general de la manifestación, exenta de pruebas que lo demostraran, era que algo raro está pasando en el proceso y exigían la seguridad de que se cuentan los votos con garantías.

La ventaja inicial de Trump en el escrutinio ha ido desapareciendo con el paso de las horas y el cómputo de los sufragios por correo, y eso parece haber disparado la sensación de fraude entre sus seguidores más acérrimos. Trump lleva meses lanzando acusaciones infundadas de fraude sobre un voto anticipado que todas las proyecciones apuntaban a que favorecería a los demócratas y tardaría en ser sumado al cómputo final.

“Creo que muchos de los votos de Arizona son falsos”, decía una joven que se identificó como Kayleigh. “No han contado votos desde las ocho de la tarde”. Mientras el resto del mundo esperaba con más o menos paciencia la actualización de los datos del condado de Maricopa, ella había llegado a esa conclusión. A su lado, un joven que se identificó como Rich decía que “en Wisconsin hay 3,2 millones de votantes registrados y tienen 3,3 millones de votos. Hay 100.000 votos más que personas, no tiene sentido”. Rich repetía como cierto una teoría conspirativa viral desmentida hacía horas. “Lo mismo ha pasado en cuatro o cinco Estados”, insistía.

“Yo solo quiero una elección limpia. Si Trump pierde, nos lo tragamos y esperamos cuatro años. Pero tiene que estar bien al 100%”. Rich no sabía decir qué tipo de pruebas necesitaba ver para convencerse de que el conteo se está haciendo bien, que simplemente es lento porque han votado millones de personas más de lo habitual y que ninguna autoridad local de Estados Unidos quiere dar el más mínimo margen al error. “Es que es muy raro que Arizona se vuelva demócrata”, resumía Rich.

Fusiles de asalto
En la manifestación, una señora proclamaba a gritos que el presidente había defendido a los niños de supuestas redes pedófilas, un disparate sin base alguna que se disemina en los círculos de ultraderecha a través de las redes sociales. Personajes extremos se mezclaban con familias y parejas. Varios de los asistentes iban con atuendo militar y varios de ellos, armados con pistolas o fusiles de asalto. Arizona es un Estado que permite llevar armas a la vista en público. Los agentes del sheriff protegían el centro de escrutinio. La manifestación comenzó a dispersarse cerca de la medianoche.

La exigencia de los trumpistas en Phoenix de contar todos los votos contrastaba con la manifestación de otros partidarios de Trump en Detroit, Michigan, durante la jornada en la que pedían que se detuviera el cómputo. Trump acabó perdiendo Michigan en la tarde del miércoles. Al mismo tiempo, las denuncias de la campaña de Trump para detener el conteo en varios Estados provocaron manifestaciones contra el presidente por todo el país que pedían también que se contaran todos los sufragios igual que los trumpistas de Phoenix. En la noche del miércoles, todo Estados Unidos tenía alguna razón para salir a la calle a mostrar su frustración por la lentitud de los resultados y la tensión por el futuro.

Además de las protestas contradictorias de trumpistas en Phoenix y Detroit, pidiendo que se contaran los votos en un sitio y en otro no, se registraron manifestaciones en Oakland, Atlanta y Nueva York de grupos de izquierda que volvieron a salir a las calles a denunciar el intento de Trump de emponzoñar la confianza en los resultados. Una coalición llamada Protect the Results dijo que planeaba manifestaciones en 500 ciudades, que al final no se materializaron, según Reuters. En el lado trumpista, las movilizaciones parecen formarse alrededor de la idea de “parar el robo”, es decir, que los resultados fiables son los del martes y que el conteo de voto por correo en realidad es un robo de la elección utilizando votos ficticios. Son las palabras del propio presidente.