Maduro durante un mitin militar este jueves. En vídeo, declaraciones de Maduro a Ria Novosti. PRENSA MIRAFLORES (EFE)

Nicolás Maduro se muestra aparentemente impasible ante el aumento de la presión de la comunidad internacional. El mandatario venezolano rechaza, sin matices, convocar elecciones presidenciales como le reclaman los principales países de la Unión Europea (UE) antes de reconocer oficialmente como presidente interino al líder opositor Juan Guaidó. “No aceptamos el ultimátum de nadie en el mundo, ni aceptamos el chantaje. En Venezuela ha habido elecciones presidenciales, ha habido un resultado y si el imperialismo quiere nuevas elecciones que espere para el 2025”, manifestó Maduro en una entrevista concedida al servicio ruso de noticias Sputnik.

Lo único a lo que se aviene el sucesor de Hugo Chávez sería una convocatoria adelantada de elecciones legislativas, ya que la Asamblea Nacional elegida en 2015, de mayoría opositora, se encuentra “en desacato”. “Sería muy bueno que hubiera elecciones adelantadas para el Parlamento venezolano, sería una buena forma de debate político y una solución con el voto popular”, señaló. Guaidó es precisamente el presidente de esa Cámara, que ayer puso en marcha los engranajes legales para impulsar una transición.

Hace una semana este dirigente de Voluntad Popular desafió al chavismo al jurar como jefe de Estado interino durante una multitudinaria movilización. Este miércoles la oposición ha llamado de nuevo a los venezolanos a manifestarse, entre las doce de la mañana y las dos de la tarde. “Si estás en tu trabajo, si estás en tu comercio, si estás en tu casa, en tu escuela, en tu fábrica o en tu carro. Estés donde estés, sal a tu acera”, solicita la iniciativa. Se trata, una vez más, de exigir “el cese de la usurpación, un Gobierno de transición y elecciones libres”.

Maduro inició el pasado 10 de enero un segundo mandato hasta 2025. Ese fue el punto de inflexión que, según Guaidó, supone el comienzo de un período presidencial ilegítimo. ¿Por qué? Porque el mandatario de facto ganó con holgura en mayo unas elecciones en las que no participaron los principales partidos de la oposición, sin observación internacional independiente ni garantías suficientes. Esta circunstancia conduce, según esa lectura, a una “usurpación” y a un vacío de poder o “abandono del cargo”, fórmula que resalta el artículo 233 de la Constitución que esgrime la oposición. El líder chavista no tomó posesión ante el Parlamento, como establece preferentemente la Ley fundamental, sino que lo hizo ante el Tribunal Supremo de Justicia, el mismo órgano que ayer prohibió a Guaidó salir del país y congeló sus cuentas.

Maduro rechaza adelantar las elecciones presidenciales pese a la presión internacional Maduro se queda sin efectivo en la caja
El mandatario dice, en cambio, estar dispuesto a negociar con Donald Trump. Las sanciones impuestas a PDVSA, la petrolera estatal, y a Citgo, su filial estadounidense, suponen un durísimo golpe a la economía del régimen. La Administración de Estados Unidos fue la primera en reconocer a Guaidó minutos después de su proclamación como presidente interino. No obstante, descarta de plano volver a las urnas para competir directamente con Guaidó. “Estaríamos volviendo al nuevo colonialismo, donde desde una capital europea, desde Washington, le ordenan a cualquier país de África, de Asia, de América Latina, del Caribe, a cualquier país del mundo: no reconozco tus elecciones, las repites, ¿pero quiénes son ellos para dictaminar eso aquí?”, enfatizó.

Maduro fue más allá dirigiendo unas explícitas acusaciones a Trump recogidas por la agencia rusa RIA Novosti. “Sin lugar a dudas, Donald Trump ha dado la orden de matarme y le ha dicho al Gobierno colombiano y a las mafias de la oligarquía colombiana que me maten”. Si le pasara algo, insistió sin exhibir pruebas, haría responsables a “Trump y el presidente de Colombia, Iván Duque”. “Mientras tanto me seguiré protegiendo, tenemos buenos sistemas de protección”, añadió.