Enrique Alfaro, gobernador electo de la tercera entidad más importante de México, rechaza el control del presupuesto del mandatario

En Jalisco, al occidente de México, se ha alzado este jueves una voz de resistencia a la aplanadora que representan Andrés Manuel López Obrador y su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Enrique Alfaro, gobernador electo de la tercera entidad más importante del país, ha dado un mensaje político de disenso que pretende abrirse paso en una agenda monopolizada por el presidente electo y su mayoría en ambas cámaras del Congreso, justo cuando se negocian los presupuestos para 2019. “En Jalisco no vamos a permitir que se vulnere nuestra soberanía ni mucho menos que se traicione el pacto federal”, ha dicho Alfaro en una toma de distancia en temas como seguridad y lucha anticorrupción, donde López Obrador pretende llevar la voz cantante nacionalmente.

Alfaro pertenece a Movimiento Ciudadano (MC), un pragmático partido que busca afianzarse en la oposición en un momento en que formaciones anteriormente hegemónicas como el PRI, PAN y PRD sufren procesos internos de recomposición tras sus fracasos electorales. Jalisco es el bastión de este partido, que busca disputar a Morena la agenda de políticas progresistas. El Estado fue uno de los pocos diques que contuvo la ola obradorista de los comicios de verano en lo local. Encabezados por Alfaro, MC obtuvo 14 de 38 diputados locales y el control de 27 de los 125 municipios de la entidad. Sin embargo, MC solo controla el 5% del Congreso federal.

Esos alcaldes respaldaron este jueves a Alfaro, quien se quejó de ser ninguneado en la negociación de los recursos que serán disponibles el próximo año. “Ninguno de los proyectos prioritarios que planteamos parecen estar incluidos en la propuesta del presupuesto que será presentada en la Cámara de Diputados en los próximos días”, dijo Alfaro, cobijado por los presidentes municipales. El gobernador instó a la futura Administración federal, que entrará en funciones el 1 de diciembre, a asumir su “corresponsabilidad” en la solución de las problemáticas que encara un Estado que supera los ocho millones de habitantes: el abasto de agua, la movilidad, el acceso a la salud y la educación, la sostenibilidad y la construcción de infraestructura. El político asegura que las peticiones que han hecho diferentes presidentes municipales a los arquitectos del presupuesto federal han sido descartadas sin importar su “filiación política”.

La seguridad ha sido otro de los temas que ha llevado a Alfaro a mostrar públicamente su desacuerdo con el Gobierno de Morena. Jalisco es un Estado que sufre la expansiva violencia que ha provocado el Cartel Nueva Generación, la organización criminal que lucha por convertirse en la más grande de México frente al debilitamiento de la de Sinaloa. Los homicidios en la entidad han sufrido un agudo repunte a lo largo de 2018. En enero se registraron 138 asesinatos, mientras que el mes pasado fueron contabilizados 256.

Alfaro se ha quejado de los coordinadores estatales o “súper delegados”, una figura creada por el Gobierno de López Obrador para controlar en los 32 Estados los programas sociales y las políticas dictadas desde Ciudad de México. Según Alfaro, estos polémicos personajes, que socavan el peso de los gobernadores, también tendrán responsabilidades en la pacificación del país a pesar de no ser votadas por nadie. “Esto condenaría al fracaso la agenda de coordinación entre órdenes de gobierno en el tema más importante para los jaliscienses… Las autoridades estatales y municipales electas no somos invitados a la mesa de seguridad; somos los responsables de la seguridad en nuestro Estado por mandato constitucional”, afirmó el futuro gobernador, que asumirá el poder el 1 de marzo, cuando la Administración de López Obrador tenga cuatro meses con las manos sobre el timón de México. “Con la seguridad no se juega a la política”, agregó.

Por último, el líder de facto de MC, el único gobernador que tiene el partido en todo el país, también ha pintado la raya con López Obrador en materia de combate a la corrupción. Las declaraciones llegan en la misma semana en la que el presidente electo ha condicionado la investigación de delitos en los gobiernos de sus antecesores. “No estamos de acuerdo con su política de perdón y olvido a los corruptos de este país. Este es un Estado en donde los ciudadanos tienen sed de justicia, donde sabemos el costo que tiene la impunidad”, declaró Alfaro, al mismo tiempo que pidió a otras entidades sumarse para levantar la voz. “El riesgo de que las voces de las regiones, estados y municipios de este país sean borradas para siempre, es enorme”. La invitación a formar una oposición a López

EL PAN TAMBIÉN RECHAZA LOS SÚPERDELEGADOS DE LÓPEZ OBRADOR
Los 12 gobernadores del Partido Acción Nacional (PAN) también han fijado este jueves su rechazo a la figura de los coordinadores estatales, los llamados súper delegados, la figura creada por el Congreso de mayoría morenista. “Ese desdén es inaceptable para nosotros, porque no solo pone en riesgo nuestros objetivos sino resulta inconcebible una solución del fondo a la solución de inseguridad y delincuencia en el país sin la concurrencia efectiva de los Gobiernos Estatales”, han señalado en un desplegado los mandatarios locales de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Nayarit, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tamaulipas y Yucatán.
El PAN considera que acompañará al Gobierno de López Obrador sin que esta colaboración sea entendida como “un sometimiento de los órdenes locales”. “El país se construye de abajo hacia arriba, desde el espacio local… No se impone desde el centro”, asegura la publicación de las autoridades locales, que sigue la estela del anuncio de Alfaro.