El Gobierno de Yemen ha confirmado este lunes su participación en las conversaciones de paz que la ONU intenta relanzar antes de fin de año en Suecia. Su anuncio se producía horas después de que los rebeldes Huthi aceptaran suspender sus ataques de misiles. Casi al mismo tiempo, el rey Salmán de Arabia Saudí ha expresado su apoyo a esos esfuerzos para acabar con la guerra en el país vecino. Son los primeros gestos positivos después de que la hambruna que amenaza a los yemeníes y el asesinato de Jamal Khashoggi hayan sacudido a la opinión pública internacional.
El monarca saudí, que pronunciaba su discurso anual en la apertura del Consejo Consultivo, ha asegurado que su país apoya “una solución política en Yemen”, de acuerdo con las resoluciones del Consejo de Seguridad y la iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). El rey Salmán ha precisado no obstante que la implicación del Reino en el conflicto “no fue una elección, sino un deber” para hacer frente a la milicia Huthi. Riad, que lanzó su ofensiva contra ese grupo a petición del Gobierno internacionalmente reconocido, considera que los rebeldes son un instrumento de Irán, su rival geoestratégico.
Poco antes, el Gobierno yemení había enviado una carta al enviado especial de la ONU, Martin Griffiths, en la que expresa su respaldo a los esfuerzos de paz y anuncia que “enviará una delegación a las consultas destinadas a encontrar una solución política” al conflicto. Griffiths, que se hizo cargo del dossier yemení la pasada primavera, fracasó en su primer intento de reunir a las partes en septiembre en Ginebra. Ahora intenta capitalizar el llamamiento al cese de las hostilidades lanzado por EE UU después de que el asesinato de Khashoggi haya elevado el escrutinio internacional sobre Arabia Saudí.
Aunque inicialmente la coalición árabe bajo batuta saudí respondió reanudando el asalto a Hodeida, el último gran puerto en manos de los Huthi, desde mediados de la semana pasada se han reducido significativamente los combates. No ha habido un anuncio oficial de alto el fuego, pero las fuerzas progubernamentales han detenido la ofensiva. Los rebeldes, por su parte, se han comprometido a suspender sus ataques con misiles y drones sobre las fuerzas de la coalición y sus aliados yemeníes, según un comunicado que han difundido a primera hora del lunes.
El texto del Comité Supremo Revolucionario de los Huthi explica que su decisión es una muestra de “buena fe” tras las conversaciones que han mantenido con Griffiths. No aclara si sus representantes van a viajar a Estocolmo. En septiembre se negaron a ir a Ginebra porque los saudíes no autorizaron el traslado de 50 heridos de guerra, tal como se les había prometido.
El enviado de la ONU dijo el viernes ante el Consejo de Seguridad que tenía “garantías firmes” de ambas partes de que acudirían a la cita de Suecia. Dados los recelos de los Huthi a tomar un avión que pueda ser interceptado por Arabia Saudí (que controla el espacio aéreo yemení), Griffiths dio a entender que estaba dispuesto a llevarles en su propio avión.