¿Qué tienen en común experiencias tan traumáticas como la invasión y posterior ocupación de Irak en 2003; el devastador tsunami que azotó las costas de Sri Lanka el año 2004; o la destrucción de Nueva Orleáns por el Huracán Katrina en 2005?
En su obra La Doctrina del Shock: El Auge del Capitalismo del Desastre, Naomi Klein postula que estas “traumáticas” experiencias, así como también otras durante los últimos 30 años, han sido aprovechadas para instaurar lo que ha denominado como el “capitalismo del desastre”, una doctrina formada bajo los presupuestos políticos, económicos y sociales desarrollados por Milton Friedman, y cuyo principal objetivo es desmantelar los restos del Estado de Bienestar y promover a nivel global el modelo de desarrollo neoliberal. En el caso mexicano se ha vaciado de contenido social al Estado.
A juicio de la autora, para los seguidores de Friedman, caracterizados por su marcado carácter neoconservador, las fuerzas económicas del mercado como la oferta y la demanda, la inflación y el desempleo, constituyen fuerzas naturales, fijas e inmutables, a las cuales es necesario volver borrando todo rastro de intervención estatal que impida la consecución del libre mercado, entendido como “utopía de los emprendedores”.
En este sentido, el “capitalismo del desastre” postula que detrás de toda “tragedia” es posible ver una “oportunidad”, como es la de aprovechar el TRAUMA COLECTIVO para promover e implementar reformas económicas y sociales de carácter radical sustentadas en los principios básicos del corporativismo como son la eliminación del rol público del Estado, la absoluta libertad de movimientos de las empresas privadas y un gasto social prácticamente nulo.
Por ejemplo en 2009 el brote de influenza A-H1N1 que sufrió el país, fue aprovechado hábilmente por el Gobierno de Felipe Calderón, para imponer a una sociedad bajo psicosis provocada por la pandemia, el paquete de reformas: la judicial, que modernizaría el sistema de impartición de justicia; la energética, que modificaría el régimen de la empresa más importante del Estado, y la educativa, que reduciría los rezagos educativos mediante maestros mejor capacitados.
Ahora en 2019, con el combate a la corrupción, y al añejo robo masivo de combustible “huachicol” (jerga petrolera: mezcla de combustibles de diferente calidad) el Gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” (4t) trata de imponer a una sociedad bajo TRAUMA por el desabasto de gasolina, la militarización constitucionalizada (Guardiamlo), como la única solución para terminar con los crímenes y la inseguridad, pero el fondo es otro, LA ENTREGA DE NUESTRA SOBERANÍA.
La implementación de este modelo debe su éxito a una estrategia política denominada como “LA DOCTRINA DEL SHOCK”, la cual orienta los procesos de reconstrucción implementados como respuesta tanto a los efectos de intervenciones militares como a desastres naturales de distinto tipo, abriendo “apetitosas oportunidades de negocio” a los agentes, defensores y promotores del “capitalismo del desastre”. [1]
Doctrina del Shock, mecanismo de manipulación política y de control social basada en la propaganda, para impactar en la psicología popular a partir de una CONTINGENCIA O DEL MIEDO, provocando que ante la confusión y conmoción, el Gobierno pueda implementar e imponer reformas o políticas impopulares. Por ejemplo, que se acepte la reforma energética para entregar las riquezas de la nación al extranjero, o que se posesione una minera en una comunidad, o que la sociedad se acostumbre a las matanzas, asesinatos y feminicidios, entre otros. En el caso la trama del combate al robo de combustible “huachicol” para implementar las reformas para crear la Guadiamlo, es decir, constitucionalizar la militarización en México, no como combate a la delincuencia sino como un mecanismo de control social que tiene otros fines.
Dicho de otra forma, a través de la Doctrina del Shock el pueblo sometido, inerme, temeroso, bajo psicosis y zozobra, bajo TRAUMA COLECTIVO consentiría cambios en las leyes, la imposición de políticas antidemocráticas, la manipulación de información o de la expresión ciudadana “voto”, en una situación tal de miedo o perturbación QUE EN PLENITUD DE SU CONCIENCIA NO ACEPTARÍA.
La doctrina del Shock, es una política para imponer miedo a la sociedad, para controlar la movilización social a través de la divulgación o manipulación de la información: la propaganda, considerada por los observatorios de geopolítica como una guerra de cuarta generación implementada contra los pueblos.
El Gobierno de la 4t llegó al poder con una gran fuerza legítima, digamos “legitimidad de origen” por ocasión entre otras cosas, sin dejar de lado el liderazgo, sea por el hartazgo social en contra de un sistema de poder autoritario.
¡Ya llegó, ya llegaron! Ahora y lo más importante, es “legitimarse en el ejercicio”, a través de la acción de Gobierno, a través de la implementación de políticas públicas que respondan exactamente a una realidad social y además que den resultados.
