En medio de la pandemia por el COVID-19, el salario en el sector formal ha registrado incrementos importantes, lo que expertos consultados por El Financiero atribuyen a una combinación de factores, como las alzas al salario mínimo y la negociación colectiva, pero también a un efecto aritmético resultado de que los trabajadores de bajos ingresos son los que perdieron sus empleos.

En junio de 2020, el Salario Base de Cotización (SBC) promedio de los trabajadores asegurados aumentó 8.1 por ciento anual nominal, variación que fue igual a la de mayo previo, y representó la mayor alza para cualquier mes desde julio de 2002, de acuerdo con los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En junio, el SBC promedio de los asegurados fue de 407.3 pesos diarios, mientras que en mayo fue de 408 pesos diarios. En su reporte mensual, el IMSS asegura que desde enero de 2019 el SBC registra crecimientos anuales nominales superiores al 6 por ciento. En términos reales, el SBC registró un alza de 4.7 por ciento anual en junio, se trata de la variación más elevada para un mes de junio desde 2001.

Cae empleo de bajo salario
Debido a la pandemia por COVID-19 se perdieron un millón 113 mil 677 empleos formales en los últimos cuatro meses y en junio de 2020, mes en el que inició la “nueva normalidad”, se perdieron 83 mil 311 puestos de trabajo, la cifra más baja para un mismo mes desde junio de 2001, según los registros del IMSS.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), durante la emergencia sanitaria por COVID-19, la pérdida de empleos se ha concentrado en los menores niveles salariales, ya que alrededor del 80 por ciento de los puestos perdidos se ubicaron en el rango de 1 a 2 salarios mínimos.

En ese sentido, para la comisión los incrementos en el SBC observados “se explican en buena parte por un efecto aritmético que resulta de la eliminación de puestos de trabajo de bajos salarios”.

David Kaplan, especialista sénior de la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señaló que el aumento del salario promedio se debe, parcialmente, al hecho de que los trabajadores de bajos ingresos están perdiendo sus empleos en mayor porcentaje.

Apuntó que los datos de los salarios contractuales sugieren que el desempeño de los salarios reales en esta crisis es mejor que en la de 2008-2009, por lo que el alza del salario en junio se debe también, probablemente, a una combinación del aumento del salario mínimo y un mayor empoderamiento de los trabajadores en las negociaciones colectivas.

“Debemos tomar con cautela los aumentos del salario promedio del sector formal, porque reflejan en gran medida la pérdida de empleos de quienes ganaban menos, pero la pérdida de empleos que estamos observando son producto de la crisis de COVID-19”, sostuvo Kaplan.

José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, indicó que el empleo que se está conservando de marzo a la fecha es el mejor pagado; es decir, está vinculado con empresas de tamaño mediano y grande; asimismo, hay algunas empresas que están haciendo revisiones de salarios.

“La conservación de plazas laborales de mejor calidad es lo que está implicando que esté favoreciendo este incremento salarial. Las empresas en esta crisis de lo que están prescindiendo es del empleo de salarios más bajos y se conservan los empleos donde las empresas tienen más clara una estrategia”, expuso.

Gabriel Pérez del Peral, profesor de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, señaló que el alza del SBC se puede explicar “porque en junio comenzaron a abrir algunas actividades económicas, por lo que también pudo haber aumentado la demanda de trabajo después del confinamiento, y el mercado está absorbiendo los millones de despidos”.