Liboria Rodríguez y Alfonso Cuarón en el estreno de Roma en el New York Film Festival, en octubre de 2018. En vídeo, tráiler del film. LEV RADIN (GETTY)

Liboria Rodríguez llegó de Oaxaca, un Estado pobre en el sureste de México, a la capital en 1962. Encontró trabajo en el número 21 de la calle Tepeji, en el barrio de Roma, el corazón de la capital mexicana. Al cruzar el umbral la mujer supo que ese sería su hogar. Bajo el techo, una familia de clase media cuidaba de Alfonso, un bebé de nueve meses que más de medio siglo después se convertiría en uno de los directores de cine más importantes del mundo. Alfonso Cuarón Orozco es hoy un veterano cineasta que avanza con paso firme hacia un nuevo Oscar por Roma, su retorno al añorado territorio de la infancia donde Liboria, una indígena mixteca de 74 años, es una silente protagonista.

El personaje de Cleo (Yalitzia Aparicio) en la exitosa película de Netflix está basado en Libo. Cuarón ha contado que la memoria fue la materia prima con la que dio forma a su estilosa mirada a 1971, cuando tenía 10 años. El cineasta bebió de los recuerdos de su nana, a quien dedicó la cinta. “Es parte de mi familia, uno de los seres que más he querido. Me formó y le tengo mucha deuda”, ha dicho Cuarón en una entrevista.

El niño Cuarón escuchaba los relatos que su nana le hacía de su pueblo, Tepelmeme Villa de Morelos, de 1.600 habitantes, en la región mixteca del norte de Oaxaca. Ella le contaba cómo los hombres de la zona habían mantenido viva la tradición del juego de pelota de las sociedades prehispánicas y cómo los chamanes curaban a la gente con ritos indígenas.

Los relatos fueron el primer contacto de Cuarón con la inmensa desigualdad que pervive en México. El director reconoció a Variety que, de forma cándida, al niño de ese entonces le parecía fascinante la vida ajena de una niña mixteca que luchó para dejar atrás el frío, el hambre y la miseria. Todo eso desconocido para él. Las charlas tejieron un fuerte vínculo entre los dos que se mantendría a lo largo del tiempo. “Cuando era pequeño le decíamos ‘mamá’. Tanto mi hermano, como yo, como mi sobrino, le decíamos que nos íbamos a casar con ella. Le decía que íbamos a ir a viajar”, contó el director a CNN en octubre.

Alfonso recibió de regalo una cámara Pentax en su cumpleaños número 12. El artefacto dado por su padre, un científico dedicado a la medicina nuclear, revolucionó la vida dentro de Tepeji 21. Un año después, Cuarón había ahorrado lo suficiente para comprarse una Minolta Súper 8. El adolescente comenzó a filmar cortometrajes caseros donde los protagonistas eran su madre, sus tres hermanos —incluyendo Carlos, quién se convertiría también en director de cine—, y por supuesto, su nana Libo.

Antes de Roma, el espectador puede encontrar pequeños homenajes de los Cuarón a su nana en su filmografía. Liboria aparece en Solo con tu pareja (1991), la ópera prima que hizo de Alfonso uno de los directores mexicanos más refrescantes de los años 90 y lo lanzó a Hollywood. El cineasta también le daría un brevísimo papel una década después en Y tu mamá también (2001). En la película, Leodegaria Victoria sirve unas quesadillas al personaje de Diego Luna, Tenoch. Fernanda Solórzano, crítica de cine, afirma que en una secuencia Tenoch se da cuenta con tristeza de que nunca ha visitado el pueblo de su nana, Tepelmeme, de donde es originaria Liboria. El primogénito de Alfonso, Jonás Cuarón, también utiliza la voz de Libo en Año uña (2007), una película hecha solo con fotografías.

El mayor gesto de agradecimiento aún estaba por llegar. Después de Children of men (2006) los recuerdos de Cuarón comenzaron a cobrar fuerza en su cabeza. El director comenzó a tener “interminables” horas de conversación con Libo para conocer su rutina. En las charlas, Cuarón rompió su burbuja y se dio cuenta de lo mucho que desconocía de la mujer que lo había acompañado durante décadas. “Me enteré que hacía ejercicio con Hortensia y que tenían que apagar la luz y usar una vela porque mi abuela se enojaba si gastaban energía. Me pareció muy sintomático de la actitud de clase media hacia las empleadas domésticas”, confesó.

Cristina Orozco, la madre de Alfonso, falleció en marzo de 2018. Sin embargo, Liboria aún puede ser testigo de un nuevo hito de quien fue su querido niño. Cuarón buscará su tercer Oscar en la gala de febrero cuando se sabrá si Hollywood se rinde ante el blanco y negro de sus recuerdos.