Argentina decretó el viernes 30 de noviembre como día feriado y cerrará los principales distritos comerciales en Buenos Aires como parte de un operativo de seguridad que estará vigente durante los próximos días ante la cumbre de líderes de los países del G-20.

Con los comerciantes locales molestos por tener que cerrar el viernes y el sábado, y los manifestantes en contra de la globalización que se preparan para marchar, el gobierno aconsejó a todo aquel que no esté involucrado en el G-20 que se tome el viernes libre y salga de la ciudad para un fin de semana largo.

El bloqueo en parte de la ciudad comenzará el jueves por la noche y se extenderá hasta el domingo.

“Recomendamos a los porteños (como se denomina a los ciudadanos de la capital argentina) que se vayan de la Ciudad de Buenos Aires, que disfruten del fin de semana largo”, ha dicho la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, en diversas entrevistas con medios de comunicación locales.

“Habrá muchas zonas vedadas porque las medidas de seguridad son muy fuertes y las decisiones para actuar ante esa violencia serán inmediatas”, agregó.

Es común que haya protestas previo a las cumbres del G-20. Por ejemplo, en la cumbre del año pasado en Hamburgo, Alemania, militantes anticapitalistas encapuchados se enfrentaron con la policía incendiando autos, destrozando tiendas e hiriendo a oficiales.

Manifestantes bloquearon este miércoles parte de una de las principales calles de la ciudad, la Avenida 9 de julio, para protestar contra un recorte de subsidios y otras medidas de ajustes dispuestas por el presidente Mauricio Macri.

Miembros de organizaciones sociales protestan contra la cumbre del G-20 en Buenos Aires. Foto: Reuters/Marcos Brindicci

Las preocupaciones sobre la seguridad aumentaron después de los hechos de violencia en las afueras de un estadio de futbol durante el fin de semana pasado que llevaron a la suspensión de la final de la Copa Libertadores.

Pero Bullrich comentó que Buenos Aires está lista para el G-20 con 22 mil oficiales de policía y de fuerzas de seguridad desplegados para asegurar la paz.

Se espera que miles de manifestantes protesten el viernes por la tarde restringidos en un área de 2.5 kilómetros que no incluirán dos puntos donde planeaban marchar: el Obelisco y la Plaza de Mayo, dos centros históricos de protestas en Argentina, declararon activistas.

“Han hecho un gran esfuerzo para asegurarse de que no haya nadie en las calles”, dijo Beverly Keene, una coordinadora de la marcha y líder de Jubileo Sur-Diálogo 2000, un grupo que hace campaña por una reforma de las deudas en América Latina y el Caribe. “Vamos a marchar igual”, agregó.