Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, recomendó a la región un mejor gasto social e inversión en infraestructura.

Para reducir la desigualdad de ingresos y de oportunidades que predomina en América Latina, se requiere de un crecimiento inclusivo apoyado en un mejor gasto social e inversión en infraestructura, señaló Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), y sugiere que existe espacio suficiente para que los gobiernos mejoren la eficiencia del gasto.

“Para empezar, existe margen para impulsar la eficiencia del gasto, y existe margen para generar mayores ingresos públicos a mediano plazo”, dijo.

En su discurso de apertura del “Taller sobre Nuevas formas de solidaridad”, en la Ciudad del Vaticano y ante el Papa Francisco, la directora gerente del FMI habló sobre las tres nuevas prioridades para la economía global y la necesidad de “poner la economía al servicio de los pueblos”.

Los tres ámbitos de acción son el crecimiento inclusivo, ayudar a los países a promover una cultura de solidaridad; la integración, fomentar una globalización de esperanza y acción por el clima.

Sobre impulsar el crecimiento inclusivo, destacó la necesidad en América Latina de trabajar sobre la reducción de las diferencias de ingresos y oportunidades entre la población, como lo evidencian las manifestaciones sociales en las principales economías.

La directora gerente del FMI recomendó eficientar el gasto social, abordar la concentración de mercado que limita la creación de empleos y perjudica a los pobres con precios más altos; reducir las discriminaciones en el mercado laboral para empoderar a las mujeres; ampliar el acceso financiero a hogares de bajos ingresos y a la pequeña empresa y sobretodo, reforzar la lucha contra el mal de la corrupción y la evasión fiscal.

“Sabemos que la corrupción obstaculiza el crecimiento y mina los fundamentos económicos y sociales; alimenta un descontento creciente, sobre todo entre los jóvenes”, dijo.

Una menor desigualdad de ingresos se asocia con un crecimiento más fuerte y sostenible de la economía, dijo Georgieva y destacó que el comercio debe ser inclusivo, se debe aumentar la inversión en formación y redes de protección social, fortalecer la cooperación internacional para garantizar que la gente obtenga beneficios en la nueva era del comercio.

Subir el precio del carbono de 2 a 75 drs por tonelada
El tercer elemento del crecimiento inclusivo es la actuación contra el cambio climático, en donde para mantener el calentamiento global por debajo de 2°C, la directora gerente del FMI recomendó aumentar el precio mundial al carbono desde 2 dólares por tonelada actualmente, hasta los 75 dólares en una transición que deberá ser justa y favorecer el crecimiento.

“Los ingresos procedentes del impuesto sobre el carbono pueden utilizarse para proporcionar asistencia por adelantado a los hogares más pobres, reducir los impuestos onerosos y respaldar inversiones en salud, educación e infraestructura”, apuntó.

La gestión de la transición hacia un mundo sin emisiones de carbono no será fácil. Tan solo los «activos abandonados», como las reservas de petróleo, carbón y gas, que podrían quedar inutilizadas, representan costos potenciales por su devaluación entre 4 mil millones y 20 mil millones de dólares.

El FMI estima que la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono requerirá inversiones de 2.3billones anuales en el sector energético durante una década.