El diputado Porfirio Muñoz Ledo, recibe del Secretario de Hacienda, Carlos Urzua el paquete económico de 2019. SASHENKA GUTIERREZ EFE

Con su voz martajada por la edad, así confrontó ayer Porfirio Muñoz Ledo al PRI y al PAN y las rémoras que los siguen: “La relación estructural entre Pemex y el gobierno fue modificada severamente en los años cuarenta, cuando se turnó por los viejos sindicatos marxistas y se reemplazaron por sindicatos cooperacionistas a… los charros”.

Chorreaba tanto descaro el curulerío prianista, que, evidentemente, Porfirio no se aguantó. Y apenas aclaraba que hablaría como “Porfirio Muñoz Ledo” –y no como presidente de la Comisión Permanente-, el legendario y viejo político agregó: “Desde entonces, en todas las grandes empresas de Estado hubo contubernios para sacar dinero. El caso de Pemex, ¿cuánto le encontraron a…? ¿Cuánto le encontraron a Joaquín Hernández Galicia? ¿Cuánto le encontraron a Emilio Lozoya? ¿Cuánto le encontraron a Pemex Gate?”

Traslucía el muy ameritado político su “encabronamiento”. Y entonces, con lo dijo, desjarretaba al PRI, al PAN, al MC, al Pvem y al PRD: “Estas son historias antiguas que debemos investigar, no mendigar respuestas, que nunca las vamos a tener. Investigar conforme a las facultades constitucionales”.

Respingó el diputado federal del PRI Héctor Yunes Landa: “Señor presidente, una pregunta: ¿Habló usted como presidente de la mesa directiva?”

Porfirio lo encaró: “No, dije Porfirio Muñoz Ledo. Siempre lo hago”.

Porfirio había hablado desde la misma curul de presidente. Esto le recriminaba Yunes, le recriminó luego el yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, y le reclamaba todo el curulerío del PRI y PAN. Era evidente que lo hizo por su estado de salud y por su edad, 86 años casi, lo que le imponía la dificultad de trasladarse al atril de los oradores.

Más de veinte legisladores, desde hacía dos horas, se habían trenzado en discutir en torno de la inasistencia de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle y del director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, a una reunión con diputados y senadores en la que estos los esperaban con preguntas sobre el desabasto de gasolinas en el país y sobre los huachicoleros, que ahora mismo enfrenta el Gobierno federal de modo inédito.

Y los esperaban con sevicia. Muy enojados, supuestamente, por el desabasto, aunque los oficialistas sugerían que la molestia que los tenía cimbrados en realidad era causada por el combate al huachicol, un delito en que estarían metidos hasta el tuétano varias docenas de legisladores del PRI y PAN, así como lo estarían también Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.

Corrosivos, los comentarios de panistas y priístas. Dardos envenenados. Como los de Ricardo García Escalante, diputado panista, veracruzano, quien dijo: “El Presidente los envió a tapar ductos, pues hubieran pedido a su segundo a bordo, a las personas que dependen de ellos, que vinieran a resolver las preguntas de los legisladores y de los ciudadanos, porque no queríamos ver a Rocío ni queríamos ver a Octavio. Queríamos a los responsables de las instituciones para que nos informaran cómo va el tema del combate del robo a los combustibles y el desabasto de los mismos”.

El priísta Héctor Yunes Landa rezumaba coraje y mala leche: “Señoras y señores legisladores, pensé que las barbaridades políticas que he vivido en escasos cuatro meses, quince días de esta Legislatura serían imposibles de ser superadas. Pero veo que la cuarta transformación no tiene límites en esta materia”…

El senador de Morena Félix Salgado Macedonio dijo a Yunes: “Escuchaba con atención la indignación que hay porque no vinieron los cuatro funcionarios. Están indignadísimos porque no vinieron; pero a nadie escuché que están indignados por el robo atroz que se está cometiendo a la nación y desde cuándo se está robando al pueblo de México, al gobierno, su patrimonio.

“Yo creo que deben venir los funcionarios a decirle a la nación y aquí al Congreso de la Unión en qué condiciones encontraron esas dependencias y cuál era la función de ellos. Por supuesto que las más de 600 pipas diarias que salían robadas, sabía el gobernador, sabía el presidente municipal, sabía el presidente de la República, todos sabían, pero de ahí vivían, de ahí se abastecían, eso les servía para muchas cosas. Ese era su capital, esa era su fuerza.

“… Dicen es que en Guanajuato hay mucho desabasto, en Puebla, en Michoacán, empiezan a mencionar. Pregúntese por qué hay desabasto, porque eran socios de los huachiculeros.

“Eh? –Eran socios. En Puebla, ¿no hay huachicoleo en Puebla? Sus socios ya les taparon los ductos, ya no tienen para ir a abastecer.

“Yo creo que se debe avanzar en las investigaciones y se deben de ir a prisión. Deben ir a la cárcel, y todos debemos de estar unánimemente exigiendo cárcel para todos aquellos que han dado protección al robo, al saqueo. Eso es.

“… Sabemos que hay molestia, sí, es cierto, pero vale la pena. Nunca habíamos visto lo que ahora estamos viviendo. Pensaba yo que se robaba la gasolina en la gasolinera, que te daban litros de menos, pero no tenía ni siquiera la más remota idea de la magnitud del robo oficial desde el gobierno y los huachicoleros.

“Ustedes van a la gasolinera y piden gasolina roja, la Premium; o piden verde y al final de cuentas les dan verde. No hay roja, solamente hacen como que les despachan roja, pero en realidad es verde, ¿y desde cuándo nos estarán metiendo la verde por la roja? Desde hace mucho tiempo”.

Era tanto el cinismo que chorreaban el PRI y PAN que, de plano, Porfirio no se aguantó y les dijo lo que les dijo.