Durango, Dgo.- El problema de las drogas representa uno de los mayores desafíos para todos los gobiernos, por lo que es uno de los principales retos es prevenir las adicciones entre la niñez y adolescentes, consideró la diputada Sandra Amaya Rosales.

Por ello, exhortó a los titulares de las Secretarías de Educación, Salud y de Seguridad Pública en el Estado, para que implementen acciones y campañas para la prevención, disminución y erradicación del consumo de drogas y alcohol en niñas, niños y adolescentes en la entidad.

“Todas las personas son susceptibles en algún momento de la vida de pasar al uso, consumo habitual e incluso abuso de sustancias; pero existen etapas donde las personas pueden ser más vulnerables a las adicciones y esta es la niñez y adolescencia; debido a se encuentran en una etapa de crecimiento físico, emocional y psicológico”, explicó Amaya Rosales-

Al respecto, precisó que uno de los principales retos consiste en prevenir los primeros contactos de los niños con las drogas y retrasar la edad de inicio, adoptando un enfoque centrado en las personas y la salud pública.

“Según el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, la entidad se ubica como las de mayor consumo de drogas y alcohol en la población infantil que trae como consecuencia la comisión de delitos, problemas de violencia en adolescentes, así como abandono escolar e incluso suicidio”, informó.

Agregó que la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017, establece que el 6.2 por ciento de los adolescentes entre 12 y 17 años ha consumido drogas ilegales alguna vez, el 5.3 por ciento mariguana, 1.1 por ciento cocaína y 1.3 por ciento inhalables alguna vez en el último año.

“Ante esta situación, las familias son fundamentales para la prevención de adicciones en niñas, niños y adolescentes, así como en el cambio cultural necesario para modificar patrones de comportamiento que han normalizado el abuso de sustancias”, consideró la representante popular.

En este contexto, comentó que está comprobado que en esta etapa de la vida es donde se presentan más factores de riesgo para iniciar el consumo de tabaco, alcohol o cualquier otra droga, por lo que la adopción de medidas tempranas debe ser una política fundamental para favorecer los factores protectores y aminorar los efectos de los factores de riesgo que cotidianamente viven los jóvenes.