Kevin Costner, en Madrid, el pasado mes de marzo. SERGIO R. MORENO GTRESONLINE

Actor, director, productor y ahora también guionista. Kevin Costner cumple este sábado 65 años, pero no tiene intenciones de jubilarse. El intérprete está escribiendo un drama policíaco para televisión, llamado ISB, Investigative Services Branch (subdivisión de servicios de investigación, en español), tal como adelantó el pasado mes de diciembre el portal The Hollywood Reporter. La trama versa sobre una serie de crímenes que se producen en los parques nacionales de Estados Unidos. Ejercerá también como productor de esta serie, pero por el momento se desconoce si tendrá algún papel en la ficción. Lo que sí está claro es que este nuevo proyecto supone su debut como guionista tras casi 40 años en la industria del entretenimiento.

En un principio, no pensó en ser actor. Estudió en la Universidad Estatal de California administración y dirección de empresas y pronto empezó a trabajar en marketing. Pero un encuentro fortuito con Richard Burton —conocido por películas como Cleopatra o 1984— le cambió la vida. Ambos coincidieron en un avión y Costner no dudó en hablar con el actor británico y comentarle que siempre le había gustado la interpretación. Burton le dio en aquel momento un consejo que se tomó al pie de la letra: “Para ser felices debemos luchar por nuestros sueños”.

Y así sucedió. Preparó las maletas y se mudó a Hollywood. Allí tardó un tiempo en conseguir un trabajo como actor, por lo que tuvo que aceptar otros empleos, como guía turístico, pescador o conductor de camiones. Pero la espera dio sus frutos y protagonizó grandes éxitos: Los intocables de Eliot Ness, JFK: Caso abierto o El guardaespaldas, entre otras películas. Bailando con lobos supuso su primer proyecto como director. Y no le fue nada mal porque ganó un Oscar por ello.

Pero Costner tiene otros intereses más allá del cine. En 1995 adquirió Ocean Therapy Solutions, una compañía que desarrolla centrifugadoras para separar el petróleo del agua. El actor siempre ha apoyado el ecologismo, mucho antes de que existiera el movimiento Fridays for future (viernes por el futuro, en español), liderado por la activista Greta Thunberg. “Cuando veo que hay un problema trato de solucionarlo con mi dinero. Lo he hecho ahora con esta película y lo hago con mi empresa, con la que tratamos de ayudar en los vertidos de petróleo y me siento orgulloso de poder hacerlo”, dijo en 2015 a EL PAÍS durante la promoción de Lo mejor para ella.

A través de la compañía, regaló una centrifugadora a la provincia japonesa de Ishikawa para limpiar la marea negra que se produjo en la costa norte del país tras el naufragio de un viejo petrolero ruso en 1997. “Me siento muy emocionado al poder ofrecerles a ustedes mi máquina”, comunicó a las autoridades niponas en un mensaje. Más de una década después, ayudó a limpiar el vertido de crudo en el Golfo de México. La llamada “solución Kevin Costner” consistía en la instalación de seis grandes máquinas centrifugadoras para evitar que el desastre que provocó la explosión de uno de los pozos petrolíferos de BP en 2010 siguiera extendiéndose por la zona. “Tengo a gente muy inteligente trabajando en ese negocio porque yo no sé cómo hacerlo. Pero sí sé cómo apoyar a las personas y, de paso, perseguir mis sueños. Si no soy lo suficientemente listo para hacerlo, busco a quien pueda”, declaró en la revista Zoomer cinco años después.

Fue accionista de Ocean Therapy Solutions junto a Stephen Baldwin, hermano pequeño del actor Alec Baldwin. Pero este último acabó perdiendo un juicio contra Costner en 2012. Demandó al protagonista de Robin Hood: príncipe de los ladrones por, supuestamente, haberle excluido de los beneficios de un contrato millonario que, en 2010, firmó la empresa con la petrolera BP tras el desastre medioambiental en el Golfo de México. Después de diez días de juicio, un un jurado de Nueva Orleans dictaminó que Costner no debía pagar a Baldwin los 13,5 millones de euros que le reclamaba. “Al final ha ganado el actor más famoso”, dijo el abogado del demandante como resumen del proceso.

Costner también ganó en 2008 el juicio contra una artista a la que había solicitado casi una veintena de esculturas de bisontes y guerreros indios hechas de bronce. Peggy Detmers había creado las figuras para colocarlas en un resort que Costner quería construir en unos terrenos que compró con su hermano Dan en Dakota del Sur. Pero ese proyecto no siguió adelante y el actor decidió reubicarlas en el museo Tatanka: The Story of the Bison, que recrea la historia de estos animales. Nuevamente, salió victorioso el más famoso.

Actor de éxito y un hombre de negocios, Costner no se conformó solo con eso. Durante la promoción de Trece días en España, se percató de que necesitaba dar un giro a su carrera. “El día del estreno en Madrid firmé tantos autógrafos y la gente fue tan amable que decidí que tenía que ofrecer algo más que una película”, explicó a EL PAÍS en 2010. Así fue cómo decidió mostrar su faceta musical, algo que muchos desconocían de la estrella de Hollywood, y fundó la banda Kevin Costner & Modern West, con el que ha publicado cuatro discos.

El salto a la política todavía no lo ha dado, pero no duda en hablar abiertamente de ella. Defiende el uso de armas, aunque aboga por su regulación, tuvo un pasado republicano —jugaba al golf con Ronald Reagan— y desde los noventa ha apoyado a distintos candidatos demócratas, como a Barack Obama. El pasado mes de diciembre, el actor participó en un acto de campaña en Iowa de Pete Buttigieg, candidato demócrata para las elecciones presidenciales de 2020. “Es un hombre que no solo entiende cómo nos mira el mundo, sino cómo lo hará la historia y cómo deberíamos mirarnos a nosotros mismos. Y tal vez lo más importante es que veo a Pete como un hombre de su momento y de su tiempo”, expresó Costner.