El presidente Donald Trump continuó este martes su presión para que China llegue a un acuerdo comercial con su país antes de las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos, o enfrentar negociaciones más duras durante su posible segundo mandato.

“Piensen en lo que le pasará a China cuando gané (la Presidencia). El acuerdo será mucho más duro”, publicó en su cuenta de Twitter.

Trump dijo que las pláticas comerciales entre EU y China “van muy bien”, aunque no ofreció detalle alguno. Afirmó además que al gigante asiático le encantaría “estar negociando con una nueva administración”.

La declaración del presidente se da luego de que representantes estadounidenses y chinos no logran acordar una fecha para el encuentro previsto entre ambas partes para este mes, esto después de que Washington rechazara la solicitud de Beijing de retrasar la entrada en vigor de los aranceles que ya surten efecto a partir del domingo pasado, dijo una persona con conocimiento del asunto.

Los nuevos datos económicos publicados este día muestran que la economía de EU muestra un debilitamiento.

A pesar de los esfuerzos de Trump para calmar los mercados financieros y afirmar que hay progresos en las negociaciones, las dos potencias económicas más grandes del mundo aún no han acordado los términos básicos de la renegociación, con una marcada desconfianza de ambas partes.

En otro tuit, Trump criticó a aquellos analistas que opinan que EU debería presionar a China con varios de sus aliados en lugar de hacerlo solo. De paso, también envió una nueva advertencia a la Unión Europea sobre su relación comercial con EU.

Poco después de que Trump hiciera estas críticas en Twitter, un reporte del Instituto de Gestión de Suministros señaló que la actividad manufacturera en EU se contrajo en agosto, una situación que no había ocurrido en los últimos tres años. La disminución de pedidos, así como de la producción y contratación, llevaron a este indicador a su nivel más bajo desde enero de 2016.

El nuevo arancel de 15 por ciento que entró en vigor el 1 de septiembre, y que afecta a 112 mil millones de dólares en bienes chinos, ‘pasará la factura’ a los consumidores estadounidenses de manera más directa, a diferencia de los gravámenes ya existentes sobre 250 mil millones de dólares.

Los nuevos aranceles están dirigidos a bienes básicos de consumo, que van desde calzado hasta ropa y textiles para el hogar, así como artículos como el Apple Watch.