CIUDAD DE MÉXICO.- El 5 de abril de 2016 culminó la era de Leonardo Cuéllar al frente de la Selección Nacional Femenil. El saldo, una fase Final de la eliminatoria para el Mundial de Estados Unidos 1999, medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Winnipeg ese mismo año, tercer lugar en la Copa Oro 2002, medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de 2003, participación en las Copas del Mundo 2011 y 2015.

A tres años de su adiós a la dirección técnica, el equipo lo tomó otro Cuéllar, se trata de su hijo Christopher, sin embargo, el apellido y el legado no será una carga para el joven estratega.

No pesa, pero me gustaría que la gente viera mi trabajo, a mi equipo cómo juega y no comparar o pensar que es lo mismo que mi papá. Si analizas los equipos jugamos diferente, como atacamos y como defendemos, eso es lo importante en este equipo y no el nombre”, comentó.

A pesar de haber sido auxiliar de su padre, Christopher se enfrenta al complicado reto de imponer su estilo en un equipo que pasa por uno de los momentos más complicados en los últimos años.

“Lo que busco es que nosotros seamos el equipo que tiene la pelota, que vayamos al ataque y que el otro equipo sea el que reaccione a lo que hacemos y no nosotros al rival, eso es lo que necesitamos para competir con los mejores equipos”, indicó.

Tras el fracaso de quedar fuera del Mundial que se realizará este año en Francia, Cuéllar tomó las riendas con la encomienda del cambio generacional con miras a los Juegos Olímpicos de Tokio.

“Nadie esperaba que México no estuviera en el Mundial, es importante no ver hacia atrás, hay que ver hacia adelante y concentrarnos en nuestro boleto a Juegos Olímpicos, pero el proceso sigue. Hay que mostrar avance, que empecemos a trabajar y se identifique el estilo de México, tenemos que buscar ese boleto”, dijo.

La Selección Femenil viajará a al Viejo Continente para encarar la Copa Chipre en donde se medirá a Italia, Tailandia y Hungría.