Zidane, con la plantilla madridista, antes de un entrenamiento.INMA FLORES

Cuando el 12 de marzo el positivo por coronavirus de Trey Thompkins envió a las primeras plantillas de fútbol y baloncesto del Real Madrid de cuarentena y precipitó la suspensión de LaLiga, las expectativas sobre el desarrollo de la pandemia y su incidencia en la competición mantenían aún cierto optimismo. En los días siguientes, el presidente, Florentino Pérez, telefoneó al capitán, Sergio Ramos, para tranquilizarle sobre los efectos económicos de la situación: no habría rebajas de sueldos, ni de las plantillas deportivas ni para el resto de los empleados, hasta 800.

Por entonces, los recortes empezaban a sobrevolar varios clubes de Primera y Segunda. En el Camp Nou, ya el 20 de marzo se pronunció la palabra ERTE en una junta directiva. Pero el Madrid creía que podía aguantar: mantenía una bolsa de más de 150 millones de euros en el banco, según el cierre de las cuentas del ejercicio 2018-2019, y una deuda neta de -27 millones, es decir, le debían más de lo que el club debía. Nada que ver con los 217 millones de deuda neta del Barça. En los despachos de Valdebebas se mostraban convencidos de que las cuentas podían aguantar.

Sin embargo, a medida que la crisis avanzaba y se agravaba, en los despachos blancos se fue rebajando el optimismo. Los números que se iban haciendo cada vez resultaban más difíciles de cuadrar. Ya a comienzos de la semana pasada, como avanzó EL PAÍS, se vio inevitable una rebaja de los sueldos para ajustar gastos. A mediados de esa semana comenzaron los tanteos que culminaron este martes en un acuerdo anunciado este miércoles por la tarde por el club en un comunicado en su web: “Los jugadores y los técnicos de las primeras plantillas de fútbol y baloncesto del Real Madrid, encabezados por sus capitanes, junto con los principales ejecutivos de las distintas direcciones del club han acordado rebajar voluntariamente su retribución para este año entre el 10% y el 20%, en función de las circunstancias que puedan afectar al cierre de la presente temporada deportiva 2019-20”.

La parte más baja de la horquilla, el 10% sobre el total de las fichas anuales, se aplicaría en caso de que se pudiera jugar lo que resta de la temporada; mientras que la parte más alta del recorte, el 20%, entraría en caso de que no pudiera terminarse.

Fuentes del Real Madrid calculan que con la rebaja acordada para la primera plantilla de fútbol, el Castilla y la primera plantilla de baloncesto el club se ahorraría entre 35 y 45 millones de euros, solo una parte de lo que dejarían de recibir, teniendo en cuenta la caída de ingresos que ya han experimentado, independientemente de que se vuelva o no a jugar. Una bajada del 20% de ingresos supondría unos 165 millones de pérdidas.

Los contactos entre el alto mando del club y los jugadores se fueron salpicando durante la semana pasada, y se intensificaron especialmente el domingo, entre Florentino Pérez y Sergio Ramos. Hasta la rápida culminación este martes por la tarde, siempre bajo el radar. Ese día, según fuentes conocedoras de las negociaciones, el acuerdo terminó de pulirse entre el presidente y el capitán en apenas una hora. Fuentes tanto del club como cercanas a la plantilla coincidieron en que ambos se mostraron muy alineados durante todo el proceso, que avanzó sin grandes sobresaltos hasta la resolución del martes. Esa tarde, después de que los negociadores terminaran de perfilar el pacto, Ramos trasladó el acuerdo al grupo de WhatsApp que comparte toda la plantilla. Allí algunos futbolistas plantearon dudas, que el capitán trasladó al presidente. Como expresó Kroos en una entrevista esta semana en SWR Sport, no todos veían clara la rebaja: “Estoy a favor de que se pague el salario completo y que cada uno haga cosas sensatas con él”. Aunque su planteamiento relacionaba los recortes más con la ayuda a la crisis general que con el ajuste del club.

Las dudas del grupo se solventaron rápidamente, los jugadores votaron y el acuerdo quedó aceptado en una hora. Con la plantilla de baloncesto las negociaciones siguieron el mismo esquema, con Felipe Reyes y Sergio Llull como interlocutores. De fondo, tanto el presidente como los capitanes, siempre tuvieron la idea de evitar el ERTE y la rebaja de sueldos del resto de las categorías y de los empleados cuyos sueldos están muy alejados de los de los jugadores.

Una vez conocido el acuerdo, el comité de empresa envió una nota a todos los trabajadores en la que reconocía ese esfuerzo: “Queremos agradecer de todo corazón tanto a las personas que componen la Junta Directiva del Real Madrid Club de Fútbol, encabezada por su Presidente, como a las plantillas de jugadores y componentes de los cuerpos técnicos del Primer Equipo de Fútbol, del Primer Equipo de Baloncesto, Real Madrid Castilla y a todos nuestros directores de los diferentes departamentos, por su disposición a sacrificar parte de sus retribuciones anuales para que el resto del conjunto de las plantillas no vean afectados sus salarios”.