Desde que Obama abandonó la guerra antiterrorista islámica en el Medio Oriente, los temores de la comunidad de servicios de inteligencia, seguridad nacional y antiterrorismo de los EE. UU. están dominados por el miedo a que el terrorismo regrese a tierras estadunidenses.

Pero en el caso de Trump se puede estar asistiendo a una repetición del modelo de invención de enemigos que ha dominado la Casa Blanca desde la Guerra de Corea: la fabricación de temores para consolidar consensos internos con el argumento de que los terroristas extranjeros quieren destruir el american way of life o modo de vida americano.

El responsable de reactivar la fabricación de incidentes fue el presidente George Bush Jr. después del 9/11 para derrocar a Sadam Hussein acusándolo de estar fabricando armas de destrucción masiva. Este enfoque condujo a aumentar la invasión a Irak y Afganistán para evitar que los terroristas musulmanes radicales siguieran llevando el terrorismo a territorio estadunidense. El MI6 de Gran Bretaña y la CIA fabricaron el argumento de compra de uranio enriquecido por Irak, una mentira que después llevó a la cárcel al jefe de seguridad nacional del vicepresidente Dick Cheney.

Ahora Trump quiere construir un caso de narcoterrorismo con los cárteles mexicanos en México –y no sus crecientes secciones en los EE. UU.–. Sin embargo, hay que tomar varios hechos reales:

1.- El 16 de junio el halcón secretario de Estado Rex Tillerson señaló conexiones terroristas de narcos mexicanos con grupos en Irak y Siria.

2.- El jefe de la unidad de inteligencia financiera aportó datos de congelación de cuentas de criminales mexicanos con organizaciones terroristas, sin dar más datos, pero sí alimentando la paranoia estadunidense.

3.- En febrero de 2019 dos congresistas solicitaron al secretario de Estado Mike Pompeo –exdirector de la CIA– considerar narcoterroristas a cárteles mexicanos.

4.- En marzo de 2019 Pompeo desestimó la solicitud de los congresistas.

5.- En agosto de 2019 el canciller Marcelo Ebrard Casaubón solicitó a los EE. UU. considerar como terroristas lo s ataques contra mexicanos en los EE. UU.

6.- El 7 de noviembre de 2019 de nueva cuenta el congresista republicano texano Charles Eugene Roy exigió considerar terroristas a los cárteles mexicanos y afirmó que “los EE. UU. no se pueden quedar sentados mientras nuestros amigos de México se ven rebasados. Nuestro patio trasero se está incendiando y es hora de tomar la manguera”.

7.- El 26 de noviembre el presidente Trump le entró al asunto y declaró que ya se habían iniciado los primeros trámites para calificar de terroristas a cárteles mexicanos, además de reiterar sus argumentos del muro.

Esta somera revisión de hechos ocurridos en los últimos meses indica la configuración de una estrategia de seguridad nacional militarista e imperial de la Casa Blanca y la aportación de argumentos por parte del titular de la UIF, Santiago Nieto, al aceptar de manera implícita-explícita que organizaciones terroristas árabes tienen cuentas bancarias en el sistema financiero mexicano.

Asimismo, hay percepciones de que las acusaciones de Ebrard sobre que grupos racistas son terroristas y están siendo solapados por las autoridades estadunidenses, causaron irritación por la sencilla razón de que esas organizaciones forman parte de la estructura de alianzas de la política racista y antimigrantes del gobierno de Trump. En consecuencia, esos grupos pasaron a aumentar presiones para que México también catalogue a los cárteles como terroristas, más como presión estadunidense que como convicción propia.

Si no existen argumentos reales para convertir a los cárteles del narco en terroristas, sí puede ocurrir que la reacción de estos grupos criminales llegue a la provocación de violencia en territorio estadunidense a partir del hecho de que los siete principales cárteles mexicanos dominan el mercado al menudeo de venta de droga en tres mil ciudades de los EE. UU. y son capaces de generar tiroteos o restringir la venta de droga para inducir motines violentos de los consumidores.

Pero, sobre todo, los hechos exhibieron la ausencia de una estrategia de inteligencia, seguridad nacional y relaciones estratégicas bilaterales con la comunidad de los servicios de defensa nacional de los EE. UU.

Advertencia. La crisis de seguridad en Coahuila está en focos rojos, pues los ataques del fin de semana ocurrieron cuando estaba en la entidad la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. El Cártel del Noreste y su brazo armado La Tropa del Infierno habían aparecido en el radar federal de seguridad, pero sin que hubiera algún operativo de previsión de violencia.

Política para dummies: La política es la exacta medición de los temores, pasiones y sentimientos.

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