Estados Unidos mantiene las espadas en alto en su relación con Europa. Los embajadores estadounidenses ante España y la Unión Europea han detallado este miércoles algunos de los principales reproches. Si Europa da acceso a la tecnológica china Huawei a sus redes 5G debe atenerse a las consecuencias y si insiste en primar a su propia industria de Defensa frente a la estadounidense, el Pentágono hará lo mismo con sus contratos. Y una reclamación específica para España debe liderar la posición europea en las crisis de Venezuela y Cuba.
“Somos aliados, socios y amigos”, ha declarado en castellano el jefe de la diplomacia estadounidense en España, Richard Duke Buchan. “Mi presidente es controvertido y no todo lo que dice es popular pero si miramos los hechos debemos estar de acuerdo en que se necesitan cambios dramáticos en Venezuela”, ha recalcado. A su juicio, Estados Unidos necesita en esta crisis a sus aliados “y a España por encima de todo porque la Unión Europea mira a España para fijar posiciones y forjar el consenso” en política exterior y facilitar una transición política.
El embajador ha participado en la jornada organizada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España, AmChamSpain, y la organización Concordia en Madrid que ha reunido a destacados líderes políticos y empresariales para abordar los retos que afrontan EE UU y Europa y la especial posición de España en las relaciones con Latinoamérica y el norte de África.
De ahí que Buchan haya insistido en la necesidad de que España anime a las autoridades europeas a secundar las sanciones y congelación de activos contra los gerifaltes del régimen de Nicolás Maduro. El embajador ha acusado al líder venezolano de haber saqueado el país con el robo de más de 3.000 millones de dólares de los fondos públicos y ha denunciado que, con una población sumida en una dramática crisis humanitaria, el régimen ha firmado un acuerdo con Rusia de 200 millones de dólares para la renovación de su sector aéreo. “A quienes dicen que temen una invasión estadounidense y el derramamiento de sangre les recuerdo que ya hay sangre en las calles de Venezuela y que la invasión ya se ha producido a manos de funcionarios rusos y cubanos”, ha apuntado. Asimismo, el diplomático ha pedido a la “Unión Europea y a España que hagan de los derechos humanos una prioridad en sus relaciones con Cuba”.
El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, también se ha sumado a los reproches al asegurar que a España se le “nota que le hace falta determinación frente al riesgo que supone Venezuela. España y UE deben unirse a otros países para pedir que las Fuerzas Armadas remuevan a Maduro y aúpen a Juan Guaidó [como presidente] para celebrar elecciones libres”.
La lista de agravios de la actual Administración de Donald Trump va más allá y alcanza al comercio, el pulso tecnológico con China y el gasto en Defensa. El representante estadounidense ante la UE, Gordon Sondland, ha hablado sin tapujos de “decepción”. “Si mi mejor amigo viene y me pide que le haga un favor, no le voy a tratar como a un extraño. Pues así es como nos hemos sentido con la UE. Estamos decepcionados”, ha confesado en un encuentro posterior con periodistas. “Estados Unidos no puede decirles a los europeos con qué empresas trabajar para el 5G, pero si trabajan con Huawei, no podremos trabajar igual de estrechamente, no podremos compartir el mismo nivel de información y de inteligencia”, ha advertido. Porque el objetivo real, ha admitido Sondland, es China “contener a China” y que sean EE UU y la UE quienes fijen los estándares y las reglas y no al revés.
El embajador ha confiado en que ahora que la UE se enfrenta a la renovación de sus altos cargos “el nuevo liderazgo y la nueva forma de pensar se acomoden” más a los intereses de EE UU. Entre ellos, que el “América primero” que defiende Trump no se traduzca en un “Europa primero” cuando se trata de la industria de la Defensa. A pesar de reclamar un aumento del gasto, al que se han comprometido los integrantes de la OTAN para que el 2024 alcance el 2% del PIB, quiere que ese gasto se destine en buena medida a la potente industria estadounidense y no sirva para crear una verdadera industria de Defensa europea, como pretenden los líderes de la UE. “La relación que queremos es una relación equilibrada y justa. No queremos una relación en la que los mercados estadounidenses estén abiertos a las empresas europeas y los mercados europeos estén cerrados. Si esto sigue así, nosotros haremos lo mismo en el Pentágono”, zanjó