La Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha mantenido casi constante el estímulo que aplica a ese combustible para evitar mayores costos de diversos productos.

A diferencia de las gasolinas Premium y Magna, que han registrado en 2018 reducciones en el estímulo fiscal, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha mantenido casi constante el estímulo que aplica al diésel, lo que de acuerdo con expertos se explica por la demanda sostenida de ese combustible y para evitar mayores costos de diversos productos a consumidores.

La cuota del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para el diésel durante 2018 es de 5.04 pesos por litro, pero lo que se ha observado a lo largo del año es que Hacienda ha aplicado un estímulo de 47.8 por ciento en promedio, es decir, el autotransporte ha pagado la mitad del impuesto federal y la otra parte es costeado por el fisco.

Arturo Carranza, analista de la consultora Mercury, señaló que la demanda por el diésel se mantiene estable y, en el caso del autotransporte, Hacienda sostiene la política de estímulos con el objetivo de que mayores costos de los transportistas no tengan un impacto en la inflación.

“Uno de los canales de transmisión del aumento de los precios se da vía los transportistas, que son muy sensibles a este tipo de fluctuaciones en el combustible. Entonces, con el ánimo de evitar las fluctuaciones y volatilidad, Hacienda mantiene el estímulo para que los transportistas no tengan precios más altos y no le carguen ese costo a los consumidores”, subrayó.

Rosendo García, contralor en Mexamerik, empresa afiliada a la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar), explicó que el nivel de estímulo que ha mantenido Hacienda le ha permitido al sector hacer frente al pago de otros gastos como impuestos, mantenimiento de las unidades e inversión en tecnología y medidas de seguridad.