Putin y Medvédev en una reunión, este miércoles en el Kremlin. ALEXEI NIKOLSKY AP

Vladímir Putin pavimenta el camino para una transición. Y el primer capítulo para lograrlo es tener un nuevo Gobierno. El primer ministro de Rusia Dmitri Medvédev y su Gabinete han renunciado este miércoles. La inédita dimisión se ha producido después de que el presidente ruso haya propuesto en su ceremonial discurso anual sobre el estado de la nación cambios “sustanciales” en la Constitución que debilitarían los poderes de un eventual sucesor. Las modificaciones, que deberán ser avaladas mediante un referéndum, establecen nuevos requisitos y más duros para liderar el país, fortalecen el papel del Parlamento y de un renovado Consejo de Estado. El anuncio de Putin y esta crisis de Gobierno alimentan la especulación de que busca otro puesto para mantenerse en el poder tras 2024, cuando acaba legalmente su mandato.

Medvédev, que ocupaba fielmente el cargo de primer ministro en varios mandatos desde 2012, declaró que la renuncia busca dar a Putin espacio para llevar a cabo los cambios constitucionales propuestos. “Estas enmiendas, cuando se adopten supondrán cambios significativos no solo en varios artículos de la Constitución, sino también en el equilibrio de poder”, ha dicho Medvédev junto al presidente Putin en una comparecencia emitida en la televisión estatal. Medvédev, que ocupó un mandato en la presidencia dando espacio a Putin para que se pudiera volver a presentar, asumirá un cargo de nueva creación: vicejefe del Consejo de Seguridad que lidera el presidente ruso.
El Gobierno seguirá en funciones y el presidente tiene ahora dos semanas para proponer un nuevo primer ministro. En las quinielas y según los analistas suenan Sergei Sobyanin, el alcalde de Moscú, Maxim Oreshkin, el ministro de Economía, o Alexander Novak, el ministro de Energía.

Los cambios en la Carta Magna anunciados por el presidente ruso han derivado en una situación muy poco frecuente. Es la primera vez en la segunda década de Putin en el poder que renuncia el Gobierno en bloque, aunque había habido episodios durante sus dos primeros mandatos. Tras el anuncio de dimisión, el rublo y el índice agregado de la Bolsa de Moscú se desplomaron, aunque poco después se han recuperado.

“Estos son cambios muy serios en el sistema político”, ha recalcado Putin ante un atril frente a los 620 senadores y diputados y a numerosos invitados de la élite del país. El líder ruso ha sugerido enmendar la Constitución para dotar de más autoridad a la Duma estatal y al Consejo de la Federación (las dos Cámaras legislativas rusas), que será quien nombre al primer ministro y a los ministros del Gobierno; hasta ahora solo daba el visto bueno a lo designado por el presidente. “Aumentará el papel del Parlamento y los partidos parlamentarios, los poderes y la independencia del primer ministro”, ha dicho casi al final de su intervención de 80 minutos, que había estado dedicada sobre todo a cuestiones económicas y demográficas. Aunque el presidente podrá destituir al Gobierno y seguiría encabezando el Ejército y teniendo la capacidad de destituir al Gabinete.

En lo que varios analistas consideran como un cambio para el futuro y la transición del país, Putin no solo habló de rebajar los amplios poderes que ahora tiene la presidencia sino también de limitar a dos, en total, los mandatos. Ahora, la Carta Magna rusa permite que sean dos “consecutivos”, una cláusula que se eliminaría y que es la que le ha permitido ser presidente durante cuatro periodos, alternándolos con un mandato de primer ministro en medio.

Putin habló además de endurecer las condiciones para presentarse a la presidencia y a encabezar las regiones rusas: quedarán vetados quienes no hayan vivido en Rusia durante los últimos 25 años, hayan tenido nacionalidad extranjera, y tampoco podrán presentarse quienes dispongan o hayan dispuesto de permiso de residencia en otro país.

Con las distintas modificaciones, Putin, de 67 años y que lleva en el poder desde hace dos décadas, se aseguraría que nadie ostente el poder durante tanto tiempo como él. Es la persona que más tiempo ha estado al cargo desde Josef Stalin (en la URSS). Su sucesión y qué papel desempeñará el hombre que maneja todo el poder es una cuestión vital para Rusia.

En un movimiento en el que varios analistas ven como una posible salida para el futuro del líder ruso, Putin ha hablado de fijar en la Constitución el papel y los poderes del Consejo de Estado, un órgano consultivo encabezado por el presidente, y en el que están representadas todas las regiones de Rusia, que ahora tiene un rol meramente ceremonial. Si se logra un consejo fortalecido y con poderes significativos, aventuran, podría ser el puesto elegido para Putin. Sería un modelo similar al elegido en Kazajistán por Nursultán Nazarbáyev, que pese a apearse de la presidencia sigue al frente en cuestiones clave.

El predidente ruso propuso otro cambio significativo: que las normas de la Constitución prevalecerán frente a las normas y exigencias de los acuerdos internacionales. Los cambios deberán ser aprobados mediante un referéndum, el primero de ese tipo desde 1993.