Nicolás Maduro quiere recordar al mundo que sigue teniendo aliados poderosos. Y ha cruzado el océano para estrechar la mano de quien ha sido uno de sus apoyos más importantes en los últimos tiempos. El líder chavista se ha reunido este miércoles en Moscú con el presidente ruso, Vladímir Putin. Este es el primer viaje oficial al exterior del venezolano desde que el pasado enero el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se autoproclamó presidente interino del país latinoamericano y fuese reconocido por más de 50 países. Maduro quiere apuntalar el apoyo que le brinda Putin. Sin embargo, pese a que la crisis económica en Venezuela cada vez es más grave, no se han firmado por el momento grandes acuerdos comerciales nuevos.
“Rusia apoya inquebrantablemente a todos los cuerpos legítimos de autoridad de Venezuela, incluida la presidencia y el Parlamento”, ha dicho Putin este miércoles durante su reunión con Maduro, según cita la agencia Tass, en la que ha declarado que apoya el diálogo del chavismo con la oposición. “Cualquier negativa a mantener este diálogo sería irracional, perjudicial para el país y peligroso para el bienestar de la gente”, ha insistido el presidente ruso. Maduro ha recalcado que Moscú y Caracas “han demostrado superar cualquier dificultad juntos”.
El Kremlin ha informado de que durante la cita —primero solo Maduro y Putin junto a sus asesores más cercanos; después un almuerzo con otros funcionarios— se trataron varios aspectos de la cooperación internacional. “Se intercambiarán opiniones sobre cuestiones regionales, por supuesto. En primer lugar cuestiones latinoamericanas y la intervención directa de terceros países y Estados en los asuntos latinoamericanos”, resaltó ayer el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, en una conferencia telefónica. En una entrevista con el canal estatal ruso Rossiya 24 poco antes de salir hacia Moscú, Maduro acusó a EE UU de planear interferir en las elecciones legislativas venezolanas, previstas para el año que viene.
Moscú es el principal apoyo exterior del régimen de Maduro. No solo es un socio económico, en materia de defensa y proveedor de energía clave para Caracas, lo que le ha convertido en su segundo acreedor después de China. También es ahora mismo su aliado más valioso en política exterior. Sobre todo desde que Estados Unidos, que apoya a Guaidó, aumentara la presión sobre el régimen chavista con nuevas sanciones. Ayer, el mismo día que Maduro llegó a Moscú, Washington anunció que su Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) apoyaría con un paquete de 52 millones de dólares a medios independientes venezolanos, a proyectos de la sociedad civil y del sector de la salud y a la Asamblea Nacional, dirigida por Guaidó.
La visita de Maduro a Moscú estaba prevista para principios de octubre, según anunció el Kremlin la semana pasada. Sin embargo, el lunes el líder chavista anunció por Twitter que se dirigía a Rusia. El camino de Guaidó al poder se ha estancado y Maduro ha aprovechado el momento para viajar al exterior. “Voy a encontrarme con nuestro amigo el compañero presidente Vladimir Putin con sus equipos de trabajo, a encontrarme con grupos empresariales importantes de Rusia”, comentó Maduro en Caracas. Según el venezolano, revisará “toda la dinámica” de las relaciones bilaterales. Y su agenda incluirá encuentros con grupos empresariales “importantes”.
Pero las sanciones internacionales hacia Moscú tras la anexión por Rusia de la península ucrania de Crimea y la injerencia en otros países, las fluctuaciones por el precio del petróleo y la falta de reformas estructurales han dejado la economía rusa muy tocada. Y Venezuela todavía está pagando miles de millones de euros en préstamos, en parte con petróleo. Así que no le será fácil a Maduro rascar nuevos pactos. El líder venezolano, no obstante, ha insinuado que sobre la mesa están otro tipo de acuerdos. Como nuevos intercambios en defensa. Poco después de la última visita de Maduro a Moscú, el pasado diciembre, Rusia envió dos bombarderos estratégicos y más tarde a varios grupos de lo que ha llamado “asesores” militares, además de contratistas privados.
Sí se ha anunciado que se aumentará la ayuda humanitaria, el suministro de repuestos militares así como de grano ruso al país latinoamericano (de las 254.000 toneladas de grano del año pasado a 600.000, según ha informado la agencia rusa Interfax). El líder chavista ha asegurado también que “muy pronto” se inaugurarán vuelos directos de Moscú a Caracas “para que los jóvenes puedan pasar sus vacaciones en Rusia”, dijo a la agencia Tass. A esto se añade que la petrolera venezolana estatal, PDVSA, ultima el traslado de sus oficinas en Europa de Lisboa a Moscú, donde ya tiene una sede física.