Un boceto de Keith Raniere, fundador de la secta NXIVM, en una audiencia en Nueva York.ELIZABETH WILLIAMS / AP

El líder de la secta que marcaba como ganado a sus esclavas sexuales pasará el resto de sus días en prisión. Keith Raniere, fundador de NXIVM (se pronuncia Nexium), ha sido condenado este martes a 120 años de cárcel en un tribunal de Nueva York. Raniere, de 60 años, ya había sido declarado culpable en junio del año pasado de delitos que incluyen tráfico de personas, explotación sexual y posesión de pornografía infantil. Vanguardia, como era conocido entre sus seguidores, sostuvo que era inocente hasta el momento en que fue sentenciado y nunca se mostró arrepentido de sus crímenes.

La audiencia contra Raniere ha tenido como protagonistas a sus víctimas. Más de una decena de mujeres respondió al llamado de la corte en Brooklyn para confrontar por última vez a su abusador: personas que fueron marcadas sin anestesia con un bolígrafo cauterizador, arruinadas económicamente y obligadas a participar en actos sexuales con el gurú contra su voluntad. “Keith Raniere es una persona peligrosa, que ha usado a gente para hacer realidad sus propios deseos perversos en cada uno de sus negocios”, dijo India Oxenberg, víctima de la secta, en una entrevista con EL PAÍS días antes de la sentencia. “Es una amenaza para la sociedad y si lo liberaran, seguiría dañando a más personas”, agregó.

El juicio destapó una serie de atrocidades, como el abuso sexual de Camila, una adolescente mexicana, y el aislamiento de la hermana de la víctima, con quien también tuvo relaciones sexuales, en un cuarto durante dos años. “La primera vez yo tenía 15 años y él, 45”, ha declarado la joven. “Aún tengo heridas que él dejó en mi cuerpo que nunca serán borradas, heridas que cargan con un inmenso dolor psicológico y emocional”, ha agregado: “Por eso estoy aquí, para evitar que casi destruya a alguien más otra vez”. Su padre, aún convencido de las enseñanzas de NXIVM, ha testificado a favor de Raniere.

“Me robó casi 17 años de mi vida y mi trabajo”, afirmó Ivy Nevares, expareja mexicana de Raniere, en una declaración grabada para la corte, equipada con pantallas para dar a conocer los testimonios. “Me mintió, abusó de mí, me explotó y me torturó”, aseguró en una transcripción publicada en su blog. Pese a que más de la mitad del círculo cercano al líder era de México, ninguno ha enfrentado consecuencias legales. “Hubo otros [perpetradores] también, algunos se pasean por Nueva York, otros se esconden cómodamente en México”, agregó Nevares.

“Parece ser que soy el demonio”, dijo Raniere en un podcast grabado desde la cárcel publicado esta semana. “Soy inocente”, insistió en sus primeras declaraciones públicas desde que fuera detenido en el balneario mexicano de Puerto Vallarta en marzo de 2018: “Hay gente que me detesta por todo tipo de motivos, probablemente muchas de esas razones son válidas, [pero] la mayoría de las que yo he visto no lo son”.

Los últimos seguidores visibles de NXIVM han lanzado en los últimos días una campaña orquestada por su líder para evitar su caída: con una rueda de prensa en la que acusan manipulación de evidencia y bailes afuera del Centro Metropolitano de Detenciones de Brooklyn para animarlo y para denunciar el sistema penitenciario de EE UU. Raniere ofrece también una recompensa de 25.000 dólares para quien demuestre que fue juzgado injustamente y otros 30.000 dólares en “premios” para ensayos sobre su caso. “El juicio fue una farsa”, señaló Eduardo Asunsolo, uno de los pocos mexicanos que ha mantenido contacto con el gurú desde su arresto, en una entrevista publicada por este periódico hace dos semanas.

Marc Agnfilo, su abogado, se ha desmarcado de las acciones desesperadas de los acólitos de su cliente, pero ha adelantado que es probable que se apele el veredicto. NXIVM se fundó en 1998 en Albany, la capital de Nueva York, y promocionaba cursos que costaban varios miles de dólares bajo la fachada de la “superación personal”. La estafa piramidal permitió a Raniere exprimir a sus antiguos seguidores. Entre los más de 18.000 miembros de su comunidad destacan Allison Mack, actriz de Smallville; Clare Bronfman, heredera del imperio licorero Seagram; Emiliano Salinas, hijo del expresidente mexicano Carlos Salinas y cabeza de la franquicia en México hasta 2018, y Rosa Laura Junco, hija del dueño del periódico Reforma. “Eran quienes, probablemente, aportaban más dinero”, aseguró Oxenberg sobre los miembros mexicanos.

A finales de 2015, tras un proceso de adoctrinamiento misógino y abusos emocionales, Raniere instruyó a mujeres de su círculo cercano para que crearan DOS, una estructura paralela dentro de NXIVM formada solo por mujeres, y prepararan a otras para tomar un voto vitalicio de obediencia. La promesa era mejorar sus vidas. En 2017 se expuso la patraña: Raniere quería un harén con decenas de mujeres a su disposición, que eran coaccionadas con “penitencias” como dietas extremas y la amenaza de revelar información comprometedora, como fotografías íntimas. La secta también aplicaba técnicas de terrorismo legal, a menudo desde México, llenando de demandas y amenazas dirigidas para arruinar a los desertores.

Tras las rejas y abandonado por la mayor parte de su séquito, la sentencia consuma la caída de Raniere, pero abre un largo camino entre posibles apelaciones, nuevas acusaciones contra sus cómplices y la incógnita de que el grupo siga activo bajo otros nombres, una sospecha que se extiende en la comunidad de desertores. La última entrega de la saga legal de NXIVM puso los reflectores en el gurú, pero las luces terminaron por moverse hacia las víctimas: las familias destruidas, los que lo perdieron todo, las que fueron humilladas y marcadas. El séquito finalmente recuperó su voz y reclamó sus vidas.