Advertencias al obradorismo
Aranceles políticos
Trump y aliados mexicanos
La administración Trump sigue estirando la liga, a sabiendas de que incluso por razones de política interna no le es tan conveniente avanzar en el fuerte ataque a México (republicanos influyentes se han manifestado en contra de las pretensiones arancelarias y empresas con sede en Estados Unidos han hecho lo propio). Pero, aun así, la política tiburonera del rubio multimillonario ya le ha rendido frutos filibusteros: la administración obradorista ha ido cediendo terreno en cuanto a la contención, cada vez más violenta, del flujo de migrantes que desde el sur mexicano pretenden llegar a tierra estadunidense. No son páginas gloriosas las que la realidad geopolítica y la enorme dependencia económica respecto al norte están imponiendo a la agenda mexicana.
Marcelo Ebrard y la delegación enviada a Washington no llegaron a un acuerdo con su contraparte, a pesar de que el forzadamente optimista canciller había aventurado una aritmética fundada en su ábaco personal: ochenta por ciento de posibilidades de un arreglo, había adelantado. Cierto es que todo se ha pospuesto para una segunda reunión, que se realizará hoy, pero el rango de negociaciones positivas se ha estrechado de una manera siniestra.
Por ejemplo, y en ese contexto de suspenso que es sumamente dañino para México, una de las principales calificadoras crediticias de índole internacional, Fitch Ratings, vertiente de Fitch Groups, recortó su calificación hacia nuestro país y emitió un párrafo con un mensaje delicado: La baja de calificación de los IDR de México refleja una combinación del mayor riesgo para el soberano, las finanzas públicas del perfil crediticio en deterioro de Pemex, junto con la continua debilidad en la perspectiva macroeconómica, que se ve agravada por las amenazas externas de las tensiones comerciales, la incertidumbre política interna y las constantes restricciones fiscales. Nótese que, además de otras consideraciones, como las relacionadas con Petróleos Mexicanos, se habla de incertidumbre política interna y constantes restricciones fiscales. Moody’s, a su vez, pasó de estable a negativa su calificación de la deuda soberana de México.
Más allá de la estrategia trumpista en busca de un nuevo periodo en la Casa Blanca, y del capítulo específico del amago con los aranceles para doblegar a México y convertirlo (confesa o inconfesamente) en un tercer país seguro, que contenga y arraigue a los migrantes llegados al sur mexicano, lo que hoy se está viviendo es el mayor ataque político y económico contra el proyecto de cambios moderados que derivó de las elecciones presidenciales del año pasado y llevó al poder a un reformista espectacular, como es Andrés Manuel López Obrador.
El verdadero tigre, se ha escrito aquí en anteriores ocasiones, son los mercados, el poder de los grandes capitales y, por lo que se ve, ese tigre anda retozando en campos binacionales. Ese paseo depredador no quedará en mera anécdota: es una advertencia fuerte, con consecuencias inmediatas (que pueden convertir a México en la nueva policía migratoria gringa, en el muro virtual, pero eficaz, que Trump ha demandado) de lo que pueden hacer las élites trasnacionales ante un proyecto correctivo del propio sistema que intenta aplicar un político llegado a Palacio Nacional con un amplio respaldo popular, pero sin las posibilidades reales de concretar modificaciones profundas.
En ese contexto de enrarecimiento y descomposición del ambiente económico y financiero (para demostrar a los mexicanos el error de optar por AMLO) se inscriben las acciones judiciales que están deteniendo la construcción de la alternativa aeroportuaria en Santa Lucía y las que estarían por presentarse para demandar indemnizaciones a empresas particulares por la cancelación del proyecto de Texcoco. Son acciones judiciales disponibles en la norma mexicana, fundadas incluso en pifias e insuficiencias del apresurado actuar gubernamental, pero no pueden ser desligadas del cuadro general de ataque desde flancos nacionales y extranjeros contra un obradorismo hasta ahora a la defensiva.
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