CIUDAD DE MÉXICO.- Si no fuera por el linebacker Dee Ford, la sequía de los Jefes de Kansas City, que no llegaban al Super Bowl desde la campaña de 1968, hubiese terminado el año pasado y no éste.

Y no es que sólo Ford hubiese tenido la culpa de la derrota de los Chiefs por 37-31 en tiempo extra ante los Patriotas de Nueva Inglaterra en la Final de la AFC, pero él fue quien dejó caer un pase de Tom Brady en lo que parecía ser una fácil intercepción que hubiese sellado el duelo en favor de Kansas City.

Luego de aquella eliminación, los Jefes cambiaron a Ford a los 49’s de San Francisco y el próximo domingo 2 de febrero estará jugando su primer partido ante su exequipo en el mejor escenario: el Super Bowl LIV.

El propio ala defensiva se dijo emocionado por la oportunidad de enfrentar a los Jefes.

Absolutamente todo es especial con respecto a ese partido”, dijo Ford. “Es lo mejor de lo mejor. Tengo muchos viejos amigos allá (en Kansas City). Va a ser un encuentro con mucho amor de por medio, como en los viejos tiempos. Ellos saben que allá voy, y yo sé que ellos vienen, será una gran batalla”.

Ford no tiene resentimientos contra los Jefes por haberlo dejado ir. Kansas City lo seleccionó en la primera ronda del draft de 2014 y jugó con ellos por seis campañas.

Que nadie se equivoque: el amor no se ha perdido. Soy sólo yo jugando ante mis viejos amigos, mis hermanos. Al final del día todo se trata de competir. Pero le tengo mucho amor a la gente en ese edificio y ellos también tienen amor por mí”, señaló Ford.

El defensivo fue la selección 23 global por los Jefes en 2014, proveniente de Auburn; en 2018 fue seleccionado al Pro Bowl.

En 2019 tuvo 6.5 capturas; sólo jugó 11 partidos debido a una lesión.