El próximo 15 de febrero vence el plazo establecido por el presidente Donald Trump para alcanzar un acuerdo en las negociaciones sobre el presupuesto de Estados Unidos; sin embargo, las conversaciones entre demócratas y republicanos continúan estancadas al no alcanzar arreglos en materia migratoria ni de seguridad fronteriza.

El senador republicano, Richard Shelby, jefe del Comité de Asignaciones del Senado, declaró que las políticas de detención de inmigrantes indocumentados son las que mantienen detenidas la negociaciones entre los partidos.

“Trabajamos por mantener la continuidad del gobierno pero el fantasma del cierre, siempre está presente“, señaló en una entrevista transmitida por FoxNews el pasado domingo.“Las conversaciones están estancadas ahora mismo. Espero que podamos retomarlas más tarde, porque el reloj está contando“, agregó.

Sobre el debate para acordar el presupuesto destaca que los demócratas plantean limitar el número de camas disponibles en los centros de detención migratoria y ponen como tope dos mil millones de dólares para instalar vallas en la frontera, menos de la mitad de los cinco mil 600 millones que exige el presidente Donald Trump.

El senador demócrata Jon Tester, miembro del comité negociador y quien compareció con Shelby en la charla con FoxNews, explicó que un acuerdo todavía es posible, si el gobierno acepta que “es una negociación” y “un compromiso. Es la manera como se supone que deba funcionar el gobierno”.

Sin embargo, en una serie de mensajes en Twitter, el presidente volvió a acusar del estancamiento a los demócratas, quienes “están ofreciendo muy poco dinero para el desesperadamente necesario muro fronterizo y ahora, de la nada, quieren limitar a los criminales convictos que son mantenidos en detención”.

Trump responsabilizó también a los demócratas de buscar un cierre del gobierno, aunque son los representantes de la Casa Blanca, como el jefe de gabinete interino Mick Mulvaney, quienes han señalado la inminencia de ello.

Entre el 22 de diciembre de 2018 y el 25 de enero de 2019, el gobierno federal permaneció parcialmente cerrado, lo que dejó sin salario a casi un millón de funcionarios públicos, y el mandatario aceptó un plan para financiar al gobierno hasta el 15 de febrero, pero mantiene su exigencia de fondos para el muro.