El narrador mexicano y el torero español fueron amigos a mediados de los años 40 y, según los registros, ambos viajaron a Acapulco.

CIUDAD DE MÉXICO.- Un coleccionista español revela a Excélsior la existencia de cinco grabaciones inéditas donde aparecen personajes como el escritor Francisco Tario (1911-1977), el torero español Manolete (1917-1947) y la actriz Lupe Sino (1917-1959), realizadas en 1943 o 1944, en la casa del propio Tario, ubicada en la calle de Etla 24.

La historia indica que estos documentos sonoros son piezas únicas, las cuales se extraviaron en alguna mudanza entre México y España.

Sin embargo, expertos como el narrador e investigador Alejandro Toledo comentan que éstas completarían la colección que resguarda la Fonoteca Nacional de México, donde también aparecen las voces de Octavio Paz y Elena Garro.

El hallazgo fue realizado hace poco más de un mes por Manuel García Fernández –coleccionista asturiano que busca grabaciones sobre el folclor español y la guerra– en un contenedor con objetos desechados por los herederos de la familia Castillo Santíes.

Yo compré aquellos discos de pizarra sin saber que entre éstos había una grabación de Manolete. Digamos que lo compré por casualidad”, revela. Pero al llegar a su casa, García Fernández puso una de las grabaciones en el tocadiscos y se quedó helado.

La verdad quedé mudo, porque efectivamente era Manolete. Después supe que estaba en casa de Tario, quien lo grabó, y que también aparece la novia de Manolete, la Lupe”.

¿Podría describir las grabaciones?, se le pregunta al coleccionista. “Hay dos grabaciones de Manolete. En una canta La vaca lechera, en otra El muchacho alegre y una más con algunos fandangos.

Luego, hay otra grabación donde aparecen Bernardo, el Carnicerito de Málaga, Carmen Farrell, (esposa del narrador mexicano), y otros dos discos, donde Tario habla sobre Frédéric Chopin, recita un poema y toca el piano”.

A partir de ese momento, el coleccionista intentó armar las piezas del rompecabezas: consultó al Museo Manolete, en España, con lo cual confirmó el hallazgo, pues tenía en sus manos las grabaciones más importantes de Manolete y un documento histórico vinculado a la cultura mexicana y española de los años 40.

QUEMAR DISCOS
Este diario también charla con el narrador y ensayista Alejandro Toledo, quien es experto en la obra de Tario (Francisco Peláez) y aborda el contexto de dichas grabaciones.

Tario tuvo la ocurrencia de comprar una suerte de consola con la que ‘quemaba’ discos. Esto debió ocurrir a finales de los años treinta y comienzos de los cuarenta. Puede ubicarse ese tiempo porque el poema que lee Paz ahí, Niña, es un homenaje a su hija recién nacida; y es el tiempo en que la pareja Paz-Garro vivía en la casa posterior de los Peláez-Farell.

Entonces, Tario se dedicó a grabar a sus invitados a las tertulias; como era aficionado a los toros, en una de esas invitó a Manolete, que llegó con Antoñita, su novia, y con Bernardo, al parecer su mozo de espadas.

Así que esta historia cruza las fronteras entre lo literario y lo taurino; y se funde con el destino trágico de Manolete, quien murió en 1947”, apunta.

Además, al revisar las líneas del tiempo de Tario y Manolete, calculo que éstas grabaciones se hicieron en 1945, que es cuando Tario estaba metido en la aventura acapulqueña y Manolete hizo una gira amplia por México. Y hay fotos de ambos en el puerto”, como las que acompañan a este texto.

Toledo recuerda que José Luis Martínez fue el primero en hablarle de esas grabaciones. “De eso hace unos treinta años, por lo menos, al entrevistarlo sobre su amistad con Francisco Tario. Y al conocer a Julio Farell, el hijo de Tario, le pregunté por esos discos, y me entregó unos diez, que llevé a la Fonoteca Nacional como donación de la familia Peláez-Farell y para que se digitalizaran.

Ahí aparecían las voces de Octavio Paz y Elena Garro, grabadas en las tertulias de Etla 24, fragmentos de adaptaciones de relatos de terror y el mismo Tario en ejercicios al piano o recitando poemas”.

Sin embargo, recordó que las grabaciones de Manolete estaban perdidas. “Me dijo Julio que se perdieron en la mudanza. Hasta ahí, pues, las dimos por extraviadas e irrecuperables. Ahora, si se asoma uno a la historia de Manolete verás que hay realmente muy poco con su voz, sólo unos segundos. Y este hallazgo es muy importante para los taurinos y para la cultura española, pues se trata de una leyenda de la fiesta brava”, apunta.

BÚSQUEDA INCESANTE
Manuel García es coleccionista desde hace 12 años y hasta el momento resguarda cerca de 350 grabaciones originales de la música folclórica española y del tema de la Guerra Civil Española.

Me encantaban las grabaciones a voz plasmada en los discos de gramófono y como soy asturiano quise coleccionar el folclor regional, y así he reunido una colección de 350 discos de 78 rpm, también conocidos como discos de pizarra o de acetato, que son muy frágiles.

Por ejemplo, conserva grabaciones de José Antonio Primo de Rivera, el fundador de la falange de España, de Francisco Franco, otras más con temática de la guerra y de cantantes como Manolo Caracol, Juanito Valderrama, Rafael Farina, Pepe Pinto y de Antonio Molina.

Soy un apasionado de un cantante de los años 50 que se llamaba Antonio Molina y he tenido la suerte de encontrar la colección completa que es única, pero en todo este tiempo jamás había descubierto algo como esto”.

SÍ SON AUTÉNTICAS
Por último, se le consulta a Alejandro Toledo sobre la autenticidad de las grabaciones.

Recibí un correo electrónico a mediados de mayo en el que se hablaba de unos discos grabados en casa de la familia Peláez-Farell, en donde figuraba un Bernardo y una Antoñita y me preguntaban si sabía algo. Luego entré en contacto por WhatsApp con este personaje que rescató los discos de ser tirados a la basura y se interesó por la historia”, dice.

Por internet llegó a mi blog, en donde hay muchos textos sobre Tario, y a mis señas electrónicas. Después, he oído por WhatsApp fragmentos de los discos, los he visto en fotografías… y no hay duda de que son aquellos que perdió Julio Farell en la mudanza que hizo de Madrid a México en los años 90 del siglo XX.

Antes de cantar El muchacho alegre se escucha a Manolete dedicar el disco ‘A mis buenos amigos Paco y Carmen, para que nunca me olviden’. También oí a Tario interpretar al piano el Claro de luna de Beethoven, y recitar la Canción de la vida profunda de Porfirio Barba-Jacob”, abunda.

¿Cuál debería ser el destino de estas grabaciones? “Los (discos) que había en México fueron donados a la Fonoteca Nacional. En España será distinto, porque hay coleccionistas de Manolete y a este hallazgo yo creo que se le dará allá una gran importancia. Son piezas únicas”.

¿Existen copias? “Tario no tenía la manera de copiar un disco. Eso les da un enorme valor, más allá del valor cultural histórico o cultural que tenga para nosotros. El que los tiene ahora en sus manos quiere entregarlos a quien mejor sepa valorarlos… Y será como entrar a una subasta de pronóstico reservado. Se puede armar un gran barullo. Ojalá en el futuro se digitalicen”, concluye.