Es sabido por todos que las administraciones pasadas, dejaron un país en ruinas, deshecho, colapsado en ello destaca el quebranto del Estado de derecho que se refleja en una crisis humanitaria y de seguridad que el nuevo Gobierno trata de resolver institucionalizando la militarización del país como único recurso…, “porque no hay otro”.
Pues bien, en esta coyuntura histórica donde el pueblo recobró su libertad por la vía pacífica para redireccionar el destino de la República y reestablecer la vigencia de nuestra Constitución (Art. 136), a los poderes constituidos, legislativo, ejecutivo y judicial les toca dar a los ciudadanos la legislación, los insumos e instrumentos para que puedan cumplir con la encomienda de defender a la Patria y el honor de la República, mantener la tranquilidad y el orden interno.
Esa sublime misión que la Constitución le encomienda a la Benemérita Guardia Nacional, artículo 31 Fr. III, es decir al Pueblo y a nadie más. Esa noble misión y derecho del Pueblo para defender a la Patria como históricamente lo ha hecho, el Gobierno de la 4t la quiere anular, la quiere desaparecer, ¿Para qué, o por qué? ¡Será por la entrega anticipada de lo que nos queda de soberanía y de país! Veamos la Carta de AMLO a Trump, julio de 2018. [2]
O se trata entre otras cosas de reactivar “El Tratado McLane-Ocampo”, formal es un Tratado de Tránsito y Comercio, entre los Estados Unidos (EU) y México firmado en el puerto de Veracruz, el 14 de diciembre de 1859, una década antes México había entregado a los EU más de la mitad de su territorio nacional.
El tratado habría vendido a perpetuidad el derecho de tránsito por el istmo de Tehuantepec a los Estados Unidos, por un pago de cuatro millones de dólares, desde el puerto de Tehuantepec en el sur, hasta Coatzacoalcos en el golfo de México, y con la responsabilidad de México de emplear fuerzas militares para la seguridad de las personas que transitasen (artículo V); ceder a perpetuidad el derecho de tránsito a favor del vecino país del norte, desde la ciudad de Guaymas hasta el Rancho de Nogales u otro punto conveniente de la frontera entre la República de México y los Estados Unidos (artículo VI); ceder a perpetuidad el derecho de tránsito a la unión americana, desde cualquier punto entre Camargo y Matamoros, u otro punto conveniente de la frontera de Tamaulipas, vía Monterrey, hasta Mazatlán (artículo VII). México mantenía su soberanía sobre los tres pasos y soberanamente podía modificar el tratado. Es decir, el término “perpetuidad” no significaba para siempre sino sin fecha de terminación definida.
¡Bien ahora ya sabemos suspicazmente por qué!, las reformas a la Constitución para crear la guardiamlo, mando único sin controles del Congreso; operación y reclutamiento militar; preminencia del poder militar sobre el poder civil en la toma de decisiones políticas, trata sobre la militarización constitucionalizada para proteger los intereses ajenos a la nación, punto y aparte de las consecuencia o efectos colaterales sobre los aspectos de soberanía y los derechos humanos.
El corredor transítsmico que pretende construir el Gobierno de la 4t, amenaza la Selva de los Chimalapas (chima: jícara y lapa: oro), una de las reservas genómicas ecológicas, más importantes del mundo, comprende más de mil setecientos kilómetros cuadrados, donde se asientan las comunidades indígenas zoques.
La creación de la Guardia Nacional en condición de militarizar la seguridad pública, la guardiamlo, concebida en el seno de las cúpulas del poder político y militar, tiene un trasfondo, no es combatir la inseguridad, o el robo masivo de combustible “huachicol” por ser ahora lo más emblemático, sino aplicar la Doctrina del Shock, para impedir la protesta social en contra de una política de entrega de la nación.
La trama, éticamente es una traición al legado en las urnas, de facto es un golpe de Estado, jurídicamente es un fraude a la Ley y una traición al pueblo de México. Decisiones políticas que se quieren imponer o que acepte la sociedad sin recato alguno bajo una situación de trauma, de psicosis social, provocada por el gobierno de la 4t en una lucha simulada de lucha anticrimen, sin empacho la utilización de una maniobra de sometimiento y control social “La Doctrina del Shock”.
Por tanto, desde esta visión política-militar, la militarización constitucionalizada, el poder público no gobierna a la sociedad, la somete. ¡Suspicazmente podemos saber de qué se trata la guardiamlo!
“Si el Gobierno no respeta la Constitución que protesto guardar y hacer guardar, el Pueblo tiene el derecho sublime de desconocer al Gobierno”
[1] Klein, Naomi, La Doctrina del Shock: El auge del capitalismo del desastre, Ed. Paidós, España 2007. 708 pp.
[2] https://adnpolitico.com/la-presidencial/2018/07/23/esta-es-la-carta-integra-que-amlo-envio-a-trump