CIUDAD DE MÉXICO.- Ninguno de los cuerpos de los normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos el 26 de septiembre de 2014, fue incinerado en el basurero de Cocula, asegura de manera contundente Ángela María Buitrago, exintegrante del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).

“Voy a ser categórica: ninguno. Ahora, que había restos humanos, sí, porque ése era un botadero de basura, pero por los informes técnicos no varía nuestra opinión de que ninguno de los estudiantes de la Normal está ahí”, enfatizó la exfiscal de Colombia, reasignada a la investigación del caso hasta diciembre de este año.

En entrevista habló sobre nuevos datos y colaboraciones de personas “sinceras” que fortalecen la investigación para conocer la suerte que corrieron los normalistas.

Destacó que la nueva fiscalía está trabajando sobre nuevas investigaciones dentro de la Comisión y considera que eso dará frutos.

“Guardo la esperanza de que hay nuevas cosas, hay nuevos datos, hay personas que están colaborando y quieren colaborar desde ese punto de vista, aspiro, que esas colaboraciones, que son sinceras, sirvan para encontrar a los muchachos”.

“Nuevos datos en caso Iguala”; Buitrago: hay personas que quieren colaborar

Rechazó que en el basurero de Cocula se haya incinerado a uno solo de los normalistas de Ayotzinapa.

Las investigaciones para saber la suerte que corrieron los 43 normalistas de Ayotzinapa, hace casi cinco años, se están fortaleciendo con nuevos datos, con declaraciones de personas que quieren colaborar de forma sincera, afirmó Ángela María Buitrago, exintegrante del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), y quien aún tiene la encomienda de participar en la investigación hasta diciembre de este año.

En entrevista, la exfiscal colombiana, quien está de lleno y de tiempo completo en el caso, dijo que en estos tres años “veo que hay una cantidad de decisiones judiciales y una cantidad de hechos que significan que se está complejizando un poco más frente a los elementos que tiene el caso Ayotzinapa”.

—¿Con toda esa complejidad que existe será posible retomar la investigación para que finalmente se dé con el paradero de los estudiantes?

—La investigación se está llevando a cabo, hay una nueva Fiscalía, se está trabajando sobre la base de una serie de nuevas investigaciones dentro de la Comisión, yo creo que van a dar frutos y es parte de la labor que se está haciendo.

Buitrago descartó que en el basurero de Cocula se haya incinerado a uno solo de los 43 estudiantes, como se dice incesantemente y deslindó a cualquier integrante de la Normal Rural Isidro Burgos, maestro o alumno, de tener nexos con crimen organizado.

—¿Usted confía en que se va a llegar a la verdad, en dónde están los muchachos, cuál es su condición y qué pasó con ellos en estos cinco años?

—Realmente en estas investigaciones tan complejas uno puede decir que cinco años no es mucho tiempo, pero digamos que yo sí guardo la esperanza de que hay nuevas cosas, hay nuevos datos, hay personas que, efectivamente, están colaborando y quieren colaborar desde ese punto de vista, aspiro, que esas colaboraciones que son sinceras, sirvan para encontrar a los muchachos.

“Pero, indiscutiblemente, tienes que, digamos, trabajar con las instituciones para efectos de poder conseguir el camino de lo que se ha perdido en tanto tiempo”.

—Las personas que me dice que estarían participando para el esclarecimiento, ¿son parte de las personas que dejaron en libertad últimamente…?

—Digamos que hay personas de varios lados, entre otras hay personas que, digamos, pueden acercarse a colaborar y se acercan. Pero lo más importante es que la institucionalidad sea muy fuerte en el tema de la búsqueda de todo lo que ha sucedido.

“Hay un factor que influye muchísimo en el tema de caso Ayotzinapa, ése el tema también de que todas las diligencias anteriores o las investigaciones anteriores quedaron con un punto muy grave de inflexión, que es el tema de la tortura, el tema de la ilegalidad.

“Muchas veces me pongo a pensar, si se quisiera utilizar algo de ahí, no se puede. Por eso las recomendaciones del GIEI partían de la base de hacer nuevos elementos probatorios independientes del tema de las versiones que habían dado las personas que fueron torturadas, pero a la par creo que también han surgido muchos elementos nuevos que pueden llevar a otras personas que quieren colaborar y que se pueda hacer una mezcla entre lo viejo y lo nuevo para poder seguir adelante con la investigación.

“Pero lo que digo es que definitivamente la Fiscalía necesita fortalecerse mucho en esas áreas y en esas pruebas, porque lo que se tenía como base, con la declaratoria de los jueces, pues ya no existe”.

—¿Usted tiene toda la confianza en el nuevo fiscal, Omar Gómez Trejo, que fue secretario técnico del GIEI?

—Yo tengo confianza, hoy en día, en la institucionalidad, creo que la labor que pueden hacer y quieren hacer desde el punto de vista de estar permitiendo espacios en donde las personas cuenten lo que pasó, como es la Comisión, sirve muchísimo.

