La macrooperación ordenada por la justicia belga para investigar a los principales clubes de fútbol de la primera división belga siguió este jueves con nuevos registros dentro y fuera del país. Al menos 28 personas de la élite deportiva de la liga –incluyendo a agentes deportivos, directivos de fútbol o árbitros— fueron arrestadas y la justicia belga emitió cuatro órdenes de detención en el extranjero. De ellos, 22 declararán este viernes ante el juez. La fiscalía confirmó, además, indicios de amaños de partidos para evitar el descenso del KV Mechelen, aunque finalmente ninguno de esos intentos logró ese propósito.
Lo que empezó como una investigación sobre corrupción en el mercado de traspasos de Bélgica ha acabado por convertirse en un gran escándalo que ha hundido a un país que este verano vivió la euforia de ver cómo su selección nacional se quedaba a las puertas de la final del Mundial de Rusia. Las pesquisas alrededor del agente Dejan Vljkovic revelaron que este presuntamente logró comprar favores para amañar al menos dos partidos para evitar que el KV Mechelen descendiera de la máxima categoría. Según De Standaard, esos intentos se debían a que Vlkovic –que fue arrestado— representaba a varios jugadores de ese equipo, por lo que el descenso mermaba la rentabilidad de su cartera de profesionales.
Sombras sobre el fútbol
La fiscalía belga ayer señaló los dos partidos que sospecha que pudo haber comprado. Uno de ellos enfrentaba al Amberes con el Eupen el 3 de marzo. Una derrota del Eupen daba esperanza al KV Mechelen. Y sucedió: un jugador el Amberes cayó fuera del área pero, aun así, el árbitro señaló la pena máxima. El otro partido lo disputaron la semana siguiente el KV Mechelen y el Waasland Beveren. Ganó el equipo local 2-0, pero aun así no se salvó del descenso.
La investigación señala que “existen indicios” de que el agente había orquestado una trama en la que participaban cuatro miembros de la junta directiva del KV Mechelen, otros del Waasland Beveren, el árbitro y dos periodistas, que debían encargarse de defender la actuación del colegiado. En un comunicado, ayer el club deportivo que está bajo la lupa de la justicia admitió que hubo registros en el club y que se llevaron a comisaria a tres de sus directivos. Según la fiscalía, por este episodio hay cuatro personas bajo sospecha de organización criminal y soborno y una quinta que también presuntamente habría participado en actividades de blanqueo de capitales.
Ingenería financiera en el extranjero
Sin embargo, la operación sigue viva y la fiscalía no descarta nuevos hallazgos en las últimas horas. La sacudida ha sido generalizada. En total, se rastrearon las oficinas de diez clubes de primera división, entre ellos el Anderlecht, el Brujas o el Standard de Lieja. La justicia belga informó de que de esos registros se incautó de abundante documentación y de tres relojes de lujo. También se acudió a domicilios privados de directivos de clubes de fútbol, agentes, árbitros, abogados, consultores, periodistas y un entrenador.
Este último es presuntamente el croata Ivan Leko, entrenador del Brujas y que fue llevado a declarar a comisaría y luego liberado. En total, la policía se llevó consigo cajas vacías de relojes de lujo que están valorados en ocho millones de euros, además de joyas y dinero en efectivo. Además, logró inmovilizar cuentas bancarias en el exterior que acumulaban 3,6 millones de euros.
En este caso, en el epicentro de las investigaciones están dos agentes: Vljovic y Mogi Mayat. El primero está acusado de haber organizado un entramado de ingeniería financiera a través de Chipre, Serbia y Montenegro para haber ocultado comisiones por intermediaciones. Según la fiscalía, lo hacía en connivencia con varios clubes deportivos belgas. Mayat habría actuado de una forma similar, aunque en este caso manipulaba los precios de transferencia de varios jugadores belgas a las ligas rusa e inglesa para aumentar su parte del pastel.