Alemania pide a sus socios europeos que dejen de vender armas a Arabia Saudí

Berlín se ha comprometido a suspender las exportaciones militares por el 'caso Khashoggi'

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Una periodista indonesia sostiene un cartel en el que reclama justicia para Khashoggi, en una protesta frente a la Embajada saudí en Yakarta. BEAWIHARTA REUTERS

La unión hace la fuerza. Ese es el mensaje que el lunes ha enviado Alemania a sus socios europeos, a lo que insta a que sigan su ejemplo. Piensa Berlín, que una medida de presión en contra de Arabia Saudí como la suspensión de venta de armas solo surtirá efecto si los países europeos actúan al unísono. “Solo si todos los países europeos se ponen de acuerdo, tendrá un efecto en el Gobierno de Riad”, ha dicho por la mañana el ministro de Economía alemán, Peter Altmaier, a la televisión pública ZDF. “No tendrá consecuencias positivas si solo somos nosotros los que dejamos de exportar y son otros países los que cubren ese hueco”, consideró Altmaier. España ha evitado adoptar la línea europea más crítica con Riad.

El pasado domingo, la canciller, Angela Merkel, anunció la suspensión de la venta de armamento a Arabia Saudí a la desaparición del periodista Jamal Khashoggi y la supuesta implicación de Riad en su muerte. “Las exportaciones de armas no pueden ocurrir en las actuales circunstancias”, dijo Merkel en un acto electoral con vistas a unos comicios regionales el próximo domingo. El ministro reiteró el lunes que su Gobierno ha acordado “que no aprobará nuevos contratos de armas de momento porque queremos saber qué ha pasado”.

Berlín ha alzado una voz decidida en el contexto internacional, a favor de represalias contra Riad esperando que los demás sigan su ejemplo. A la vez, está por ver sin embargo cómo se convierten esas palabras en realidad dentro de las fronteras alemanas. Porque como se apresuró el lunes a denunciar la oposición, en los últimos meses, el Ejecutivo de Berlín ha seguido aprobando ventas a Riad, a pesar de haberse comprometido a no hacerlo. Además, no está claro qué va a pasar con los contratos ya firmados y pendientes de ejecución, que en principio seguirían adelante.

“No es la primera vez que incumplen la promesa de no exportar y pueden incumplirla de nuevo”, advierte a este diario Omid Nouripour, responsable de política Exterior del grupo parlamentario de Los Verdes. “No se trata solo de suspender las ventas futuras, si no también de cancelar los proyectos ya aprobados”, añade. El caso de Jamal Khashoggi es solo la punta del iceberg en un país responsable de la guerra de Yemen y que es responsable de continuas violaciones de derechos humanos”, piensa Nouripour.

En una respuesta a una pregunta parlamentaria planteada por Nouripour de principios de mes, el Gobierno explica que llevan a cabo “una política de exportación restrictiva” en la que analizan caso por caso las ventas. El desglose de las cifras indica que Arabia Saudí es el segundo país al que más ventas de armas se aprobaron entre enero y septiembre de 2018, después de Argelia. En total, el Gobierno alemán aprobó ventas por un total de 416.423.547 euros.

La presión política interna para que el Gobierno alemán se mantenga firme en su anuncio de suspensión arrecia. Los Verdes, la fuerza política emergente, que según los sondeos superan ya en Alemania a la socialdemocracia (SPD), han hecho de este tema bandera. El debate surge además a las puertas de unas elecciones regionales, en Hesse, en las que el partido conservador de Merkel y su socio en el Gobierno de gran coalición, el SPD, podrían sufrir nuevas pérdidas de votos.

Ambos partidos se habían comprometieron ya el pasado marzo a frenar la venta de armas a países activos en la guerra de Yemen. Así figura en una cláusula en el llamado contrato de coalición que los grandes partidos alemanes firmaron en marzo de este año y que ejerce de programa de Gobierno del actual Ejecutivo. En él se prohíbe la exportación de armas “a países implicados en la guerra de Yemen”. Extienden la prohibición a “proyectos europeos conjuntos” y abogan por “desarrollar una posición común de la UE” en este tema.

La presión también había llegado en los últimos días hasta el Joe Kaeser, CEO de la empresa de telecomunicaciones Siemens, para que no acudiera al llamado Davos del desierto, que se celebra en Arabia Saudí, después de que numerosos políticos e inversores cancelaran sus asistencias esta semana. Este mismo lunes, Kaeser ha informado de que no acudirá a la cita económica.