Al menos 25 personas han resultado muertas este miércoles y una decena heridas en un atentado contra un templo sij en Kabul, informa la cadena de televisión afgana ToloNews. El ataque, del que se ha responsabilizado el autodenominado Estado Islámico en un comunicado, se ha iniciado poco antes de las ocho de la mañana, cuando los miembros de esa minoría estaban reunidos para las plegarias matutinas. El intercambio de disparos continúa. “Hay gente dentro del edificio y [las fuerzas de seguridad] están intentando rescatarlas”, ha asegurado Tariq Arian, un portavoz del Ministerio del Interior a la agencia France Presse. Según la diputada Anarkali Kaur Honaryar, “hay personas dentro del templo, ya que las familias viven allí y se reúnen para rezar por las mañanas”.

Honaryar, una sij y activista de los derechos de la mujer, fue la primera no musulmana en ser elegida al Parlamento. Pero la pequeña comunidad sij, que se estima en unas 300 familias en todo Afganistán y la mayoría residentes en Kabul, cuenta también con un escaño reservado que representa conjuntamente a sijs e hindúes. Su diputado, Narender Singh Khalsa, ha declarado que “tres terroristas suicidas han entrado en el dharamsala”, en referencia al santuario que está dentro del recinto del templo.

“Tres atacantes siguen intercambiando disparos con las fuerzas de seguridad y uno ha sido abatido”, según fuentes policiales citadas por ToloNews.

El Estado Islámico se ha responsabilizado del atentado, según el centro de seguimiento del terrorismo SITE. Ese grupo terrorista, que sigue una interpretación extrema del islam suní, se muestra especialmente violento hacia las minorías, incluidos los musulmanes chiíes, y no es la primera vez que los sijs se cruzan en su camino.

Hace dos años, uno de sus militantes detonó su chaleco cargado de explosivos en medio de un grupo sijs e hindúes que iban a reunirse con el presidente Ashraf Ghani en la ciudad de Jalalabad. Entre la veintena de muertos se encontraba el padre del citado Khalsa, Avtar Singh Khalsa, entonces candidato al escaño que por primera vez se les había reservado. La decisión, que rompía con el silencio que durante años impusieron a las minorías muyahidín y talibanes, se interpretó entonces como una celebración de la diversidad del país.

Afganistán está sumido en una crisis política después de que, uno de los candidatos presidenciales, Abdullah Abdullah, haya rechazado aceptar la reelección de Ghani. Estados Unidos está intentando mediar para salvar el acuerdo que ha firmado con los talibanes para retirar sus tropas del país. Las minorías se encuentran entre quienes más recelan de ese paso.