Al menos 21 personas han muerto, entre ellos cinco atacantes, y otras 119 han resultado heridas en un atentado talibán en Kabul, capital de Afganistán, con un tractor cargado de explosivos cerca de un complejo residencial en el que suelen alojarse contratistas extranjeros, según el último informe oficial de víctimas publicado este martes.
El ataque tuvo lugar el pasado lunes hacia las 21.45 hora local (19.15, hora en la España peninsular) cerca de Green Village, un complejo de alta seguridad en el este de la capital frecuentado por extranjeros. “En la explosión, 16 civiles residentes del área y empleados del complejo residencial murieron y 119 civiles resultaron heridos’, informó en un comunicado el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Nasrat Rahimi.
Poco después de la explosión, el área fue acordonada por las fuerzas especiales de la Policía y cinco talibanes que se escondían en la zona y que pretendían entrar en el campamento fueron abatidos, aseguró. Las fuerzas de seguridad rescataron en el lugar a unos 400 extranjeros.
Según la investigación inicial, el atentado fue causado por un tractor cargado de explosivos que fue detonado contra un muro en la zona sur del complejo. El potente estallido se escuchó a una decena de kilómetros y causó daños a viviendas situadas en el radio de un kilómetro, reveló el portavoz, que añadió que la explosión desencadenó también una segunda detonación y un incendio en una gasolinera próxima.
Aunque después de la explosión escucharon disparos en la zona, el portavoz de la Policía de Kabul, Firdaws Faramarz, ha aclarado que la descarga fue hecha por los guardias de seguridad que dispararon sin estar seguros de si había atacantes involucrados. El gerente de Green Village, Baryalai Ghafoori, rechazó la versión oficial y ha asegurado que el complejo no fue objeto de ningún “ataque suicida” y que lo que sucedió fue que “un camión cisterna lleno de gasolina (…) explotó en el medio de la carretera”. “No se ha producido ningún daño dentro del campamento”, subrayó.
Sin embargo, las autoridades locales insisten en la veracidad de los informes iniciales sobre lo sucedido. Los talibanes también reivindicaron el atentado contra Green Village, en el que emplearon primero un “vehículo bomba para quitar las barreras de seguridad”, aseguró en un comunicado el portavoz talibán, Zabihullah Mujahid. Según él, a continuación varios insurgentes suicidas entraron en el complejo, matando e hiriendo a “decenas” de personas en este “nido de invasores extranjeros”.
Este ataque de los talibanes sigue un patrón similar al anterior en el mismo lugar ocurrido el pasado enero, cuando también durante la noche de un lunes los insurgentes detonaron un coche bomba en el área residencial, causando al menos cuatro muertos y 113 heridos. El ataque en la capital afgana tuvo lugar el mismo día que el representante especial de Estados Unidos para la Paz, Zalmay Khalilzad, presentó ante el Gobierno de Kabul el borrador de un acuerdo con los talibanes tras varios meses de negociaciones en Catar.