El tenista Rafael Nadal y su novia María Francisca Perelló se casarán el próximo 19 de octubre en la finca Sa Fortalesa, situada en el municipio de Pollença al norte de la isla de Mallorca. Según ha informado el diario local Última Hora, el enlace se celebrará en esa fecha en el complejo de Sa Fortalesa, que ha acogido las bodas de otros conocidos deportistas como la del futbolista galés Gareth Bale y su pareja Emma Rhys-Jones o la del jugador de baloncesto Rudy Fernández con la modelo Helen Lindes.
Al enlace está confirmada la asistencia del rey emérito don Juan Carlos, así como la de compañeros de profesión de Nadal como los tenistas Feliciano López y Fernando Verdasco acompañados de sus respectivas parejas. Se espera que al enlace acudan unos 500 invitados, muchos de ellos compañeros del tenista y otros deportistas amigos de él como Pau Gasol o Iker Casillas.
Sa Fortalesa es un complejo con un castillo del siglo XVII que ocupa la península de Punta Avançada y que se encuentra totalmente blindado a las miradas ajenas. Es un lugar inaccesible por tierra si no se cuenta con el permiso para entrar y es prácticamente imposible recoger fotografías desde el mar, por lo que blindará totalmente la privacidad del tenista y de su novia que llevan 15 años saliendo juntos. El pasado mes de junio el futbolista del Real Madrid, Gareth Bale, celebró allí su boda pasando totalmente desapercibido.
Los detalles del enlace permanecen en absoluto secreto, en línea con el carácter de Nadal y Perelló que han mantenido siempre una relación discreta. La pareja lleva quince años saliendo después de conocerse a través de la hermana del tenista en el 2005. Perelló estudió Dirección y Administración de Empresas en el campus mallorquín de la Universidad de las Islas Baleares y tras acabar la carrera se trasladó a trabajar a Londres. A su vuelta, comenzó a trabajar en la fundación del tenista, en la que también participa la madre de Nadal.
La joven fue fotografiada hace unos días durante la visita que los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía realizaron a la academia de tenis que Nadal tiene en Manacor. Allí ejerció de guía hasta la llegada del deportista, que posteriormente abandonó las instalaciones junto a su novia, los Reyes y los padres del tenista para acudir a comer a un restaurante de propiedad de la familia en los alrededores.