Moody’s advierte que las caídas de los precios globales del petróleo debilitarán el crecimiento de algunas transferencias federales a los gobierno locales y regionales (RLG, por sus siglas en inglés) de México que están parcialmente financiadas con ingresos del petróleo, un factor crediticio negativo.

No obstante, el sector se beneficiará principalmente del fondo de contingencia y probablemente de los contratos de cobertura en 2020, suavizando el efecto financiero en el sector hasta el final del año.

“Las transferencias federales no etiquetadas (participaciones) representan algo más de un tercio de los ingresos totales de los estados mexicanos y si bien estas transferencias se financian principalmente con la recaudación de impuestos federales, también incluyen los ingresos petroleros que fluyen hacia el Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo”, comentaron en un documento a analistas.

Moody’s también recalcó que sin una recuperación global del precio del petróleo y dadas las expectativas de que la producción no aumentará significativamente este año, los ingresos petroleros disminuirán en 2020, generando una presión moderada en las finanzas de los RGL mexicanos, al mismo tiempo que la desaceleración en el crecimiento económico crea otros factores adversos en el sector.

Además, la disminución de los precios del petróleo podría no permitirle a México otorgar estímulos fiscales (IEPS).

“En periodos donde el aumento de los precios del petróleo conduce a aumentos en el precio de los combustibles refinados, el gobierno ha aplicado un estímulo que efectivamente subsidia el impuesto IEPS con el objetivo de suavizar los aumentos de precios a los consumidores.

“Por el contrario, cuando los precios globales del petróleo caen, el gobierno puede reducir o eliminar el subsidio, lo que resulta en un aumento en la recaudación del IEPS. El presupuesto del gobierno proyecta un aumento del 17 por ciento en la recaudación del IEPS sobre la gasolina en 2020”, refirieron