“El fiscal es una persona que estuvo en el medio de los derechos humanos, desde hace años, no es nuevo, él estuvo por la Organización de Naciones Unidos y otras instituciones que lo formaron, es garantía de transparencia e imparcialidad.

“Entonces, el tema particular es que tú partes de la base que hay gente que quiere trabajar sin necesidad de taparle nada a nadie, y eso es muy importante, cuando tienes una persona que va a descubrir efectivamente las cosas que sucedieron: por qué sucedieron, por qué hay información que no fue obtenida legalmente, por qué se generó información parcial, por qué también se llevó en un punto en particular a cambiar información, todo eso hay que investigarlo. Y eso es parte de lo que se puede llevar también al resultado final de enderezar una investigación”.

—¿Si el GIEI muestra que hubo hoyos en las investigaciones, cree que había intención de tapar alguna actuación de alguna autoridad?

—Lo que nosotros vimos y lo expusimos es que sólo se llegaba a un nivel de responsabilidad. Y de ese nivel hacia arriba era imposible tratar de establecer, a pesar de que había elementos para mirar que había otra serie de cosas para fincar responsabilidades.

“Nosotros sí veíamos y así lo dijimos, que había un techo en esa investigación que no permitía subir para determinar quiénes más participaron. Yo creo que esta situación que la vivimos ya no se da más y esperamos que efectivamente se llegue hasta donde se tenga que llegar”.

—¿Hay apertura total del gobierno actual por llegar a la verdad del caso?

—Yo creo que sí, por lo menos hay una sinceridad, en el sentido de que se deben esclarecer las cosas. Ahora, esa misma sinceridad lleva a que se hagan las cosas de una manera distinta.

—¿Hay algún tiempo que han establecido?

—Nosotros estamos en un periodo de tiempo que está ceñido por lo que dispone la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, yo por lo menos estoy con contrato hasta diciembre y de ahí se verá.

—¿Con todo lo que conoce, tiene un juicio para decir por qué se registró un hecho como el sucedido el 26 de septiembre de 2014?

—Nosotros lanzamos hipótesis en su momento, ésas se empezaron a trabajar, uno de esos elementos obviamente fue la relación entre el crimen organizado y algunas autoridades que querían evitar algo, desde ese punto de vista, el evitar algo, nosotros lo vimos en una hipótesis que fue reflejada en el tema del quinto autobús y que llevaba a una posible hipótesis de que estuvieran reivindicando un hecho de haber perdido un autobús que pudiera haber tenido trasiego (de drogas), en ese caso en particular se sigue ampliando, esa línea también tuvo muchos baches en la investigación anterior y sobre esos supuestos, la atrocidad la hacen con una finalidad en particular, esa finalidad en esa hipótesis era avisar que ese bus fuera sacado del territorio.

“Pero desde ese punto de vista hay muchas cosas que se han ampliado desde la época en que salimos a ahora y digamos que precisamente en esa pregunta está el meollo del asunto. Por qué termina convirtiéndose en un campo de guerra 180 kilómetros a la redonda con todos los actores que intervinieron.

—¿Se investigó que quizá algún integrante de Ayotzinapa, alumno o maestro tuviera relación con el crimen organizado?

—Eso se miró, se investigó y se desechó. Porque no había ni en los informes de Cenapi ni en los informes de investigación criminal, ni en informes de ninguna índole, elementos que permitieran concluir eso y creo que hoy con mayor fuerza todas las versiones de los muchachos se han sostenido a lo largo del tiempo, todos dijeron la verdad, sobre esa base, ellos no tenían relación con ningún grupo, pero además eran muchachos que acababan de llegar a la escuela, ésa fue una historia que vendieron, y habría que mirar si con alguna intención, porque, los muchachos acababan de llegar de todos los estados de México, llevaban 15 días en la escuela. Cuál relación.

—¿El basurero de Cocula, en su particular punto de vista, fue escenario de la incineración de al menos alguno de los estudiantes?

—Voy a ser categórica: ninguno. Ahora, que había restos humanos, sí, porque ése era un botadero de basura, pero por los informes técnicos y no varía nuestra opinión, de que ninguno de los estudiantes de la Normal está ahí. Que hubo personas, sí, lo descubrió la AEA, desde 2014, pero además dijo que había mujeres, niños, mayores de 50 años, ninguno corresponde a los muchachos. A mí me nombran el basurero y digo no más basurero. Si hubiera hipótesis o elementos de que ahí estuvieran, también se hubiera abordado.

—¿Las investigaciones de la PGR se van a la basura, se utilizará algo de eso?

—No, no, ahí hay mucha prueba independiente diferente a la de la tortura que pude soportar ciertos elementos, hay que restablecer otros que se pierden efectivamente con todo lo que ha sucedido con la decisión, que a mí me parece lógica, de los jueces, cuando hay ilegalidad.