Las autoridades francesas decretaron este lunes la alerta máxima de coronavirus para la región de París, una medida que prohíbe las reuniones por festejos y exige el cierre de todos los bares —si bien permite que los restaurantes sigan abiertos— al tiempo que el número de contagios aumenta rápidamente.

El prefecto de la policía parisina, Didier Lallement, anunció que las nuevas restricciones estarán vigentes al menos por las próximas dos semanas.

“Nos estamos adaptando constantemente a la realidad del virus. Estamos tomando medidas para reducirlo (su propagación)”, afirmó.

A partir del martes, los bares estarán cerrados en París y sus suburbios. Las fiestas estudiantiles y cualquier otro evento festivo o familiar en establecimientos abiertos al público estarán prohibidos.

Los restaurantes seguirán abiertos bajo estrictas condiciones que serán detalladas más tarde. Se espera que las normas incluyan un distanciamiento adecuado entre las mesas, una cantidad limitada de clientes y el registro de los nombres y números telefónicos de los comensales.

Las instalaciones deportivas bajo techo, incluyendo piscinas, solo estarán abiertas para personas menores de 18 años. Los gimnasios de antemano se encuentran cerrados.

Salas de cine, teatros y museos continuarán abiertos bajo estrictas reglas sanitarias, pero ferias y espectáculos profesionales no estarán permitidos.

Las autoridades han mantenido el límite de 1.000 espectadores por día en todos los eventos deportivos grandes, lo que permite que el Abierto de Francia siga esta semana conforme a lo planeado.

El director de la Autoridad de Salud Regional, Aurelien Rousseau, dijo que cerca de 3 mil 500 nuevos contagios son confirmados en promedio diariamente en la región de París, y 36 por ciento de las camas en las unidades de cuidados intensivos son ocupadas por pacientes de COVID-19.

Nueva York también se pone ‘en alerta’
Apenas unos días después de que los estudiantes regresaran a clase, el temor al resurgimiento está obligando al alcalde de la ciudad estadounidense, Bill de Blasio, a retroceder en ese esfuerzo.

Después de insistir durante semanas en que mantendría abiertas todas las escuelas a menos que la tasa promedio de infección en toda la ciudad excediera el 3 por ciento durante una semana, de Blasio invirtió el curso el domingo.

Le pidió permiso al gobernador Andrew Cuomo para cerrar escuelas y negocios seleccionados a partir del 7 de octubre en nueve códigos postales problemáticos. Las áreas en el sur de Brooklyn y Queens muestran tasas de infección del 3.86 por ciento al 8.31 por ciento, lo que eleva el promedio de siete días de la ciudad al 1.72 por ciento después de meses en los que rondaba el 1 por ciento.

“Esto es por precaución”, señaló el alcalde el domingo para explicar su cambio de política. “El plan es poner atención en estos nueve códigos postales, para volver a abordar el problema mediante el uso de las herramientas que sabemos que funcionan”.

Con información de Bloomberg